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Tema 18: Génesis

[Capítulo 12-3] Las bendiciones recibidas a través de la Iglesia de Dios (Génesis 12:5-20)

Las bendiciones recibidas a través de la Iglesia de Dios(Génesis 12:5-20)
«Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron. Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra. Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido. Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová. Y Abram partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev. Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida. Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti. Y aconteció que cuando entró Abram en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era hermosa en gran manera. También la vieron los príncipes de Faraón, y la alabaron delante de él; y fue llevada la mujer a casa de Faraón. E hizo bien a Abram por causa de ella; y él tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos. Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram. Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer? ¿Por qué dijiste: Es mi hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete. Entonces Faraón dio orden a su gente acerca de Abram; y le acompañaron, y a su mujer, con todo lo que tenía».
 
 
Abraham se llevó a toda su familia, incluyendo a su sobrino Lot, y todas sus posesiones a la tierra de Canaán. Pero había otras tribus viviendo en esta tierra y estos eran los descendientes de Cam. Sin embargo, cuando Abraham llegó a Canaán, Dios se le apareció y le dijo que le daría esa tierra a él y a todos sus descendientes. Cuando Abraham llegaba a una tierra extraña, lo primero que hacía era construir un altar y ofrecer un sacrificio a Dios. Siempre ofrecía un sacrificio de fe primero.
 
 

El pueblo de Dios es bendecido a través de Su Iglesia

 
Después de pasar algún tiempo en la tierra de Canaán, Abraham se fue a Egipto, y la Biblia recoge incidentes similares en las vidas de tres hombres de fe, es decir de Isaac, Abraham y Jacob, cuyas historias son tan similares que parecen idénticas. Aquí debemos entender qué es lo que Dos está intentando decirnos a través de estas historias. Abraham tuvo que ir a Egipto a causa de una gran hambruna aunque Dios le dijo que no lo hiciera, y cuando llegó allí les dijo a los habitantes que su mujer era su hermana, ya que tenía miedo de ser asesinado a causa de su mujer. Isaac hizo lo mismo.
Aquí, en Egipto, Abraham se volvió cobarde, aunque nunca lo había sido en la tierra de Canaán. La civilización egipcia de aquel entonces estaba muy desarrollada. Así que no era un país fácil de tratar. Como la civilización egipcia ya había pasado por la edad del Hierro, para Abraham, un nómada, era un oponente muy duro. Había ido a la tierra de Egipto para buscar comida a causa de la hambruna y para buscar pastos buenos para su rebaño. Pero cuando vio lo avanzados que eran los egipcios, se dio cuenta de que iba a ser difícil. Además los egipcios estaban muy impresionados con la belleza de su esposa y muy interesados en ella. En aquel entonces, cuando un hombre viajaba a una tierra extranjera acompañado por su mujer, no era raro que los habitantes de esta tierra quisieran matar al hombre para tomar a su esposa. Por eso Abraham se sintió tan amenazado. Le dijo a su mujer que dijese que era su hermana.
La mujer de Abraham fue llevada al palacio del Faraón, probablemente para ser ofrecida como una de sus concubinas. Sus subordinados la llevaron al Faraón porque era muy hermosa, y el rey también estaba encantado de verla. ¿Cómo trató el Faraón a Abraham cuando le llevaron a su mujer? Le ofreció muchas cosas, como rebaños y bueyes. Abraham recibió estos regalos.
Pero entonces Dios hizo caer una plaga sobre el palacio del Faraón. Aunque no sabemos exactamente qué tipo de plaga era esta, podemos asumir que fue una plaga desastrosa y el Faraón se dio cuenta de por qué era esto. Esto se debe a que Dios se lo enseñó. Aunque no está escrito en la Biblia, a través de esta plaga el Faraón se dio cuenta de que Dios le estaba castigando por tomar a la mujer de Abraham. Así que se la devolvió junto con muchos tesoros. Y como resultado, Abraham se hizo muy rico gracias a su mujer.
 
 

Lo mismo pasó con Isaac, el hijo de Abraham

 
La Biblia dice que Isaac hizo lo mismo cuando hubo hambruna en su tierra. Como Abraham, Isaac descendió a Gerar con su mujer Rebeca para buscar comida, y como Abraham, los hombres de Gerar le preguntaron por su mujer. De nuevo, como Abraham, Isaac les dijo que era su hermana, ya que tenía miedo de que si les decía que era su mujer, lo matarían para llevársela. Pero más adelante, Abimelec, el rey de los filisteos averiguó que era su mujer. Así que llamó a Isaac y dijo: “Es obvio que es tu mujer, ¿cómo dice que es tu hermana?”. Entonces Isaac le dijo: “Porque tenía miedo de que me mataran para tomarla”. Entonces Abimelec le dijo a Isaac: “¿Qué es lo que nos has hecho? Alguien se podría haber acostado con tu mujer y nos habrías hecho culpables”. Así que el rey Abimelec dio la orden a todo su pueblo de que quien tocase a Isaac o a su mujer sería ejecutado (Génesis 26:6-11).
Cuando leemos la Biblia vemos que lo mismo ocurrió con Abraham y su hijo Isaac. Esto es bastante inquietante ya que no solo fue Abraham quien traicionó a su mujer, sino que también hizo lo mismo su hijo, y esto se repitió una y otra vez. Por tanto, debemos preguntarnos qué significa esto.
Abraham se hizo muy rico, sin importar cómo, gracias a su mujer. ¿Qué nos dice esta historia? En la Biblia la mujer se refiere a la Iglesia, y la Iglesia es la esposa de Jesucristo. Así que esto nos dice que nos hacemos ricos espiritual y materialmente gracias a la Iglesia de Dios. Pero a pesar de esto hay gente que no puede confesar su confianza en la Iglesia a la gente de alrededor, ya que temen que esto pueda tener un efecto negativo en sus intereses carnales. En otras palabras, incluso los nacidos de nuevo tienen pensamiento sin fe acerca de la Iglesia de Dios, pensando que si dicen que esta es nuestra iglesia, nos perjudicará, obstaculizará nuestra prosperidad y hará que seamos odiados y repudiados por muchas personas. De la misma manera que Abraham pensó que le matarían por su mujer, hoy en día, algunas personas de Dios que han recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu tienen pensamientos similares de su iglesia. Dios nos está enseñando a través de Su Palabra escrita que esto está mal. Si dicen que esta iglesia no es su iglesia sin fe, podrán evitar la persecución, tener riquezas en este mundo y ser aprobados por otros, pero Dios dice que esto no está bien.
Cuando miro dentro de los corazones de los santos y siervos de Dios a veces veo que sus corazones no son buenos. Los que tienen fe en la justicia de Dios y Su Palabra están bien, pero los que no tienen fe no pueden decir que es su iglesia. En otras palabras, aunque crean que el Evangelio predicado por su iglesia es el correcto, siguen avergonzados de su iglesia. Cuando algunos santos se encuentran con los cristianos del mundo y les preguntan acerca de su iglesia, dicen simplemente que van a la misma iglesia que todo el mundo. Esto es lo que dicen los santos sin fe.
Por supuesto, los santos de la Iglesia de Dios no dirían esto. Pero la verdad es que cuando fuimos salvados al principio al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, todos teníamos esto en nuestras mentes. Aunque la Iglesia de Dios es correcta, es muy fácil decir que todas las iglesias son la Iglesia de Dios, en vez de decir que esta iglesia solamente es la Iglesia de Dios. ¿Tuvieron ustedes esta actitud después de recibir la remisión de los pecados? Aunque esta iglesia es claramente la Iglesia de Dios, ¿han pensado para sí mismos que si lo dijeran serían dejados de lado, perseguidos y odiados por mucha gente y por tanto quieren negar que esta iglesia es la Iglesia de Dios? Esto puede ocurrirle a cualquiera porque todos somos insuficientes.
Sin embargo, a través del evento descrito en la lectura de hoy, Dios nos dice que el comportamiento de Abraham era incorrecto. De la misma manera, los nacidos de nuevo deben afirmar que son miembros de la Iglesia de Dios por fe, dejando claro que esta es su iglesia, que sus miembros son su familia espiritual, y sus siervos son los siervos de Dios; no deben negarlo como Abraham negó a su esposa. A través de este evento, Dios nos está diciendo claramente que Abraham debería haber declarado: “Esta mujer es mi esposa con la que vivo. Esta mujer es mi esposa”.
¿Eran bellas las mujeres de Abraham e Isaac? Ambas eran tan bellas que podrían haber ganado cualquier concurso de belleza. ¿Y la Iglesia de Dios? ¿Es bella espiritualmente o no? Es muy bella. La Iglesia de Dios es más bella que cualquier otra iglesia del mundo y por eso estamos orgullosos de ella. Pero a pesar de esto algunas personas dicen que esta Iglesia de Dios es su iglesia, ya que tienen miedo a sufrir a manos de la gente de este mundo, y de que su fe no sea aprobada por los demás. Pero Dios nos dice que debemos declarar que Su Iglesia es nuestra iglesia, de la misma manera en que Abraham debería haber declarado que Sara era su mujer. Abraham no habría muerto por esto. Engañó a los egipcios porque pensó que le matarían, pero entonces cuando se descubrió todo, Dios le protegió y lo mantuvo a salvo aún más.
Isaac también dijo que su mujer era su hermana cuando vivió en Gerar entre los filisteos, y por este error uno de ellos la tomó y casi tuvo relaciones con ella. Pero Abimelec, el rey de los filisteos protegió a Isaac, declarando que quien se acostase con su mujer sería ejecutado sin falta. Y protegió la propiedad de Isaac también. Esto implica que Dios protege a Su pueblo cuando dicen tener fe en Su Iglesia. Algunos santos nacidos de nuevo piensan que serán arruinados y repudiados por los cristianos del mundo como herejes si dicen por fe que la Iglesia de Dios a la que pertenecen es la verdadera Iglesia de Dios, pero en realidad, la Iglesia a la que van será aprobada como la iglesia buena y correcta. En otras palabras, si utilizan su fe ante Dios y hacen conocer Su Iglesia, en vez de ser repudiados, serán reconocidos por la gente del mundo. Y les tratarán bien. Por tanto, no nieguen su iglesia sin fe, temiendo por sus vidas. Aunque estoy seguro de que ninguno de ustedes lo haría, ¿quién sabe si alguno de nosotros acabará negando la Iglesia de Dios?
De hecho hay personas que hacen esto incluso después de haber sido salvadas. Estas personas no pueden separar su fe de su antiguo iglesia aunque escuchen el Evangelio del agua y el Espíritu y sepan que este Evangelio es el verdadero Evangelio. Como Abraham, también dicen que sus mujeres no son sus mujeres, sino sus hermanas. La Biblia nos dice que afirmemos con seguridad que la Iglesia de Dios es nuestra iglesia y que se lo digamos a todo el mundo, en vez de estar avergonzados. También tenemos los mismos miedos que hicieron que Abraham dijese que su mujer era su hermana. Por eso dudamos en entrar en la Iglesia de Dios incluso después de nacer de nuevo. No nos decidimos a unirnos a la Iglesia incluso después de ser salvados de nuestros pecados, pero Dios nos está diciendo claramente que no hagamos esto. Nos está diciendo que digamos claramente que nuestras mujeres son nuestras mujeres, en vez de callarnos. Por eso estas cosas están escritas en la Biblia muchas veces.
Abraham, Isaac y Jacob también viajaron a tierras gentiles como Egipto. Y las mujeres de estos hombres de fe eran muy hermosas. Eran más hermosas que ninguna otra mujer del mundo. La mujer de Abraham era más hermosa que ninguna otra mujer del mundo. Incluso los gentiles fueron hechizados por su belleza cuando la miraron. ¿Qué significa esto para nosotros? ¿Nos está diciendo la Biblia que Sara era una mujer hermosa? ¿Nos dice el pasaje de las Escrituras de hoy simplemente lo hermosa que era Sara?
A través de esto Dios nos está hablando de Su Iglesia. Y nos está diciendo que protegerá a Su Iglesia. La mujer de Abraham fue llevada al palacio del Faraón, pero ¿qué hizo Dios? ¿Qué hizo al enviar una plaga al palacio del Faraón? Hizo que la mujer de Abraham fuera devuelta a Abraham. Esto significa que Dios defenderá a Su Iglesia, y esto también significa que a través de la Iglesia de Dios, los creyentes que viven sus vidas de fe en esta Iglesia serán protegidos del mundo y sus herejes. En otras palabras, Dios está diciendo que no dejará que nadie toque a Sus santos.
Sinceramente, ¿acaso los que están reunidos aquí no sintieron vergüenza después de recibir la remisión de sus pecados? ¿Estaban completamente sin vergüenza? Al encontrar la Iglesia de Dios, ¿tenían vergüenza de decirles a los que no habían nacido de nuevo que esta iglesia es la Iglesia de Dios y que esta es su iglesia? Mis queridos hermanos, sé que casi todos ustedes tenían estos pensamientos en sus corazones, aunque no los pusieran en acción. Yo también pensé que si no insistía en diferenciar la Iglesia de Dios del resto de iglesias no sería perseguido, sino aceptado. Pero no pude hacerlo, de la misma manera en que ustedes tampoco pueden.
En Egipto, un hombre tenía que ofrecer varias cabezas de buey y una gran cantidad de dinero para pagar a la familia de una mujer y poder casarse con ella. Dicho de otra manera, se podía comprar una esposa con dinero. El novio le decía al padre de la novia: “Quiero casarme con su hija. ¿Me da su mano?”. Entonces el padre de la novia decía: “¿Cuánto dinero has ahorrado para poder casarte con mi hija? ¿Tienes suficiente dinero? Solo te puedes casar con mi hija si nos pagas suficiente dinero”. Entonces el novio reunía el dinero necesario y lo llevaba a la casa de la novia. Entonces la novia se convertía en una sola persona con el novio.
Lo mismo ocurre con nuestra salvación. Jesucristo también nos compró con Su propia vida. Para hacernos Suyos pagó el precio más caro que era Su vida, cambiándola por la nuestra. Por tanto puedo decir que Cristo es mi Novio. He sido protegido y bendecido por Dios gracias a Su Iglesia. Si no fuese por la Iglesia de Dios, ¿cómo podríamos haber recibido las bendiciones y el amor de Dios? Habría sido imposible. Estoy seguro gracias a la Iglesia y por eso puedo decir con toda confianza: “Mi mujer es hermosa. Mi Iglesia es la Iglesia de Dios. Es la más hermosa”.
Mis queridos hermanos, les pido que no traicionen a su mujer y vivan con ella toda la vida. Aunque el dinero es indispensable, ¿pueden prescindir de sus mujeres? Por supuesto que no. Por mucho dinero que tengan no pueden ser felices sin sus mujeres. ¿Aman a la Iglesia de Dios, mis queridos hermanos? Estoy seguro de que sí, porque aquí encuentran descanso y aunque a veces pasen por dificultades, pueden hacer la obra justa del Señor. Podemos recibir todas nuestras bendiciones a través de la Iglesia de Dios.
Mis queridos hermanos, no busquen solo el dinero. Deben buscar la justicia de Dios. Debemos darnos cuenta de que somos las esposas bellas de Jesucristo, y que el Señor se nos llevará en el futuro cercano. Esto es lo que la Biblia nos enseña en el pasaje de las Escrituras de hoy.
Por tanto, no debemos dejar nunca la Iglesia de Dios abandonando la fe. Debemos confiar en la Iglesia de Dios, disfrutar de las bendiciones que nos ha dado Dios por fe y servir al Evangelio.