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Tema 18: Génesis

[Capítulo 13-3] Caminen por el Espíritu (Génesis 13:1-18)

Caminen por el Espíritu(Génesis 13:1-18)
«Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con él Lot. Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro. Y volvió por sus jornadas desde el Neguev hacia Bet-el, hasta el lugar donde había estado antes su tienda entre Bet-el y Hai, al lugar del altar que había hecho allí antes; e invocó allí Abram el nombre de Jehová. También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas. Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo lugar. Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra. Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. ¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro. Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera. Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré. Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová».
 
 
Abraham se hizo rico gracias a su mujer
 
Según el pasaje de las Escrituras de hoy, Abraham era muy rico en ganado, plata y oro cuando se fue de Egipto. Su familia tenía muchas posesiones. Abraham pudo recibir todas estas posesiones gracias a su mujer Sara.
La historia de cómo llegó a tener tanta riqueza es la siguiente: cuando el rey de Egipto quiso tomar a Sara como su esposa porque era muy bella, Abraham empezó a temer por su vida y dijo: “No es mi mujer, sino mi hermana. Puedes tomarla”. Así que Abraham vendió a su esposa al rey de Egipto. Con la aprobación de Abraham, el rey se la llevó a su palacio con la intención de casarse con ella, pero Dios intervino y se enojó mucho y envió una plaga al Faraón y a su casa. Dios probablemente envió plagas horribles al Faraón. Esto sorprendió al Faraón y fue corriendo a Abraham y le dijo: “¿Por qué me has engañado? Llévate a tu mujer. Hemos estado a punto de ser destruidos por esta situación”. Y dejó ir a la mujer de Abraham. Así que el Faraón le dio a Abraham muchas posesiones para complacerle. En una situación tan peligrosa como esta, Dios mantuvo a Sara a salvo y se la devolvió a Abraham. Al final Abraham recibió a su mujer intacta y además recibió muchas posesiones junto con su esposa, gracias a la gracia de Dios.
En ese momento, Abraham y Lot tenían ganado. Como sus posesiones incrementaron junto con el número de ovejas, no tenían bastante tierra para coexistir. La tierra de Palestina no era suficiente para criar ganado y rebaño. Mientras que los países con grandes llanuras como los Estados Unidos y Australia pueden tener grandes cantidades de rebaños como ovejas y cabras que pueden pastar, Palestina no tenía este lujo. Hay muchos desiertos y montañas donde no hay nada de hierba. Imaginen cómo era para Abraham y Lot criar a su rebaño en un pasto tan escaso. No podían criar ni alimentar a todas sus ovejas en un mismo lugar.
 
 

Después de hacerse rico surgió un conflicto entre Abraham y Lot

 
Finalmente surgió un conflicto entre ellos. Los pastores de Abraham y los de Lot empezaron a pelearse por la tierra. Los pastores de Abraham decían: “¿Acaso no tenemos derecho a alimentar al rebaño de nuestro tío antes que al de su sobrino?” y entonces los pastores de Lot reaccionaron: “¿Dónde se habla del orden en que una familia alimenta al rebaño?” Abraham y Lot oyeron hablar de este conflicto.
Cuando Abraham se enteró de este conflicto tan grave, fue a ver a su sobrino Lot. Pudo ver que su sobrino estaba obsesionado con todas sus posesiones, incluyendo su ganado. Así que Abraham le hizo una sugerencia a Lot: “Hijo, no discutamos por esto. Eres mi sobrino y has venido conmigo desde nuestra tierra, ¿por qué nos peleamos? Si tú vas a la izquierda, yo iré a la derecha; y si tú vas a la derecha, yo iré a la izquierda”. Así que Lot escogió la tierra de Sodoma, que estaba bien irrigada y frondosa por todas partes. ¿Por qué escogió irse a Sodoma? En aquel entonces, Sodoma era una tierra muy fértil. La Biblia dice que antes de que el Señor destruyese a Sodoma y Gomorra, las llanuras del Jordán estaban bien irrigadas por todas partes y eran como el jardín del Señor.
Abraham dejó que Lot escogiese primero, así que Lot sin dudarlo escogió las llanuras del Jordán. Cuando miró hacia abajo vio agua limpia y hierba verde por todas partes. Cuando Lot dijo: “Me iré a ese lado”, Abraham contestó: “Bien. Entonces yo iré al otro lado”. Ya había decidido separarse de su sobrino. Así es cómo se separaron después de haber viajado juntos desde su tierra natal. Así que Lot bajó hacia Zoar y entró en la tierra de Sodoma y Gomorra. Se asentó allí y empezó a criar ganado. Pero Abraham se quedó en la tierra de Canaán, que estaba en el otro lado de Zoar.
Si siguen leyendo el libro del Génesis, averiguarán cómo fue el fin de la vida de Lot. Cuando Dios juzgó la tierra de Sodoma y Gomorra, Lot y sus dos hijas fueron salvados, mientras que su mujer se convirtió en una columna de sal. Así es como perdió su vida y todo lo que tenía. Además se acostó con sus dos hijas cuando estaba embriagado y tuvieron dos hijos, que fueron los antecesores de los moabitas y los amonitas. Estas tribus gentiles eran los típicos enemigos contra Dios y Su pueblo.
Cuando su sobrino se fue, Dios se le apareció a Abraham. El Señor bendijo a Abraham diciendo: «Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré» (Génesis 13:14-17).
Lo que he dicho hasta ahora es del pasaje de las Escrituras de hoy. Hermanos y hermanas, recuerden esto. Esta no es simplemente una historia del pasado. Hay algo muy importante que Dios quiere decirnos a través de esta historia.
 
 

Este pasaje nos dice que sigamos al Espíritu, no nuestra carne

 
¿Qué implicaciones tiene lo que ocurrió entre Abraham y Lot y lo que Dios le dijo a Abraham? A través de esta historia Dios nos está diciendo que sigamos al Espíritu y no a la carne. Como han visto en las Escrituras, Lot buscó los deseos físicos de lo que vio con sus ojos. El conflicto entre Abraham y Lot también fue causado por la avaricia de Lot. Como Lot buscó las posesiones físicas en vez de lo invisible de Dios, se acabaron separando. Al final, Dios destruyó a Lot porque solo buscaba las cosas de la carne, pero bendijo a Abraham, quien caminó por el Espíritu. Este pasaje muestra claramente cómo los que siguen al Espíritu son muy diferentes de los que siguen los deseos carnales del mundo.
Abraham era un hombre de fe que siguió al Espíritu de Dios. Por tanto, no le gustaba la manera en la que vivía su sobrino porque solo quería satisfacer su carne. Abraham le dijo a Lot que si se iba a la izquierda, él iría a la derecha, y si se iba a la derecha, él iría a la izquierda. Dijo que haría lo contrario de lo que Lot hiciese; en otras palabras, que seguiría al Espíritu y no la carne. Desde una perspectiva mundana, Abraham perdió muchas cosas buenas cuando su sobrino le dejó. ¿Qué cosas perdió? Perdió las tierras fértiles de Zoar y los llanos del Jordán.
¿No lo saben todo acerca del río Jordán? Las riberas de los ríos tienen muchos pastos verdes. Este era el lugar perfecto para criar y alimentar el ganado. Por otro lado, la tierra de Canaán no tenía río y era un desierto infértil. Abraham, que había escogido la tierra de Canaán parecía estar a punto de arruinarse.
Pero en cuanto su sobrino se fue a la izquierda hacia estas tierras fértiles, Dios se le apareció a Abraham. Y le prometió: «Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre» (Génesis 13:14-15). Prometió bendecirle y a sus descendientes para siempre.
 
 

Seremos destruidos si seguimos nuestra carne después de nacer de nuevo

 
Esta historia significa que cuando seguimos al Espíritu por fe y cuando predicamos el Evangelio juntos con la Iglesia de Dios, no solo nos dará la herencia de esta tierra, sino que salvará a nuestros descendientes y otras almas a través de nosotros. Está escrito en la Biblia: «Joven fui, y he envejecido,
Y no he visto justo desamparado,
Ni su descendencia que mendigue pan» (Salmo 37:25).
Dios siempre les da a los que buscan el Espíritu la herencia de esta tierra así como las bendiciones celestiales para salvar a otras almas. Los justos y sus descendientes que siguen a Dios nunca tienen que pedir comida. En otras palabras no serán mendigos entre los justos. Esto se debe a que Dios le da la herencia de esta tierra. Dios no solo les da a sus seguidores sus bendiciones espirituales, sino también la propiedad de esta tierra. Por tanto, la Biblia declara: «Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos» (Salmo 1:1) y «Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella» (Salmo 37:29). “Heredar la tierra” es una frase muy común en la Biblia.
Queridos hermanos, ¿qué nos está diciendo Dios a través de este suceso entre Abraham y Lot? Nos está diciendo que cuidará de los que siguen a Dios y al Espíritu, y que también les dará la herencia de esta tierra. La herencia del Cielo y la tierra es una promesa garantizada para los que creen en Él. Pero, ¿qué les pasará a los que no buscan el Espíritu y buscan la carne? Los que buscan la carne incluso después de nacer de nuevo lo perderán todo al final. Sus descendientes no serán salvados y no habrá nadie que sea salvado a través de ellos. ¿Ven lo que estoy diciendo? Los que buscan la carne y sus descendientes no serán salvados. Creo que esto es exactamente lo que Dios nos está diciendo. A través de esto nos mostró cómo cada grupo recibe recompensa por sus acciones, al decirnos que busquemos el Espíritu si decimos ser seguidores de Dios.
 
 
¿Qué hace que nuestros corazones estén molestos después de haber recibido la salvación?
 
Queridos hermanos, ¿por qué siguen estando confundidos después de haber recibido la salvación? ¿Qué nos produce estas molestias en nuestros corazones? ¿Por qué seguimos agitados y enojados mientras seguimos a Dios? La respuesta es que tenemos dos deseos diferentes dentro de nosotros: Un deseo es seguir al Espíritu y el otro es seguir la carne; estos dos deseos están enfrentados en nuestros corazones. Como lo que vemos pertenece a la carne, la gente naturalmente sigue a la carne. Por ejemplo, cuando Lot buscó los llanos verdes del Jordán en la tierra de Zoar, no dudó en escoger esta tierra pensando: “Esta tierra es buena. ¿No sé por qué no voy a dejar a mi tío? Voy a escoger la tierra de Zoar, cerca de Sodoma y Gomorra”.
Pero Abraham, que buscó el Espíritu, no pudo vivir con él más. Aunque necesitaba buenos pastos para sus ovejas y cabras, no pudo evitar ir hacia las tierras infértiles. Ya había prometido que iría hacia la derecha si Lot escogía la izquierda; que iría a la izquierda si Lot escogía la derecha. Era obvio que se podría arruinar en estos desiertos, pero Abraham, que seguía al Espíritu, no podía vivir más con Lot.
Queridos hermanos, las cosas físicas que podemos ver con los ojos parecen ser fiables. Podemos imaginar en nuestras mentes cuánto ganaremos con estas cosas. Parecen cheques firmados. Parecen prometer tanto que incluso los cristianos nacidos de nuevo como nosotros pueden querer seguir la carne. Pero lo que es cierto es que debemos abandonar estos sentimientos carnales y confiar en las promesas de la Palabra de Dios. Incluso si nuestros negocios se arruinan por el camino mientras buscamos el Espíritu, debemos creer que Dios nos dará las bendiciones de esta tierra como herencia y hará la obra de salvar almas a través de nosotros. En otras palabras, debemos creer que Dios no solo nos bendecirá espiritualmente, sino que nos dará la herencia de esta tierra a nosotros y nuestros descendientes. Dios cuida de nosotros siempre y nos da todas estas cosas. Debemos descubrir este secreto de las bendiciones de Dios, de que seguir al Espíritu nos da porciones de esta tierra y la verdadera riqueza de este mundo así como una gran abundancia de bendiciones espirituales. Dios no abandona a los que viven por el Evangelio y trabajan por él con Su Iglesia. Es la promesa definitiva de Dios.
No debemos considerar lo que le pasó a Abraham y Lot como cualquier otro suceso histórico. Abraham se convirtió en un hombre de gran riqueza al seguir a Dios y al Espíritu Santo, y sus descendientes también ocuparon esta gran tierra. Los que viven en la tierra de Canaán son también los descendientes de Abraham. De la misma manera en Dios había prometido a Abraham: «Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre» (Génesis 13:15), los descendientes de Abraham ocuparon la tierra de Israel. Como seguramente saben, los israelitas tomaron el territorio que habían perdido hace 1900 años. La promesa de Dios fue la siguiente: «Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré» (Génesis 13:17) se cumplió entonces. Debemos tener una respuesta definitiva a esta pregunta sobre quién va a prosperar: el que busca el Espíritu o el que busca la carne. La Biblia nos dice que Abraham, quien buscó el Espíritu, fue más próspero que Lot, quien buscó la carne. Abraham representa a toda la gente que busca el Espíritu y la Palabra de Dios, aunque estas cosas sean invisibles.
 
 

Debemos buscar el Espíritu a pesar de vivir en la carne

 
Incluso los nacidos de nuevo tienen dos mentes diferentes: una como la de Lot y otra como la de Abraham. Estas dos mentes se enfrentan la una a la otra en nuestros corazones. De la misma manera en que Abraham y Lot estaban enfrentados el uno con el otro, estas dos mentes están luchando la una con la otra en nuestros corazones.
“¿Cómo puedo vivir? ¿Qué debo comer? ¿Qué debo llevar puesto? Si voy a ir a la iglesia, no puedo hacer esto o lo otro. Pierdo esto o lo otro. Perderé cosas físicas. Perderé el tiempo. Como he recibido mi salvación, no voy a ir a la iglesia más, sino que voy a ganar dinero y ahorrar para el futuro”. Estos pensamientos mundanos aparecen en nuestros corazones. Sin embargo, en momentos como este debemos prestar atención a lo que Dios dice. Dios ha dicho que nos daría la herencia de esta tierra y salvaría a los descendientes de los que le siguen. Debemos recordar esta Palabra de Dios y aferrarnos a ella. Cuando tenemos estos deseos carnales de satisfacer a la carne, debemos abandonarlos y seguir al Espíritu.
Queridos hermanos, aunque estemos viviendo en el cuerpo de la carne, debemos buscar el Espíritu y lo que complace a Dios. En otras palabras, debemos buscar la obra que nos hace unirnos con la Iglesia y Su Evangelio. Cuando invertimos nuestro tiempo y dinero en predicar el Evangelio, Dios nos bendecirá y nos ayudará el resto de nuestras vidas. El Dios Todopoderoso nos garantiza una vida bendita. Nos protege. ¿Creen en esto? No es algo que podamos cumplir con nuestros propios esfuerzos. Solo Dios puede hacerlo.
Esta mañana he recibido una llamada el hermano Ongi Ahn. Me ha dicho que el hermano Guangsuk Shim, que no ha venido a la Iglesia durante bastante tiempo, ha decidido volver. El hermano Ongi Ahn me ha dijo: “Evangelista Park fue corriendo a verle. Hay que ir rápido y traerlo de vuelta a la Iglesia. Ahora que le ha vuelto el conocimiento”. El hermano Shim es un hombre de negocios como el hermano Ahn. Pero solía quejarse todo el tiempo. Su casa está llena de botellas de licor vacías. Algunas estaban envueltas en bolsas de plástico negras y guardadas en un rincón de su habitación. Cuando las veo, hago como si no viese el licor. Beber en sí no es un problema, porque no pasa nada por beber de vez en cuando mientras se vaya a la iglesia. Sin embargo, su excusa para saltarse los servicios de la iglesia era que no podía ganar dinero si tenía que ir a todos los servicios o reuniones de la iglesia. Dijo que sufría grandes pérdidas por venir a la iglesia. Dijo que casi no podía sobrevivir y que no podía organizar su vida si iba a la iglesia frecuentemente.
Hermanos y hermanas, puedo garantizarles esto. Si hubiese caminado por el Espíritu con la Iglesia Dios le habría ayudado sin falta. Esta no es mi opinión personal. Les puedo decir esto al tener fe en la Palabra de Dios. Debemos estar unidos con Dios en primer lugar. Está escrito: “Buscad primero el reino de Dios y Su justicia”. Como personas salvadas, debemos hacer nuestro trabajo bien antes que nada, y buscar la ayuda de Dios para nuestras debilidades. Entonces Dios nos ayudará en las cosas más pequeñas. Nos mantendrá vivos en todo momento.
Me sentí mal por él cuando dijo que no podía ir a la iglesia porque no podía ganar dinero durante ese tiempo. Pero todo irá bien cuando se una a la Iglesia de Dios; aunque piensa que le digo esto como pastor para hacer que venga a mi iglesia. Piensa que le estoy intentando manipular como su pastor. Pero juro que no es así. No voy a llevar a nadie a la Iglesia de Dios si esa persona se va a arruinar. Si llevo a alguien a Cristo y esa persona muere como resultado, ¿quién va a correr ese riesgo? ¿Por qué iba a hacer eso un ministro? Si ustedes fueran líderes de una iglesia, ¿le harían eso a su congregación? Si supiesen que la persona que van a llevar a Cristo va a morir, ¿no la llevarían a Cristo? No somos siervos de Satanás. Guiamos a la gente porque Dios prometió que haría prosperar a los que buscan al Espíritu.
 
 

La gente vive por las bendiciones de Dios

 
No solo vivimos de pan, sino de toda la Palabra que procede de la boca de Dios. No solo vivimos con dinero, sino con las bendiciones de Dios. ¿Lo entienden? Desde un punto de vista mundano, Abraham, quien no tenía esta tierra fértil como Lot, parecía estar en el camino de la muerte. Si Dios no le hubiese bendecido, su ganado y rebaño habría muerto y Abraham habría muerto.
Pero la Biblia nos dice que Lot se arruinó y que Abraham se convirtió en un hombre rico. No solo fue Abraham quien se hizo rico, sino también su hijo Isaac. Tuvo multitud de ovejas y 318 siervos (Génesis 14:14). Si lo calculan, Abraham no solo era un hombre rico. ¿Cuánto valen las ovejas? ¿Cuánto valen las cabras? Pueden costar doscientos dólares o más hoy en día. Entonces, si tenía 1000 cabras, costarían unos 200.000 dólares además del resto del ganado. En aquel entonces, la gente que tenía ganado no era pobre en absoluto. Cuando calculamos el dinero que generaba un rebaño de 1000 ovejas, vemos que eran inmensamente ricos.
Queridos hermanos y hermanas, hemos sido salvados. Y seguiremos a Dios mientras vivamos. En cuanto a aquellos de ustedes que hayan recibido la salvación lo más importante es cómo recibir las bendiciones de Dios. Y la respuesta es caminando por el Espíritu. Debemos seguir al Espíritu. Si no seguimos al Espíritu, sino que seguimos a la carne, no seremos diferentes a Lot. Al principio los que siguen a la carne pueden parecer tener éxito. Sin embargo, lo perderán todo al final.
¿Quién es nuestro Pastor? Es Jesucristo. Los rebaños necesitan ser guiados y protegidos por su pastor. Podemos aprender cómo seguir al Espíritu y trabajar con la Iglesia de Dios y orar a Dios yendo a la Iglesia a menudo. Incluso los que han sido salvados no pueden mantener esta verdadera vida de fe si no van a la Iglesia de Dios y se mezclan solo con la gente de este mundo. Se olvidarán de lo que es la fe verdadera. La gente aprende más acerca de la fe cuando va a la Iglesia de Dios.
¿Qué buscaremos? Aunque Dios no sea tangible o visible, debemos seguir al Espíritu. Les digo de nuevo que debemos seguir al Espíritu y no la carne. Si queremos prosperar debemos caminar por el Espíritu. Debemos averiguar qué complace al Señor, qué quiere de nosotros; cómo nos guía y qué quiere que haga Su Iglesia. Cuando entendemos todas estas cosas y servimos a Dios unidos con Su iglesia, Dios nos ayudará con todo y nos dará sus bendiciones.
La Biblia no es solo un libro de historia. Los autores de la Biblia no incluyeron historias porque no tuviesen nada mejor que hacer. Dios habló de estas cosas a través de estos autores para que pudiésemos entender la respuesta a ciertas preguntas como: “¿Qué dirección debemos seguir después de recibir nuestra salvación? ¿Qué debemos hacer para tener éxito?”. ¿Sigue nuestra fe siendo genuina después de recibir la salvación? No. Si seguimos los deseos de la carne, nuestra fe se hace cada vez más débil y la voluntad de Dios se hace cada vez menos clara. Debemos mirarnos a nosotros mismos. No sabían nada cuando estaban fuera de la Iglesia, ¿verdad? Pero cuando empezaron a vivir en la Iglesia conocieron a Dios y creyeron en Él y empezaron a crecer como personas de fe que pueden seguir al Espíritu de Dios de todo corazón. Mientras vamos a la Iglesia de Dios aprendemos más acerca de la fe, el Espíritu y la carne. Mientras vamos a la Iglesia de Dios frecuentemente descubrimos la voluntad de Dios y nos damos cuenta de que debemos buscar el Espíritu. Incluso cuando vivimos en este mundo tenemos la mano protectora de Dios con nosotros si seguimos al Espíritu. Podemos recibir todas las bendiciones de Dios. Entonces empezamos a entender lo que es la fe. Podemos darles consejos a los cristianos más jóvenes: “Haz esto. Vivan una vida de fe de esta manera. Únanse a la Iglesia. Caminen por el Espíritu”. Solo podemos hacer esto cuando nos unimos a la Iglesia por fe.
 
 

Dios bendice a los que se han unido a Su Iglesia

 
Como he dicho al principio de este sermón, Abraham se hizo rico gracias a su mujer. Esto también nos dice claramente que la gente que se une a la Iglesia puede estar bendecida. De la misma manera en que Abraham se hizo rico gracias a su mujer Sara, podemos estar bendecidos al unirnos a la Iglesia. Además de las bendiciones espirituales también recibiremos ganancias físicas.
Por supuesto, parece que hay muchas cosas que deben dejar atrás cuando empiezan sus vidas de fe. De hecho, perdemos nuestros amigos, familiares y mucho más mientras vivimos nuestra fe unidos a Su Iglesia. Esto es lo que ocurre al principio. Sin embargo, cuando aprendemos a vivir con una fe auténtica unidos a la Iglesia, podemos ganar mucho más de lo que hemos perdido.
Por tanto, debemos carminar por el Espíritu y vivir por fe. Los que están trabajando con la Iglesia deben considerarse muy afortunados. Sean cuales sean las circunstancias la Iglesia siempre ora por ustedes. Oran juntos en la Iglesia tiene un poder incalculable.
Por desgracia, hay muchas personas que se han alejado del Señor y no están unidas con la Iglesia. ¿Oramos por estas personas? Aunque pensemos que debemos no es fácil orar por esas personas en realidad. Por esta razón siempre son extraños para nosotros. Cuando la gente se va de la Iglesia, se queda aislada. Y esto significa que están excluidos de la bendición de Dios. Esto no es porque queramos hacerlo, sino porque es parte del plan de Dios que sean aislados. ¿Por qué no quiere Dios bendecir a los que no trabajan para Él? Aunque Dios los bendiga, no tienen ni idea de dónde han venido esas bendiciones.
Queridos hermanos, les digo esto una y otra vez, estar unidos con la Iglesia de Dios después de recibir la remisión de sus pecados es una verdadera bendición de Dios. No hay duda de que nuestra carne tiene muchos deseos mundanos, pero lo que debemos recordar como personas débiles es que debemos unirnos con la Iglesia, caminar por el Espíritu y obedecer la Palabra de Dios si queremos prosperar. Si tenemos problemas a pesar de todo esto, debemos presentárselos a Dios. Cuando oremos podremos saber si Dios nos va a ayudar. Dios es quien decide ayudarnos o no. Nuestro trabajo es hacer lo que podamos en la tarea que nos ha asignado. Por eso la Biblia dice: “Buscad primero el Reino de Dios y Su justicia”. Esto significa que debemos hacer lo que la Iglesia quiere que hagamos primero. En otras palabras, debemos invertir nuestro tiempo, nuestros corazones y dinero primero en predicar el Evangelio. Solo entonces Dios lo añadirá todo. Esta es la promesa del Dios Todopoderoso. Por tanto, si queremos ser bendecidos, debemos caminar por el Espíritu y obedecer la Palabra de Dios en Su Iglesia.
En el Reino de Dios hay muchas cosas que son diferentes a los asuntos humanos. Los que recibieron la remisión de los pecados y van a todas las reuniones de la Iglesia vivirán una vida con éxito en este mundo. Pero hay que gente que siempre piensa en el mundo desde una perspectiva humana: “Oh Dios, no puedo vivir así. Soy más inteligente que la gente de esa Iglesia, así que no voy a ir a esas reuniones. Solo iré a escuchar sus sermones de los domingos”.
¿Son más inteligentes que los santos fieles que van a reuniones de la Iglesia de Dios siempre? No. Las almas que no están sanas hacen que el cuerpo no esté bien. Si tienen algunas horas libres por no venir a la Iglesia de Dios, ¿qué bien les hace eso? Cuando tienen horas extra, ¿las utilizan todas para hacer algo bueno? Solo malgastan el dinero en esas horas. En los peores casos, algunas personas piensan: “¿Para qué sirve ir a la Iglesia? Leeré la Biblia e intentaré entenderla por mí mismo y viviré una vida de fe por mi cuenta”. Por supuesto que piensan que no están malgastando nada ni perdiendo nada, porque están utilizando su propio tiempo y dinero por sí mismos y no por el Señor.
Por favor, recuerden esto. Dios nunca da las bendiciones gloriosas a la gente así. La gente recibe prosperidad, salud y riquezas cuando caminan por el Espíritu. Mientras buscamos las cosas de la carne, sin importarnos el Espíritu, seremos arruinados físicamente. Dios creó cierta fórmula. Es una fórmula bíblica y divina. Como estamos siguiendo al Espíritu bien, no tengo que explicar los detalles. Pero a pesar de esto tenemos que recordar que Dios satisface nuestras necesidades físicas y espirituales cuando caminamos por el Espíritu.
Alabo al Señor. Le alabo y le doy gracias por permitirnos vivir una vida espiritual y darnos lecciones espirituales.