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တရားဟောချက်များ

Tema 18: Génesis

[Capítulo 6-1] Deben ser salvados de sus pecados ahora (Génesis 6:1-4)

(Génesis 6:1-4)
«Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre».
 
 
El pasaje de las Escrituras de hoy nos muestra cómo el pueblo de Dios fue separado para siempre del Dios de la Verdad. Algunas personas dicen: “¿Es un pecado espiritual que los hijos de Dios se casasen con las hijas del hombre por su belleza? ¿Y por qué es un problema que una persona justa se case con alguien que no ha nacido de nuevo?”. Debemos saber que una persona justa no debe casarse nunca con alguien que no haya nacido de nuevo porque tendrá consecuencias trágicas. ¿Por qué? Porque el Espíritu del Señor dijo que no lucharía con el hombre para siempre porque Sus hijos se habían casado con las hijas del hombre. Entonces, ¿qué hicieron los justos ante Dios para acabar separados de Él? Todos debemos hacernos esta pregunta del pasaje de las Escrituras de hoy.
El que los hijos de Dios vieran la belleza de las hijas de los hombres y las tomasen como esposas implica que el error ocurre cuando los justos aceptan la fe de los pecadores y se unen a ella. Espiritualmente la gente de este mundo puede dividirse en dos grupos: los que se han convertido en justos al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu de Dios, y los que no o los que se niegan a aceptar esta Verdad del Evangelio y por lo tanto siguen siendo pecadores. En otras palabras, los hijos de Dios aquí se refiere a los hijos de Dios que han encontrado Su gracia y han recibido la remisión de los pecados, mientras que las hijas del hombre se refiere a los pecadores que no conocen el amor de Dios. La Biblia nos dice que como los hijos de Dios fueron cautivados por la belleza de las hijas del hombre, Dios juzgó al mundo.
 
 
¿Qué significa la belleza de las hijas del hombre entonces?
 
Es absolutamente imperativo que entendamos lo que significa la belleza de las hijas del hombre, porque solo entonces podremos prepararnos para no caer en el mal y provocar el juicio de Dios. ¿Qué significa la belleza de las hijas del hombre? La belleza de las hijas del hombre se refiere a la belleza física de los seres humanos, pero espiritualmente hablando se refiere a las enseñanzas falsas de las prostitutas espirituales.
Por tanto, debemos saber que hay muchas prostitutas espirituales en este mundo. Las prostitutas espirituales de las que habla la Biblia son las que fingen ser las esposas espirituales de Cristo sin creer en la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu. Estas prostitutas prevalecen especialmente entre los denominados cristianos evangélicos. Estas personas cometen fraude espiritual buscando su propio interés carnal y deseos carnales, aunque saben cuál es el verdadero Evangelio del agua y el Espíritu. Están engañando a muchas personas inventando una fe falsa basada en sus pensamientos carnales y fingiendo creer en Jesús como su Salvador. Su fe está basada en el pseudo Evangelio que predica la sangre derramada en la Cruz en vez del Evangelio del agua y el Espíritu. Cuando Jesús vino a este mundo a librarnos de todos los pecados, cargó con los pecados del mundo para siempre al ser bautizado por Juan el Bautista y después los eliminó al derramar Su sangre en la Cruz. Pero, desafortunadamente, las prostitutas espirituales de hoy en día solo creen en la sangre de Jesús derramada en la Cruz como la única base para la remisión de los pecados, y se niegan a creer que Jesús cargó con los pecados de la raza humana al ser bautizado por Juan el Bautista, y se convierten así en charlatanes espirituales.
¿Quiénes son los charlatanes espirituales a los ojos de Dios? Son los que engañan a sus propios corazones al decir que no tienen pecados aunque sus corazones siguen teniendo pecados. Como estas personas creen en un Evangelio a medias en vez del Evangelio del agua y el Espíritu, se han convertido en charlatanes espirituales. Incluso ahora mismo, todos estos impostores espirituales deben dejar de lado su fe errónea, conocer la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu, obedecer y creer en este Evangelio de todo corazón. De lo contrario serán rechazados por el Señor y les dirá: «Nunca os conocí, obradores de iniquidad» (Mateo 7:23). Y la Biblia también nos dice: «Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley» (1 Juan 3:4). Si un cristiano quiere convertirse en un buen testigo de Jesús, debe creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y predicar este Evangelio por todo el mundo.
El que los hijos de Dios viesen la belleza física de las hijas del hombre y las tomasen como esposas implica que algunos nacidos de nuevo han dejado de lado su verdadera fe en el Evangelio del agua y el Espíritu y han buscado la fe en la sangre de la Cruz solamente; esta falsa fe es la que aprueba la gente del mundo. De la misma manera en que los hijos de Dios en el Antiguo Testamento fueron destruidos por permitir ser cautivados por la belleza de las hijas del hombre, nosotros estamos dando testimonio a muchas personas que están siguiendo este falso Evangelio en vez del Evangelio del agua y el Espíritu, que serán malditas si se niegan a recibirlo. Deben darse cuenta de que los que lo juzguen todo basándose solo en lo que ven sus ojos físicos serán destruidos por cometer este fallo.
Los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu son los hijos de Dios. Pero cuando los justos ven a las hijas de los hombres, pueden dejarse cautivar por su belleza y perderse por ellas sin darse cuenta. Por tanto, todos los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu debemos tomar el pasaje de las Escrituras de hoy como una advertencia, porque incluso los justos pueden pecar cuando ven la belleza física de las hijas de los hombres. Hablando espiritualmente, la belleza física del hombre se refiere a la fe falsa del cristianismo actual.
La belleza física no es la verdadera belleza. La mayoría de la gente juzga la belleza basándose en la apariencia física. Normalmente prefiere a la gente bien parecida. Pero la belleza física no vale para nada. A pesar de esto, caemos en ella a menudo, de la misma manera en que los hijos de Dios en el Antiguo Testamento fueron cautivados por la belleza de las hijas de los hombres y las tomaron como esposas para provocar el juicio de Dios.
Ahora que sabemos lo pecadores que son los seres humanos por naturaleza, también sabemos que la belleza de la carne no es nada comparada con la belleza del Espíritu. Sin embargo, cuando nos negamos a entenderlo y dejamos que nuestro juicio espiritual se turbe, acabamos dando más importancia a los atributos físicos y por eso acabamos enfrentándonos más a la tentación de la belleza de la carne. Sin embargo, los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu pueden diferenciar los deseos carnales de los deseos del Espíritu, y pueden hacer lo correcto por fe. Aunque los justos también tienen deseos carnales, como el Espíritu Santo vive en ellos, los deseos carnales no pueden serlo todo para ellos. Por otra parte, los que se niegan a creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, los deseos de la carne lo son todo para ellos.
Creo que esta era presente en la que vivimos es muy similar a los días de Noé, justo antes del Diluvio. ¿Tienen deseos carnales en su corazón? Como somos humanos, tenemos deseos carnales. Sin embargo, los justos que saben que tienen deseos carnales en sus corazones pueden seguir los deseos del Espíritu. Por el contrario, los que no se dan cuenta de que tienen deseos carnales en sus corazones pueden caer presa de la belleza del hombre y perderse espiritualmente. Estas personas justas son aún más preocupantes a los ojos de Dios. Deben darse cuenta de que, aunque sean justos, esto también les puede pasar a ustedes, y por tanto deben tener mucho cuidado de no caer presas de la belleza falsa. Dicho de otra manera, solo cuando reconocen que su corazón tiene deseos carnales, podrán decidir no perder su fe en el Evangelio del agua y el Espíritu. Cuando admitimos que podemos acabar siguiendo las cosas de la carne en cualquier momento, debemos tener cuidado de no caer en la fe falsa, y decidirnos a vivir el resto de nuestras vidas por el Evangelio del agua y el Espíritu.
 
 

No debemos tener dos mentes distintas ante Dios

 
Está escrito en el Libro de Santiago: «Vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones» (Santiago 4:8). Este pasaje nos enseña claramente que los justos no deben un doble ánimo ante Dios. Servir al mundo y a Dios a la vez es tener un doble ánimo a los ojos de Dios, y no debemos hacerlo. Todos debemos seguir a Dios viviendo en Su justicia y vivir nuestras vidas dentro de los confines permitidos por Él. Si caemos en la belleza de las mujeres del mundo y la seguimos, acabaremos dentro de las puertas de la destrucción.
Estamos viviendo en la era de la electrónica, y por eso cualquiera puede acceder a la belleza del mundo fácilmente. En el pasado era más difícil acceder al conocimiento o información. Pero hoy en día todo el mundo está conectado a Internet, así que cualquiera que tenga acceso a Internet puede enterarse de todo lo que pasa en el mundo en tiempo real, desde política a económica, temas sociales y eventos culturales.
Estamos viviendo en una era obsesionado con las personas famosas. La gente valora la apariencia física ante todo, está dispuesta a todo para hacerse más atractiva. En esta era, incluso los hijos de Dios pueden estar cautivados por la belleza física de la gente del mundo y acabar permitiendo que sus vidas espirituales se desvíen. En los días de Noé también había muchos hombres altos y bien parecidos, llamados los Nefilim. Estos Nefilim nacieron de los hijos de Dios y las hijas de los hombres, cuando las tomaron como esposas y se separaron de Dios Padre.
Como somos humanos, también nos atrae la gente bella del mundo. Espiritualmente hablando, es como si los creyentes del Evangelio del agua y el Espíritu se dejasen cautivar por la belleza falsa de los cristianos actuales que no han recibido la remisión de los pecados. Los justos también tienen ojos físicos y lo ven todo, lo oyen todo y lo piensan todo. Pero lo que los distingue de los demás es que creen en la justicia de Dios. Debemos darnos cuenta de que, aunque creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu, es posible caer en la trampa de los falsos profetas. Más específicamente, hay muchos evangélicos a nuestro alrededor y por eso es un grave error que los justos se dejen engañar por su tentación. Esto se debe a que, cuando los justos caen en estas enseñanzas falsas, no pueden vivir por fe. Los justos deben tener cuidado con los evangélicos en particular, ya que su evangelio tiene aspectos similares al nuestro. Pero en realidad, nuestro Evangelio es muy diferente al suyo. Caer en la belleza física de las mujeres de este mundo es lo mismo que caer en estos falsos evangelios, separarse de Dios incluso después de creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. La belleza de este mundo mata a los justos sin pistolas ni cuchillos. Los cristianos pecadores utilizan medios espirituales para engañar a los justos, y si los justos caen en la tentación, serán heridos de gravedad y morirán.
Es todavía más importante que tengamos cuidado con lo que ven nuestros ojos, porque cuando los hijos de Dios reciben todo lo que ven con sus ojos, la belleza del mundo puede engañar a sus corazones. Hablando físicamente, tanto el hombre como la mujer tienen cierto atractivo que atrae al sexo opuesto, y espiritualmente hablando la religión del mundo también parece ofrecer algo hermoso para atraer a los justos. Pero si los justos caen presa de su belleza, serán visitados por la destrucción. Por tanto, si están pensando en unirse a los pecadores, deben dejar de lado estos pensamientos. Estas tentaciones no están lejos de nosotros, están alrededor. Por tanto, es absolutamente importante examinar nuestros corazones todos los días, reafirmar nuestra fe en el Evangelio del agua y el Espíritu, y recordar que tenemos que darle gracias a Dios en nuestras vidas. Como personas justas debemos meditar sobre la Palabra de Dios y seguirla; no debemos caer presas de las cosas del mundo o permitir mezclarnos con el mundo.
Espiritualmente hablando, la belleza de las hijas del hombre se refiere a la tentación del pecado. Hemos sido salvados y nos hemos convertido en hijos de Dios por conocimiento, por obedecer y creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, y por tanto ahora podemos vivir en la Iglesia de Dios; pero a pesar de esto estamos viviendo todavía en una cultura pecadora sin darnos cuenta. Sin saberlo, podemos ser cautivados por la belleza de las hijas del mundo y acabar viviendo en pecado. Debemos darnos cuenta aquí de que si los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu caemos por la belleza de los que no han nacido de nuevo, Dios no estará con nosotros. Por tanto, los verdaderos creyentes debemos tener cuidado con la fe de los evangélicos porque estas personas son peligrosas. Esto se debe a que, espiritualmente hablando, los que aspiran a la fe de los evangélicos están persiguiendo la belleza de las hijas del hombre.
¿Saben qué tipo de tiempos eran los de antes del Diluvio de Noé? Era una era muy próspera como la de hoy en día. Y durante ese periodo las iniquidades de la gente abundaron, y como resultado sus corazones se endurecieron por estos pecados. Cuando comparamos estos periodos, ese fue un periodo próspero pero solo en términos carnales. ¿Acaso no estamos viviendo en una era así? El mundo entero está floreciendo con prosperidad material. Pero en cuanto al alimento espiritual puro, muchas personas están buscándolo en la basura. Cuando examinamos lo que dicen los evangélicos, vemos claramente que no tienen muchas enseñanzas espirituales valiosas. Sus enseñanzas que salen de sus pensamientos humanos no son más que basura, pero muchos pecadores están buscando en la basura desesperadamente para encontrar comida espiritual, en vano.
Esta era actual está dominada por los deportes, la televisión y el sexo en la escena cultural. Estas industrias hedonistas están muy bien desarrolladas. La búsqueda de los placeres carnales es una industria floreciente, no solo en los países industrializados, sino también en los países subdesarrollados. Todo el mundo es prisionero del hedonismo. Así que la pregunta es ¿estaba el mundo corrupto antes del Diluvio de Noé?
Este mundo presente será juzgado, pero esta vez con fuego (2 pedro 3:7). Dios dijo que juzgaría este mundo, es decir el segundo mundo, con fuego y lo quemaría completamente. Cuando miramos este mundo, vemos que todo el mundo busca los placeres sexuales atraídos por las hijas del hombre, y algunos hijos de Dios están cayendo en el pecado atraídos por esa belleza. Estamos viviendo en una era en la que los hijos de Dios están siendo convertidos por las mujeres del mundo y no al revés. El fin del mundo está muy cerca. Debemos tener presentes estos riesgos y vivir confiando en la justicia de Dios. Debemos ser vigilantes, estar despiertos en Cristo, orarle y mantener nuestros corazones en Él hasta el día en que regrese el Señor a este mundo. En otras palabras, el corazón del hombre justo no debe dejarse llevar por la belleza de los que no han nacido de nuevo ni seguirles.
Debemos mantener nuestros corazones en un estado de vigilando porque el corazón es la fuente de la vida (Proverbios 4:23). Aunque seamos débiles, seguimos siendo hijos de Dios. No debemos dejarnos cautivar por la belleza de los que no han nacido de nuevo. Nuestros hermanos y hermanas, incluyendo los siervos de Dios, no deben seguir las iniquidades de este mundo. Si una persona nacida de nuevo sigue a los pecadores, morirá. Dios juzgará incluso a los justos si se desvían. Aunque no hayan ido por el mal camino todavía, recuerden siempre que deben dedicar su energía a guardar su corazón. Con el inminente regreso de nuestro Señor, deben tener cuidado de no caer en los pecados que buscan los que no han nacido de nuevo.
Por tanto, les pido a nuestros hermanos y hermanas jóvenes que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu que solo consideren casarse en Cristo cuando llegue el tiempo y no antes. Así que, si todavía están solteros, esperen hasta que Dios les dé una esposa o un esposo santos en la Iglesia, y después vivan su fe en la justicia de Dios. Si se vuelven impacientes y caen en la belleza de alguien que no ha nacido de nuevo, tendrán muchas dificultades, y acabarán traicionando al Señor y dejando la Iglesia. En estos días, cuando el fin del mundo está tan cerca, no deben permitir convertirse en una persona así y abandonar su fe. Seguir la fama de este mundo o su poder es como seguir la belleza de las hijas de este mundo. No debemos caer en la tentación de seguir las riquezas de este mundo, su fama o su poder. Debemos creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, y aunque nuestra fe sea como una semilla de mostaza, debemos guardar nuestros corazones y fe en nuestras vidas.
 
 

Debemos prepararnos para el Día del Señor siendo salvados primero

 
Esta era presente es la última era del mundo. Aunque no sabemos cuánto durará esta era, sabemos que no durará mucho. Viviendo en estos tiempos todo el mundo busca los placeres pecadores aún más y hacen todo lo posible por prosperar en términos carnales. La gente de hoy en día está muy unida a su realidad presente, en vez de a sus futuros, de la misma manera en que los peces en un estanque seco intentan respirar. Esto nos demuestra que la gente de este mundo está muriendo en cuerpo y espíritu. De hecho, la gente de este mundo está viviendo alrededor del pecado, en una era en que la destrucción está cerca. Como estamos viviendo en esta era, Dios nos está enseñando qué tipo de fe debemos tener.
Cada vez la gente va menos a la iglesia por todo el mundo porque el mundo ofrece muchas cosas para disfrutar. En el pasado, cuando las televisiones y las radios eran difíciles de encontrar, la gente tenía que ir a la iglesia para saber qué pasaba en el mundo y recibir conocimiento. Por eso muchas personas iban a la iglesia a escuchar a sus pastores. Había muchas personas que iban a la iglesia en esos días, ya que podían encontrar acceso a nuevo conocimiento e información solo en la iglesia, tanto que pensaban que una persona ignorante podía aprender yendo a la iglesia.
Pero ahora vivimos en la era de la información. A medida que Internet se hace cada vez más accesible, cualquier persona con acceso a Internet puede encontrar fácilmente la información que busca con tan solo un par de clics. Además la televisión y la radio tienen un papel muy importante diseminar esta información. Cuando ven las noticias, escuchan lo que está pasando en cualquier país del mundo. Así que la gente, viviendo en esta era con tanta inundación de información, cree que no tiene que ir a la iglesia como antes. Aunque vayan a la iglesia, en lo respectivo al conocimiento, hay menos que en este mundo para ellos.
Toda iglesia verdadera predica la pura Palabra de Dios tal y como es, pero hay muchas iglesias en este mundo que solo predican que Jesús derramó Su sangre en la Cruz para redimir nuestros pecados, en vez de predicar el Evangelio del agua y el Espíritu. Y cuando los pastores dan un sermón, enseñan constantemente a sus congregaciones a ofrecer oraciones de penitencia. Por eso hay tantos cristianos que han dejado de ir a la iglesia, pensando que no hay nada que escuchar y aprender.
El que haya iglesias por todo el mundo que estén cerrando es la prueba de que el fin del mundo está muy cerca. El hecho de que las iniquidades abunden en este mundo es otra señal de que el fin del mundo está cerca. La maldad era tan prevalente en los días de Noé que Dios juzgó el mundo en aquel entonces. Le pidió a Noé que construyese un Arca, y cuando el Arca estaba construida Dios juzgó a todo aquel que le desobedeció. El mundo está lleno de iniquidades ahora, y por eso esta era se compara con los días de Noé. Esta era no es menos malvada que los días de Noé. De hecho, las iniquidades abundan aún más, y es demasiado obvio que estamos viviendo como en los días de Noé y por tanto el juicio es inminente.
Está escrito en el pasaje de las Escrituras de hoy que durante los días de Noé: «Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal» (Génesis 6:5). El mundo estaba tan lleno de maldad en los días de Noé que todas las intenciones y pensamientos del hombre eran malvados. Piensen en la gente de hoy en día. ¿Cómo de malvadas son sus intenciones y acciones? Les voy a poner un ejemplo. Ayer vi en las noticias que un matrimonio, que a penas ganaba dinero vendiendo en la calle, había sido asesinado. Me dejó horrorizado escuchar el motivo del asesinato. El asesino, otro vendedor ambulante les había vendido su puesto a estas personas por unos $10,000. Pero cuando el matrimonio empezó a vender allí, se dio cuenta de que no era un buen sitio para vender. Al darse cuenta de que habían sido engañados, fueron al antiguo dueño y le preguntaron por qué les había vendido un puesto tan malo por un precio tan alto. Así que el antiguo dueño se enfadó mucho y los mató con un martillo.
¿Cuánto dinero ganaba este matrimonio como vendedores ambulantes? Si trabajaban todo el día, seguramente como máximo ganarían $50, pero el antiguo dueño no solo los defraudó, sino que los asesinó. No podía creer que alguien pudiera hacer eso a un matrimonio tan pobre. Esto demuestra lo cruel y malvado que es este mundo. La gente es tan malvada que está dispuesta a matar para asegurar su supervivencia. En el pasado, los vecinos eran tan amables y se ayudaban tanto que eran incluso mejores que parientes lejanos, pero hoy en día es difícil encontrar vecinos así.
Los ríos están tan contaminados hoy en día que los peces mueren y acaban en la orilla muertos. Todo río tiene un mecanismo natural para tratar la contaminación filtrando los contaminantes con la arena, las algas y formas de vida microscópicas, y por eso, incluso la corriente de abajo puede mantener condiciones habitables. Pero hay un límite de este mecanismo de filtrado y por tanto cuando hay demasiados agentes contaminantes, la corriente de abajo se convierte en un río de muerte y sus peces y organismos mueren.
Lo mismo pasa con los seres humanos. En una sociedad tradicional, solía haber normas sociales que proporcionaban unas pautas morales y éticas, y estas normas filtraban hasta cierto punto la maldad de la gente, por lo que no era tan intolerable. Sin embargo, a medida que progresa la industrialización y la urbanización, las normas sociales y los valores tradicionales decaen, y el mundo se inunda con tanta maldad, por lo que es imposible no cometer tantos pecados.
¿Cómo de prevalente es la maldad en este mundo presente? Vivimos en tiempos en los que tememos a los adolescentes más que a nadie. En el pasado, cuando los niños hacían algo malo, cualquier persona podía regañarles, y los niños escuchaban con educación a sus mayores. Pero hoy en día, cuando los adultos ven a los adolescentes hacer algo malo, pasan de lado fingiendo que no han visto nada. Si intervienen, seguramente se llevan una paliza o algo peor.
Vivimos en este mundo. Pero a pesar de esto estamos viviendo con fe, y esto es posible gracias a Jesús. Cuando el mundo está lleno de tanta maldad, ¿cómo podemos mantenernos limpios? Estamos viviendo vidas de fe aunque nuestro carácter no sea impecable, porque tenemos fe en el Evangelio del agua y el Espíritu, porque tenemos a nuestro Señor Jesús en nuestros corazones. Por eso podemos vivir vidas rectas de fe, de los contrario no seríamos diferentes a la gente del mundo. Si no tuviésemos a Jesús o a la Iglesia de Dios, habríamos cometido incluso peores pecados que la gente del mundo. Ya seamos jóvenes o viejos, todo el mundo acaba siendo manchado por su maldad. Aunque la gente finge ser inocente por fuera, en realidad está llena del mundo, aunque no se dé cuenta de ello. Por el contrario, nosotros estamos viviendo una vida espiritual de fe, y todo gracias a Cristo Jesús.
 
 

Entonces, ¿qué debemos hacer mientras vivimos en este mundo lleno de maldad?

 
A medida que se acerca el fin del mundo debemos prepararnos para el regreso del Señor por fe. En otras palabras, debemos llevar a cabo el ministerio del Evangelio para salvar a todas las almas del pecado. Debemos predicar el Evangelio del agua y el Espíritu con más vigor y debemos ayudar a preparar a todo el mundo para que sea salvado por fe. Este mundo está destinado a seguir por su camino de corrupción y nosotros debemos preparar nuestra fe aún más.
No podemos cambiar el mundo. Este mundo está sumido en materialismo y hedonismo y está lleno de maldad, por lo que nadie puede cambiarlo. Lo único que podemos hacer es predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo para que muchas almas puedan encontrar al Señor y recibir la Remisión de los pecados. Antes de que el Señor vuelva a este mundo para Juzgar, todo el mundo debe ser salvado al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu de Dios.
Nuestra responsabilidad en estos tiempos como personas redimidas de Dios es predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo. Es absolutamente indispensable para todos nosotros predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a la gente del mundo. Y la gente de este mundo debe preparar la fe de la salvación. Debe escuchar el Evangelio del agua y el Espíritu y obedecer y creer en él, y así recibir la remisión de los pecados en sus vidas antes de ver al Señor cara a cara. Cualquiera que no prepare su salvación será destruido. De la misma manera en que los peces en un estanque seco se ahogan, si no preparamos nuestra fe de salvación mientras vivimos en este mundo, nuestras almas no podrán evitar ser enviadas al infierno. Por tanto, debemos mantener nuestra fe en el Evangelio del agua y el Espíritu, el verdadero Evangelio que nos ha dado la remisión de los pecados.
Todos nosotros debemos preparar esta verdadera fe. Antes de que vuelva nuestro Señor y la destrucción venga al mundo, hay algo que todos nosotros debemos hacer ante todo. Esto es limpiar nuestras almas al creer de todo corazón en la remisión de los pecados que nuestro Señor nos ha dado libremente, y prepararnos para entrar en el Reino del Señor cuando la destrucción del mundo llegue. Si no preparan su salvación, serán destruidos con el mundo. Ante Dios, todo el mundo debe preparar la fe que trae la remisión de los pecados a sus almas, para que todos puedan entrar en el Cielo por fe. Dios quiere que ustedes, su familia y todos los de su alrededor reciban la remisión de los pecados. Dios no quiere que nadie sea destruido. Quiero que todo el mundo sea salvado. Y la Iglesia de Dios puede por lo menos hacer esto.
Nuestra responsabilidad no es demasiado pesada: todo lo que tenemos que hacer es predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a los que no han nacido de nuevo. El que crean o no en el Evangelio del agua y el Espíritu depende de ellos. Cuando se predica el Evangelio del agua y el Espíritu todo el mundo debe aceptarlo por fe enseguida, pero el problema es que en esta era están todos tan arraigados en la maldad que muchos de ellos se niegan a aceptar el Evangelio de la remisión de los pecados aunque se les predique. Incluso los cristianos no creen que esté cerca el fin de los tiempos, y por eso encuentran descanso en este mundo y su complacencia en vez de escuchar el Evangelio del agua y el Espíritu. Estas personas no tienen futuro, y solo les espera la destrucción.
La ciencia y la tecnología actuales están muy avanzadas. Han avanzado tanto que parece difícil que vaya a haber más progreso. Entonces está más claro que el fin del mundo es inminente. Cada vez es más común perder las tarjetas de identificación o de crédito y el robo de identidad también es un problema grave, por eso al final algunos científicos anunciarán que han descubierto una tecnología para resolver estos problemas grabando una marca en el cuerpo. Esta marca es la marca del 666 descrita en el Libro del Apocalipsis.
Hoy en día tenemos todo tipo de facturas y de impuestos que pagar, impuestos de la propiedad, seguros de salud, facturas de teléfono, del agua, de la electricidad y la lista sigue. Hay tantas facturas que para algunas personas es difícil recordar pagarlas a tiempo. La única manera de deshacerse de este estorbo es introducir una marca universal para todo el mundo. Esta será la marca de la bestia de la que se habla en el Apocalipsis. Llegará el momento en que esta profecía se hará realidad. Se dice que esta tecnología tan avanzada ya ha sido desarrollada para ser implementada. Si esto es cierto, recibir una marca en la frente o en la mano derecha no es un cuento de hadas, sino que será una realidad.
Antes de que llegue este momento en el que todo el mundo deberá recibir la Marca de la Bestia, los que no han recibido la remisión de los pecados deben darse cuenta de cómo Jesús se ha convertido en su Salvador y deben creer en Él cuanto antes. Solo entonces podrán entrar en el Reino del Señor, vivir con fe y ser protegidos por Dios. Les pido que crean que los días de este mundo están contados y que preparen su fe. Todos los que creen en la Palabra de Dios deben prepararse para el fin de los tiempos, aferrarse a la Palabra de Dios y seguir esta Palabra. Dios nos ha pedido a todos que nos preparemos para este día. Y este día está justo delante de nuestros ojos.
Lo que estoy diciendo aquí no es lo mismo que dicen algunos profetas apocalípticos del fin del mundo, sobretodo los que aparecieron en el cambio de siglo con el advenimiento del nuevo milenio. Estas personas decían que Jesús iba a volver aunque Su tiempo no había llegado. Esto era un truco de Satanás que controlaba a estos grupos para plantar dudas en los corazones de la gente para que no creyesen en la Palabra de Dios incluso cuando llegase el fin de los tiempos. Es bastante obvio que cuando la gente del mundo se deja engañar por esos profetas apocalípticos, luego no cree a otras personas que les avisan del fin del mundo. Así que Satanás engañó y mintió a todo el mundo para asegurarse de que la gente no cree que el Juez esté a punto de aparecer. Pero aún así, muchas personas tienen miedo de morir con la destrucción del mundo. Por eso todo el mundo debe creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y recibir la verdadera remisión de los pecados en sus corazones.
Esta era presente es como los días de Noé. Cuando Noé tenía 500 años, Dios le dijo que juzgaría al mundo con agua. Como Noé creyó en la Palabra de Dios, pasó cien años construyendo este arca, y cuando se completó el arca, es decir cuando Noé cumplió 600 años, el juicio de Dios descendió en el mundo. Dios juzgó al primer mundo de esta manera. ¿Cuántas personas fueron salvadas de esta destrucción entonces? Solo ocho almas fueron salvadas. Aunque no había demasiadas personas viviendo en el mundo en aquel entonces, si lo comparamos con el presente, aún así había mucha gente. Así que vemos que a parte de Noé y su familia, todo el mundo murió.
Cuando llegue el momento de regresar nuestro Señor a este mundo, ocurrirán desastres naturales como nunca antes en este mundo. El Libro del Apocalipsis dice que un tercio de la raza humana morirá de contaminación medioambiental y desastres naturales: «El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida. El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas» (Apocalipsis 8:6-11). Cuando llegue el fin de los tiempos, las naciones se levantarán contra las naciones, padres matarán a hijos, las estrellas del cielo se caerán, y ocurrirán desastres naturales. La Biblia dice que estos signos del fin de los tiempos aparecerán en los cielos y la tierra.
Antes del fin de los tiempos, mientras sigan vivos, deberán recibir la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, el Evangelio que les permite entrar en la presencia de Dios. No es tan difícil creer en el Evangelio del agua y el Espíritu de corazón y preparar esta fe que les salva del pecado. Todo lo que tienen que hacer es recibir la remisión de los pecados de todo corazón creyendo en la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu.
Por el mandamiento de Dios Noé construyó el arca. Desde el momento en que recibió este mandamiento, Noé empezó a compartir un arca; había pasado cien años construyendo el arca y había predicado a la gente de aquel entonces que entrase en el arca y fuese salvada. Les gritó: “Dios va a borrar a todo el mundo de la faz de la tierra con agua. Entrad en el arca cuanto antes”.
Como Noé estamos predicando el Evangelio del agua y el Espíritu a la gente de hoy en día como nos dijo Dios y la estamos llevando a Su Iglesia. No hay nada más que hacer ahora. La Palabra de Dios explica claramente cómo Jesús ha eliminado todos los pecados con el Evangelio del agua y el Espíritu, y por tanto todos los que escuchan la Palabra de Dios deben confirmar esta Verdad a través de las Escrituras con sus propios ojos y creer en ellas con sus corazones. Esto significa que no hay nada más que hacer por su salvación además de creer en la Palabra de Dios ahora y preparar su fe para entrar en Su Reino. A pesar de decir creer en Jesús, casi todos los cristianos de hoy en día no han recibido la remisión de los pecados en sus corazones y van a recibir la maldición del juicio, y lo único que pueden hacer para ser liberados es admitir sus pecados lo antes posible y someterse al Evangelio de Dios. Esta fe es lo que significa creer en la salvación verdadera de Dios ante Su presencia. La gente de fe cree en el Evangelio del agua y el Espíritu y está esperando el día en que entrar en el Cielo.
El Evangelio del agua y el Espíritu es la Verdad de la salvación, pero es difícil para la mayoría de gente entender la Verdad con tan solo escucharla una vez. Después de todo, siguen pecando una y otra vez mientras viven en este mundo, y por eso puede resultarles difícil entender que todo el que cree en el Evangelio del agua y el Espíritu no tiene pecados gracias a su fe. Sin embargo, todos los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu creen en la Palabra de Dios y por tanto pueden entender que deben vivir por fe.
Mis queridos hermanos, es absolutamente imperativo que prediquemos el Evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo. Todos los pecadores del mundo tienen miedo en sus corazones. Sus corazones tienen miedo porque saben que van a ser arrojados al lago de fuego y azufre por sus pecados que el Señor ha preparado para todos los pecadores. Debemos tener compasión de estar personas y predicarles la Palabra de Dios, para que puedan estar preparadas para el fin de los tiempos. Cuando predicamos el Evangelio del agua y el Espíritu, es cierto que los que están llenos de sus propios méritos no van a aceptar este Evangelio en sus corazones y alcanzar su salvación. Además, aunque a la gente no le guste escuchar el Evangelio al principio, si sigue escuchándolo, por lo menos algunas personas creerán en él de corazón. En resumen, no solo debemos estar agradecidos a Dios por el Evangelio del agua y el Espíritu que nos ha salvado, sino que debemos mostrar nuestra gratitud predicando este verdadero Evangelio a todo el mundo, para que otras personas puedan ser salvadas también.
Al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, debemos preparar nuestra fe para entrar en el Cielo. Todos los que no han recibido la remisión de los pecados deben creer en el Evangelio del agua y el Espíritu ahora mismo para ser salvados y prepararse para el juicio inminente. ¿Pueden recibir la remisión de los pecados ofreciendo oraciones de penitencia? ¿Pueden ser redimidos de todos sus pecados al hacer muchas ofrendas a su iglesia? ¿Se recibe la remisión de los pecados orando y ayunando mucho? No, todas estas cosas son creencias sin efecto que no pueden salvarles. Lo que necesitan es la fe que tiene el poder de salvar, es decir, deben creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, la Palabra de Dios escrita en la Biblia, y solo entonces recibirán la remisión de los pecados y harán el Reino de los Cielos suyo. Por otra parte, si se niegan a creer en el Evangelio del agua y el Espíritu de todo corazón, deberán ser arrojados al infierno como está escrito en la Palabra de Dios.
Con el final de los tiempos está cerca, ¿en qué deben creer? ¿En qué deben creer en estos tiempos y para quién deben vivir? Esta era presente está tan llena de maldad que incluso los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu pueden dejarse llevar por sus corrientes de pecados. Como el mundo entero está siendo arrastrado hacia la oscuridad, ¿hay alguna garantía de que no van a ser arrastrados a la oscuridad del pecado? No, si bajan la guardia su vida acabará enterrada entre los deseos de la carne. Como un tinte, el pecado se hace sitio en el corazón de todas las persona gradualmente, pero de manera segura. Esto significa que, aunque seamos personas justas, si no predicamos el Evangelio del agua y el Espíritu, nuestras vidas acabarán manchadas por el pecado.
Todos debemos darnos cuenta aquí de que nosotros, y todo el mundo, estamos viviendo en un mundo que va a ser destruido pronto. Nuestro deber en estos tiempos es predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a todas las almas pecadores por todos medios. Por eso estamos tan centrados en nuestro ministerio literario para predicar el Evangelio en línea y fuera de línea. La gente puede recibir la remisión de los pecados solo si predicamos el Evangelio del agua y el Espíritu a través de nuestros libros. Muchas iglesias de hoy en día han ido por el mal camino y todo lo que piden es dinero, insistiendo en que den el diezmo, ofreciendo puestos en la iglesia para atrapar a la gente.
Como el mundo en el que vivimos ahora se ha convertido en un lugar en el que no se puede confiar en nadie, todos debemos creer en Jesucristo solamente, nuestro Salvador que vino por el Evangelio del agua y el Espíritu. Por tanto, los que tienen la verdad deben buscar a los pecadores e ir a ellos personalmente y predicarles el Evangelio del agua y el Espíritu. Jesús siempre estaba buscando a pecadores para contarles la Verdad de la salvación, los acogió y los sanó a todos, desde los leprosos a los cojos, los publicanos y las prostitutas, los ladrones y los adúlteros. De esta manera debemos buscar a los pecadores e ir a ellos. Ya no podemos sentarnos y esperar a que las almas perdidas vengan a nosotros. Algunas personas viven en aldeas remotas y no tienen una iglesia a la que ir, y por eso he estado viajando a estos sitios con nuestros hermanos y hermanas, visitando cada hogar para predicarles el Evangelio, compartir nuestros libros y hacer que reciban la remisión de los pecados. Si estamos dispuestos a hacer esto, no solo debemos predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a nuestras propias familias, sino que debemos predicarlo a toda la gente del mundo.
Aunque muchas personas buscan la verdad, la mayoría no puede encontrarla. ¿Dónde está la luz entonces? La luz de la Verdad se encuentra en la Palabra de Dios, en el Evangelio del agua y el Espíritu. Como todo el mundo está rodeado de la oscuridad, debemos iluminarlo con esta luz. ¿Cómo podemos ir al Cielo solos y dejar al resto del mundo que vaya al infierno? Debemos salvar a todos los que no han recibido la remisión de los pecados.
La Biblia dice: «Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio» (Hebreos 9:27). De vez en cuando visito un crematorio y veo cómo un cuerpo humano queda reducido a un montón de cenizas que son esparcidas por un río o una montaña, y entonces me doy cuenta de nuevo de lo vacía que es la vida. Cuando llega la muerte toda la belleza del cuerpo, toda su felicidad y tristeza, desaparecen sin dejar rastro.
Sin embargo, cuando llegue el último día, Dios resucitará a los muertos. Después de resucitarlos, los juzgará desde Su trono blanco. Arrojará al infierno a todos los que no se hayan preparado para la vida eterna al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. No hay ni una gota de agua en el infierno, no hay ningún lugar fresco. No encontrarán ayuda allí. No hay bondad ni belleza en el infierno, sino solamente sufrimiento eterno de fuego y azufre. Así que antes de ser arrojados a este sitio, todos debemos preparar nuestra fe para entrar en el Cielo.
Ya sean cristianos o no, deben prepararse para el fin de los tiempos. Y quien crea en el Evangelio del agua y el Espíritu debe predicar este Evangelio del agua y el Espíritu a todas las almas perdidas, para que puedan recibir la remisión de los pecados. Esto significa que, a través de los que hemos recibido la remisión de los pecados primero, todos los que no han recibido la remisión de los pecados deben escuchar el Evangelio del agua y el Espíritu para recibirlo, y prepararse para el fin de los tiempos. Solo entonces pueden entrar en el Reino de los Cielos con nosotros.
Entonces, ¿que se requiere de nosotros en estos tiempos? Debemos tener fe en el Evangelio del agua y el Espíritu que ha eliminado todos nuestros pecados y predicar este Evangelio a todo el mundo para que alcancen la verdadera salvación y estén preparados para el día del juicio. Así que todos debemos creer en el Evangelio del agua y el Espíritu de Dios, y por esta fe debemos predicar la verdadera salvación por todo el mundo para que todos estén preparados para el último día.