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တရားဟောချက်များ

Tema 22: Evangelio de Lucas

[Capítulo 2-3] Jesús se convirtió en nuestro verdadero Salvador (Lucas 2, 1-14)

Jesús se convirtió en nuestro verdadero Salvador(Lucas 2, 1-14)
«Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!».
 
 

La mejor noticia de todas es que el Señor vino a este mundo

 
Hace más de 2000 años desde que Jesús vino a este mundo. El mecanismo de datación del mundo se basa en el nacimiento de Jesucristo en este mundo. Así que los historiadores han dividido las fechas entre antes de Cristo (a.C.) y después de Cristo (d.C.) y ya han pasado más de 2000 años desde el nacimiento de Jesús. 
Cuando nuestro Señor vino al mundo no había sitio en la posada de Belén. Dicho de otra manera, Jesús nació en un establo con los animales donde el ganado comía y dormía. Durmió en el comedero de los animales envuelto en pañales. Nuestro Señor, el Salvador, nació en un lugar tan sucio. Las Escrituras dicen: «Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón». 
Nuestro Señor vino a este mundo para salvar a seres humanos humildes que habían sido expulsados del Jardín del Edén por haber pecado. Cuando el Señor vino a este mundo para salvarnos, ocurrió una cosa maravillosa en la pequeña aldea de Belén y el campo que había cerca de allí. Los pastores que había en las cercanías estaban pastoreando en la región de Belén en una noche oscura cuando oyeron a los ángeles hablar. Las Escrituras dicen: «He aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo».
¿Cuáles son las noticias más gozosas del mundo? La mejor noticia para los seres humanos es que Jesucristo, el Salvador, vino a este mundo. Dicho de otra manera, la mejor noticia es que nuestro Dios vino personalmente encarnado en un hombre para salvar a los seres humanos humildes como nosotros, incluyéndonos a nosotros, de los pecados del mundo. Esta es la mejor noticia del mundo. Dios se convirtió en un ser humano y vino a nosotros y este es el mayor suceso de la historia de la humanidad. ¿Cómo puede haber mejores noticias que estas? ¿Sería mejor la noticia de que el presidente de los Estados Unidos vaya a visitar nuestro país, Corea? Todo el país estaría preparándose para recibirle, ¿pero quién es mayor que nadie en este mundo? Dios, el Creador, quien creó todo el universo y a los seres humanos y está por encima de todo y de todos. Ese Dios creó este mundo. Ese Dios vino a este mundo para salvar a los descendientes de Adán que vivían vidas desesperadas porque Adán y Eva, nuestros antecesores comunes, fueron expulsados del Jardín del Edén después de haber pecado y esta noticia es la mejor noticia del mundo. 
Nuestro Señor vino al mundo así. ¿Quién es el Salvador de la humanidad? ¿Quién es el que nos liberó de todos los pecados del mundo al darnos la fe de la salvación y hacernos felices? Es Jesucristo, quien libró a toda la humanidad de todos los pecados al ser bautizado. El nombre de Jesucristo tiene un significado: Jesús significa Salvador de la humanidad y Cristo significa ungido con aceite. Este Jesús se convirtió en el Salvador de la humanidad. Significa Salvador y Profeta que nos enseña correctamente. Por tanto, el verdadero Salvador de nuestra vida es Jesucristo, el Rey de reyes. 
Jesús es el Rey de reyes. Es el Rey de reyes, Dios entre dioses y el Creador que ha creado el universo y todo lo que hay en él. Hay muchos dioses en el mundo, pero solo Jesús, quien vino como nuestro verdadero Salvador, es nuestro Dios verdadero. Cristo significa el ungido con aceite y el Rey. 
 
 

Las noticias más gozosas para todo el mundo

 
Un ángel se les apareció a los pastores que estaban con las ovejas en el campo esa noche y les dijo: «No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor». Jesús vino a este mundo por nosotros. Jesús vino a salvarnos de los pecados del mundo y del juicio y su condena. Jesús no vino a mostrar todo Su poder en este mundo. Jesús es el Señor que vino como el Salvador de todos los seres humanos que estamos hechos a imagen de Dios, y nos salvó de todos los pecados del mundo y de la maldición de la destrucción.
¿Cuál es la señal de que nuestro Señor vino al mundo y se convirtió en nuestro Salvador? El hecho de que vino como un bebé. El que Jesús viniese a este mundo como un ser humano es la prueba de que la Palabra se hizo carne y vivió entre nosotros (Juan 1, 4). Esto significa que nuestro Jesús, quien creó el universo y todo lo que hay en él, nació como un ser humano humilde del cuerpo de una mujer. ¿Por qué es un milagro que Dios nos salvase y se convirtiese en nuestro Salvador? Porque vino como un ser humano. Por eso nació Jesús en este mundo como un bebé. El hecho de que Dios naciese en este mundo como un bebé humano es la prueba de que Dios nos amó. Además es la prueba de que Dios es nuestro Salvador. 
Entonces, ¿cuál es la prueba de que hemos sido salvados de nuestros pecados? La prueba es que el Señor vino a este mundo como un ser humano y así nos salvó de todos los pecados porque nos amó. Hemos recibido la salvación al creer en la justicia de Dios, pero ¿cuál es la prueba de que hemos recibido esta salvación? El que el Señor viniese a este mundo. Vino al mundo y nos salvó. 
Queridos santos, ¿quién puede darnos paz en este mundo? El único que puede darnos paz en este mundo es Jesucristo, el Salvador de toda la humanidad. Jesús vino al mundo como un ser humano. Cuando nació en este mundo como un bebé, los ángeles y la multitud de los cielos alabaron a Dios cantando: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!». Jesús nos ha dado la paz eterna. Jesús es el verdadero Apóstol de la Paz. Aunque algunos llaman al Papa de la Iglesia Católica u otras personas famosas apóstoles de la paz, esto no es cierto. Solo Jesús nos ha dado la verdadera paz. 
¿Qué nos dio el Señor cuando vino a este mundo? La salvación. Nos da verdadero gozo. También nos da paz en nuestros corazones. Nuestro Señor vino al mundo y dio paz a los corazones de las personas destinadas a ir al infierno que sufren por sus debilidades. Nuestro Señor nos dio paz. Nuestro Señor tomó todos nuestros pecados a través de Su bautismo y los eliminó al derramar Su sangre en la Cruz. Asimismo, se convirtió en nuestro verdadero Salvador al ser juzgado en nuestro lugar y salvarnos del juicio y la maldición para que no recibiésemos el juicio por nuestros pecados. 
Nuestro Señor nos ha dado paz en nuestros corazones. Nadie podría tener paz en la tierra si Jesús no hubiese venido a este mundo. Como nuestro Señor vino al mundo, toda la humanidad, que es tan débil, avara y egoísta, puede recibir la paz verdadera mediante la salvación de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. La gente que cree en el Evangelio del agua y el Espíritu ha recibido la verdadera paz; la ha recibido por fe y no por sus propios esfuerzos. Por eso los ángeles y los seres celestiales cantaron: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!».
Como Dios nos amó tanto, borró todos nuestros pecados, nos dio paz, se convirtió en nuestro Salvador y nos hizo hijos suyos. Todas estas cosas son para la gloria de Dios. Las criaturas de Dios hemos recibido la gracia de convertirnos en hijos de Dios y esta es la gloria de Dios. Dios ha dado a toda la humanidad este amor tan inmenso y esta bendición. ¿Creen en esto?
 
 

«En la tierra paz, buena voluntad para con los hombres»

 
Nuestro Señor dijo: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!».
Hay muchas personas en este mundo. ¿Cómo viven estas personas? Viven porque no pueden morir y no tienen esperanza. Aunque todas las cosas del mundo revelan exactamente lo que Dios ha creado y le dan alabanza, los corazones de los seres humanos, que tienen dominio sobre todas las cosas, están llenos de lamentos por sus preocupaciones, problemas y pecados. Los seres humanos, dueños de todas las cosas, se lamentan y viven preocupados. Como los seres humanos son descendientes de Adán y Eva, y como han nacido con pecados que no quieren tener y siguen pecando sin querer, no pueden evitar vivir preocupados por esos pecados. 
Pero incluso entre personas con pecados hay algunas personas que complacen a Dios. ¿Quién complace a Dios y consigue tener paz? ¿Quién recibe la salvación y la gracia ante la presencia de Dios? La persona que necesita al Salvador. Dios ha dado la paz a los que admiten: «Necesito a Jesús. Jesús tiene que borrar todos los pecados de mi corazón, los pecados que cometo por mis debilidades y con mis acciones. Jesús tiene que bendecirme, salvarme y llevarme al Reino de Dios. Por tanto, necesito a Jesús».
No hay sitio para Jesús en los corazones de las personas que están satisfechas con el mundo sin Jesús. La felicidad sin Jesús no es felicidad verdadera. Las personas así no reciben la gracia del Señor. 
Somos personas que necesitan a Jesús desesperadamente. Debemos recibir la verdadera paz a través de Jesús, quien nos puede dar esa paz al tomar todos nuestros pecados, ser juzgado en nuestro lugar, morir por nosotros y resucitar y convertirse en el Salvador. ¿Quién es el verdadero Maestro de la paz en este mundo? Jesús. 
Las personas no tienen paz aunque bailen y canten. Las personas que están en la industria de la música, el cine, los políticos, médicos, profesores de universidad y directores de empresas que tienen mucho dinero y fama suelen tomar drogas. ¿Por qué? Porque no tienen satisfacción en sus corazones. 
La persona que todo el mundo necesita es el Señor. Jesús da paz a todas las personas que necesitan al Señor. Quien quiera tener a Jesús, recibe paz. El Señor ha borrado los pecados de esa persona, le ha librado del juicio y la ha convertido en hija de Dios para que pueda vivir en el Reino de los Cielos para siempre, sin preocupaciones. 
Sin embargo, muchas personas no tienen este gozo. La gente no está preparada para conocer a Jesús aunque haya venido a este mundo. La gente intenta encontrar la paz verdadera en las cosas materiales en vez de en Jesús. Estas personas no saben que las cosas materiales no pueden darles paz verdadera. Buscan las cosas materiales pensando que serán felices si tienen más dinero, y por tanto no pueden recibir la paz verdadera en sus corazones y se desesperan para acabar desapareciendo de este mundo. 
Debemos recordar una vez más en nuestros corazones que nuestro Señor vino a este mundo para darnos paz y que lo consiguió. Jesús se ha convertido en el verdadero Salvador para nosotros. Dios vino al mundo como un ser humano recién nacido. Por eso celebramos el nacimiento de Jesús como un día especial del año. Yo me regocijo con un corazón sincero. Me regocijo por el nacimiento de Jesús, quien vino a este mundo a salvarnos porque nos ama. 
En el Evangelio de Mateo, podemos ver que los reyes magos le llevaron a Jesús oro, incienso y mirra. El oro simboliza la fe firme. «Jesús es el verdadero Rey de reyes y mi Salvador. Jesús es el Salvador que vino a este mundo para borrar todos mis pecados». El oro representa esta fe sólida. 
El incienso significa que solo el Señor es el verdadero Dios que escucha nuestras oraciones. Simboliza esta fe. La mirra es una medicina que se utilizaba originalmente para evitar que los cadáveres se descompusieran rápidamente, y simboliza la resurrección del Señor. Simboliza que solo Jesús es el verdadero Dios y la Verdad y que no hay otra Verdad a parte del Señor. Quiero que se conviertan en personas que ofrecen una fe pura ante Dios como estos reyes magos, en personas que confiesan ante Dios que solo el Señor es la Verdad y en personas que tienen todas sus esperanzas puestas en el Señor. Quiero que todos los seres humanos sean así. 
Somos seres débiles e insuficientes. Aunque no han paz ni descanso en este mundo, nuestro Señor nos dio paz a los débiles y se convirtió en nuestro Salvador. Nos salvó de todos nuestros pecados. Así es como podemos ir al Reino de Dios. No podríamos estar ante la presencia de Dios si Jesús no se hubiese convertido en nuestro Salvador, y si no hubiese tomado todos nuestros pecados sobre Sí mismo. Yo no podría predicar el Evangelio ni enseñarles. 
Podemos recibir el verdadero descanso aunque vivamos en un mundo lleno de pecados, ya que Jesús tomó todos nuestros pecados sobre Sí mismo y resucitó de entre los muertos en nuestro lugar. El Señor fue al Reino de Dios y ahora está sentado a la derecha del trono del Padre y nos da paz y bendiciones como nuestro verdadero Salvador. Por eso podemos tener verdadero descanso en nuestros corazones en este mundo lleno de pecados. 
Como la Navidad está cerca, debemos celebrar el nacimiento del Señor y entender cómo hemos recibido la salvación y las bendiciones porque nuestro Dios se ha convertido en nuestro Señor, y debemos darle gracias. Debemos darle gracias sinceramente al Señor.