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خطبات

Tema 21: Evangelio de Marcos

[Capítulo 6-1] No adoren a la Virgen María (Marcos 6:1-6)

(Marcos 6:1-6)
“Salió Jesús de allí y vino a su tierra, y le seguían sus discípulos. Y llegado el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ‘¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? ¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?’ Y se escandalizaban de él. Mas Jesús les decía: ‘No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa.’ Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando.”
 
 
Afortunadamente el Evangelio es predicado a lo largo y lo ancho del mundo, pero no es fácil servir el Evangelio del agua y el Espíritu en nuestras vidas. Espero y oro por que todos nosotros nos reforcemos más en el cuerpo y alma. También espero y oro que todos en el mundo reciban el perdón de los pecados y reciban al Espíritu Santo en su corazón por creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, para que todos puedan recibir al señor con alegría en cualquier momento que vuelva. Para que esto sea así, primero todos debemos ser capaces de discernir la verdadera fe de la falsa.
Una vez escuché alguien que comparaba el envejecimiento con la velocidad, diciendo que la vida va a 10 km/h cuando estás en tu adolescencia, a 20 km/h cuando estás en la década de los veintes, a 30 km/h en la década de los treintas, a 40 km/h en la de los años cuarentas, a 50 km/h en los años cincuentas, y así sucesivamente. Es una analogía muy pertinente. Así, nuestras vidas pasan muy rápido, y por lo tanto, cada vez que escuchamos la Palabra de Dios, debemos escucharla con atención y creerla con todo él corazón, para que podamos estar listos para recibir al señor en cualquier momento.
El pasaje de las Escrituras de hoy describe lo que ocurrió cuando el Señor entró a su ciudad natal después de sanar a la hija de Jairo en otra región. Él regresó a Nazaret, donde había crecido desde niño. Por supuesto, sus discípulos también lo siguieron allí. Como era el día del Sabbat, Jesús enseñaba en una sinagoga, pero muchos que lo escuchaban estaban ofendidos por sus enseñanzas, diciendo: “¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? ¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?” (Marcos 6:2-3). Jesús dijo entonces: “No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa” (Mark 6:4). También está escrito en la Biblia: “Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando” (Mark 6:5-6).
Echen otro vistazo a la Palabra de Dios. ¿Cuál dice que fue la razón por la que la gente estaba sorprendida? Estaban asombrados porque conocían muy bien a Jesús como alguien que había crecido en su ciudad, y es por eso que dijeron: “¿No es este hombre el hijo del carpintero? Lo conocemos muy bien. ¿Quiénes son Sus hermanos? ¿No es Santiago uno de ellos?”
La gente alrededor de Jesús estaba diciendo que Santiago (es decir, la persona que escribió el Libro de Santiago) era hermano de Jesús. En otras Palabras, estaban diciendo que Jesús era sólo un hombre común de la casa de Judá, a quien conocían muy bien. Por otra parte, otros tres hermanos también son mencionados aquí aparte de Santiago, incluyendo José, Judas y Simón, para un total de cuatro hermanos. Es evidente también que Jesús tenía varias hermanas, ya que “Sus hermanas” también son mencionadas. Por lo tanto podemos ver aquí que la Virgen María tuvo muchos hijos aparte de Jesús, y también podemos ver que cuando nuestro Señor enseñaba la Palabra en la sinagoga de su pueblo natal, la gente no le creía.
El Señor por lo tanto se entristecía por su incredulidad, diciendo que un profeta es honrado en todas partes excepto en su pueblo natal. Y la Biblia nos dice que debido a su incredulidad, Jesús no hizo allí tantas maravillas, dejó su pueblo natal y viajó por otras aldeas para enseñar.
Me preocupa el hecho de que ustedes puedan también juzgarme sólo por mi apariencia exterior y por lo tanto tomen muy a la ligera la Palabra que estoy predicando. Por supuesto, a veces hablo a ustedes en un tono informal e incluso digo algunas bromas, pero deben darse cuenta de que cada vez que me dirijo a ustedes con la Biblia abierta, no sólo estoy dando relatos del hombre, sino que estoy predicando la Verdad de la Palabra de Dios. Cuando ustedes y yo vemos juntos la Biblia, estamos compartiendo la Palabra de Dios, y por lo tanto, lo que oyen en cierto momento, debería ser escuchado precisamente como la Palabra de Dios. Esto significa que no deben juzgar la Palabra de Dios por el aspecto exterior de la persona que la está predicando, ni deben tampoco considerarla sólo de acuerdo a sus pensamientos.
¿Por qué falló la gente en el pueblo natal de Jesús en creer su Palabra, incluso cuando Él predicaba su obra de salvación para ellos? Es porque conocían a Jesús sólo en términos carnales. Sin embargo, mis compañeros creyentes, de hecho, debemos ser capaces, no sólo de ver los aspectos carnales, sino también los espirituales, ya que el final, es mucho más importante que el principio. Cuando ustedes evalúan a alguien, deben analizar ambos aspectos, carnales y espirituales.
Si se fijan en los aspectos carnales de alguien, pueden ver todas sus imperfecciones y defectos, ya que la carne está expuesta exteriormente. Sin embargo, si observan sus aspectos espirituales, su fe es lo que es más importante, y entonces deben ustedes poder discernir si esa persona, teme a Dios y le sigue por la fe, o no. Y sólo quienes si lo hacen, son dignos de la amistad de ustedes, porque tienen la fe de aceptar la Palabra verazmente.
Como está escrito en el pasaje de las Escrituras de hoy, Jesús había regresado a su pueblo natal y predicaba la Palabra, pero la gente de allí lo rechazaba, diciendo: “Lo que él dice es tan profundo, pero nada más no podemos entenderle. Después de todo, ¿no es el hijo mayor del carpintero? ¿Qué no tiene cuatro hermanos, todos del pueblo? A todos los conocemos. ¿No están también aquí sus hermanas? Si alguien de renombre nos hubiera enseñado, podríamos haberlo aceptado, pero Jesús no es conocido, y por lo tanto ¿por qué deberíamos aceptar Sus enseñanzas?” De todas maneras, mis compañeros creyentes, siempre que leamos o escuchemos la Palabra de Dios, debemos aceptarla en nuestros corazones y creer en ella, exactamente como es.
Permítanme darles aquí un ejemplo importante y real.
Como he mencionado de vez en cuando, la Iglesia Católica venera a la Virgen María, pero ella realmente no es más que la madre de Jesús en la carne, y dio a luz muchos niños en este mundo, aparte de Jesús. Así que nadie debe adorar a María y aclamarla tan altamente, ni debe engañar a la gente de que a crea en tal vana creencia. La Iglesia Católica enaltece a María, madre de Jesús en la carne y como esposa del Dios Padre. Los católicos la consideran como la Reina del Cielo y la esposa del Padre de Jesús, y por lo tanto pueden ver… cuánto la veneran.
Por otra parte, los católicos también afirman que María nació sin pecado y que dio a luz a Jesús por sí misma, pero esto, también es una tontería. Si nos fijamos en los cuatro Evangelios, vemos que la razón por qué los judíos no aceptaban ni creían en Jesús, es porque lo conocían a Él, sólo en términos carnales, en base al hecho de que María tuvo por lo menos siete hijos y Jesús era el mayor de ellos. Es por eso, que rechazaban a Jesús.
Sin embargo, en realidad Jesús fue concebido por el Espíritu Santo y nació en este mundo sólo a través del cuerpo de la Virgen María, tal como ya había sido profetizado. Sin embargo, a pesar de ello, la mayoría de la gente en esos días conocían a Jesús sólo en términos carnales, así que lo ignoraban porque era sólo el hijo de un humilde carpintero en vez de nacer en una familia aristocrática o de renombre. Al igual que estas personas rechazaban a Jesús, los católicos de hoy con un entendimiento erróneo de Jesús, lo han también rechazado involuntariamente como el Salvador que vino por el agua y el Espíritu. Creer en Jesús mientras que se venera a María es lo mismo que rechazar a Jesús. Si observamos los íconos y pinturas católicos, Jesús casi siempre está representado como un bebé entre los brazos de María, su madre carnal.
“El Ave María” es una oración católica que siempre está presente, y que va así: “Ave María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.” Más recientemente, la Iglesia Católica ha venerado rotundamente a María oficialmente. Si los católicos se habían inclinado ante María junto con Jesús en el pasado, hoy en día, destacan a María incluso más que a Jesús mismo. María ya no es un ser humano, pero se ha convertido en una diosa.
La razón por la que estoy dando estos casos específicos es porque hay demasiadas personas que están sustentadas en esas creencias. Debido a estas, innumerables personas están venerando a María, sólo para acabar con una fe errónea. La veneración de María es particularmente frecuente en países católicos como España. En cada país donde se ha introducido el catolicismo, la veneración de María es tan generalizada que ha arruinado completamente el cristianismo. En Corea, la Iglesia Católica solía ser bastante débil, pero recientemente ha venido ganando más realce. Pronto, los católicos pueden igualar en cuanto a su número e importancia a los protestantes. Sin embargo, si esto se refleja en la Palabra de la Escritura, es completamente errónea. Ellos veneran a María como la Reina del Cielo y abogan por la doctrina de la Inmaculada Concepción, alegando que María nació sin pecado. Esto, sin embargo, es completamente falso. Habida cuenta de que María se llamaba a si misma una sierva del Señor (Lucas 1:38), fue un ser humano al igual que todos nosotros, no un ser divino, y se salvó de la misma manera que nosotros fuimos salvados.
A pesar de esto, hay muchos creyentes católicos en todo el mundo. No sé exactamente cuántos, pero debe haber por lo menos mil millones de ellos. Hay tantos católicos, que incluso pueden superar el número de protestantes. Cuando se hacen encuestas, católicos y protestantes son generalmente clasificados como cristianos, ya que todos creen en Dios de la misma manera. Pero el catolicismo es completamente diferente del verdadero cristianismo, y es la religión más mundana de todas.
Aquí en el pasaje de las Escrituras de hoy, el pueblo de Nazaret rechazó a Jesús porque; irónicamente lo conocían en términos carnales. Lo mismo es cierto para nosotros también. Cuándo nos vemos a si mismos, ¿quien es más obstinado a hacer caso de nuestras Palabras? ¿Quiénes los rechazan más a ustedes? ¿No es su propia familia la que los rechaza más? De hecho, es su propia familia la que se resiste más. Es porque los miembros de su familia les conocen demasiado bien, pero sólo en materia carnal. Para ellos, ustedes no son particularmente dignos de respeto, ni piensan que son más especiales o mejores de lo que ellos son, y es por eso que no creen en la Palabra de Dios incluso cuando ustedes se la predican.
Sin embargo, sabemos que nada, más que creer en la Palabra de Dios es lo correcto. Si bien podemos debatir y discutir sobre asuntos mundanos, cuando se trata de la Palabra de Dios, sabemos que creer en esta Palabra es indiscutiblemente correcto. Nuestro Señor también predicó la Palabra en su tierra natal, y se maravillaba de qué la gente no creía en Él. Está escrito aquí en el pasaje de las Escrituras de hoy que a pesar de que el Señor hablaba la Verdad, la gente de su tierra natal no le creía, Él se sorprendía de su incredulidad y se iba a otros pueblos para enseñar.
De hecho, no tenemos mucho reconocimiento ya sea aquí en esta ciudad o incluso en nuestro propio país. Pero, si miramos más allá en el mundo, podemos ver que nuestros libros llegan a todos los rincones del orbe y nuestro Evangelio es enseñado y predicado, y estamos generando atención en todo el planeta. Las personas en el extranjero nos dan más reconocimiento que nuestros compatriotas. Muchas personas extranjeras, entre ellas pastores y teólogos, han leído nuestros libros y recibido como resultado, el perdón de los pecados, y están todos muy agradecidos con nosotros por ello. En Corea, hay un largo legado histórico de aplazar a los poderosos y por lo tanto hay una tendencia de la gente a seguir ciegamente creencias extranjeras, pero espero y oro por que ustedes no sucumban ante esto, sino que al contrario, se conviertan en un verdadero creyente y vivan por la fe hasta el día que se vean con el Señor cara a cara.
Vivamos todos por lo tanto nuestra fe, hasta el día en que veamos al Señor. Habrá más cambios y calamidades este año. Habrá clima más errático. Vamos a ver aún más confusión en este mundo, por que se acerca el día del regreso del Señor. Pero a pesar de todas las dificultades que están por venir, espero y oro por que todos crean firmemente en la Palabra de Dios y soporten todas las pruebas en sus vidas, confiando en…“El Evangelio del agua y el Espíritu.”