Search

خطبات

Tema 20: La Oración del Señor

[Capítulo 20-7] Deberíamos Ser Liberados de la Maldad en vez de Caer en ella (Mateo 6:13)

Deberíamos Ser Liberados de la Maldad en vez de Caer en ella(Mateo 6:13)
“Y no nos metas en tentación,
mas líbranos del mal”
 
 
Queridos compañeros creyentes, ¿cómo estuvo su comida? Cantamos algunas alabanzas antes del sermón de hoy., y una de esas alabanzas se titulaba “Los guerreros de nuestro Señor.” En la última frase, las palabras “guerreros del ejercito celestial♪” alcanzaron unas notas muy altas y algunas veces yo no la alcanzaba. La mayoría de nuestros santos ya sea que solo movieran los labios o hacían un sonido chillante, pero creo que mi esfuerzo hoy fue meritorio. Así, que me sentí muy orgulloso de mí mismo, pero nuestro líder de alabanza dijo que aquellos que realmente cantaban bien solo movían sus labios en esas partes. Lo que dijo hizo que me cayera por un momento. Yo estoy agradecido de que nosotros los justos santos nacidos de nuevo como pueblo de Dios podamos alabar a Dios, ya sea que cantemos bien o no. Yo creo que nuestras alabanzas son hermosas ante Dios, aún si todo lo que hacemos es cantar desafinados.
Esta tarde, los creyentes del evangelio del agua y el Espíritu recibirán su bautismo. Afortunadamente, el clima es maravilloso para dar y recibir el bautismo. Después de que terminamos nuestra ceremonia bautismal, uno puede nadar en la alberca. Solo hay que tener cuidado con el agua fría. Yo creo que la temperatura de nuestra alberca es demasiado fría para los ancianos o los debilitados. Les aconsejo a aquellos que van a jugar en el agua que pongan atención al tiempo que van a pasar ahí. Por encima de todo, la seguridad es lo más importante. Tendremos aproximadamente una hora reservada como tiempo para jugar en el agua, y después de eso reasumiremos nuestra comunión de grupo.
Durante el verano, los deportes acuáticos son los más divertidos. Especialmente, a nuestros niños de la escuela Dominical les gustará jugar en el agua. Desde que llegamos nuestros niños de nuestra escuela Dominical han estado preguntando a sus maestros cuando irán a nadar. Ellos quieren usar sus tarjes de baño nuevos y así, no pueden esperar al momento en que saltaran al agua. Ellos vieron a los chicos de primaria y secundaria entrar en la alberca para limpiarla y han estado preguntando porque a ellos no se les permite entrar. Deseaban entrar tanto a la alberca que se ofrecieron ellos mismos para limpiarla.
Nuestros niños tienen mucho talento para el baile. Usted se sorprendería con los movimientos cuando bailan. Desde el baile break hasta el hip-hop, no existe estilo de baile que ellos no puedan realizar. Yo pensé que bailaba bien, pero comparado con nuestros niños, lo que hice ni siquiera puede llamarse bailar. Sus movimientos de danza son realmente sorprendentes. Una vez que los ves bailar, usted quedará compensarlos con algunos dulces.
Hay un niño que es realmente entusiasta en el baile. Si algún otro niño muestra un mejor movimiento de baile que él, se pone celoso e intenta con mayor entusiasmo mejor lo que el otro niño hizo. Su abuelo vive en el centro de Injae. Hay un programa de televisión llamado “Concurso de Cantantes Amateur” que recorre el país para encontrar gente talentosa en canto y baile. Cuando el programa llegó a Injae, este abuelito apareció en el programa y ganó el premio de popularidad. Él pudo ganar el premio de popularidad con son sus increíbles movimientos.
Aún así, nadie de su familia le dio la bienvenida cuando regreso a casa, cuando el obtuvo el premio de popularidad en el concurso. Él esperaba una gran fiesta de bienvenida con letreros de parte de su familia. Pero él vio que no hubo reacción de parte de su familia, se sintió un poco decepcionado. Él se enojó y gritó que de nada servía tener hijos.
Es probable que su nieto herede su sangre y su talento para el baile. Este niño ya es un maestro en el baile twist y ahora se está haciendo bueno en baile break. También, el padre de este niño es un excelente cantante. Puede cantar cualquier canción del mundo. Tiene talento para cantar una canción apropiada a cualquier tema que estemos conversando. No creo que esto sea de nacimiento en él sino más bien fue el producto de escuchar muchas canciones desde su infancia. El abuelo del niño de nuestra escuela Dominical, quién es el padre de esta genio musical, solía ser un maestro domestico haciendo tofu. Él solía hacer tofu desde las 4 de la mañana mientras escuchaba canciones pop desde su infancia, en la actualidad él pudo llegar a ser toda una autoridad en música pop. Aunque nosotros no enseñamos una canción pop en la iglesia de Dios, él aún es capaz de cantar cualquier canción que se le pide. Ciertamente, no se puede mentir acerca de la herencia sanguínea de alguien ya que heredamos nuestros genes de nuestros padres. Alabamos a Dios por hacer que este hombre use sus talentos para el canto, no para el mundo, sino para alabar a Dios. Dios es verdaderamente increíble.
Hoy, nos enfocaremos en el versículo 13 de la Oración del Señor, “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.” Yo digo que caemos en la tentación, tribulación y maldad porque seguimos nuestra propia ambición. Si cualquier santo comete especialmente obras malvadas ante Dios y llega a ser una persona malvada, se debe a que está persiguiendo su prosperidad carnal.
 
 

Debemos Orar para que No Caigamos en la Maldad en la Cual Cayó Jeroboam

 
Si vemos la Escritura en 1 Reyes capitulo 12 versículos 22 al 24, podremos leer acerca del reino del rey Jeroboam. Esta persona Jeroboam no era originalmente de la familia real sino un subordinado del Rey Salomón. Este hombre llego a ser rey de Israel por casualidad.
David, el rey de Israel, fue una persona que caminó con Dios y por ello recibió grandes bendiciones de Dios. Después de su muerte, su hijo salomón llegó a ser rey de Israel debido a la fe de David. A su vez salomón recibió enormes bendiciones para adquirir todo lo que quiso. Sin embargo, Salomón sirvió a muchos ídolos en vez de al único Dios verdadero. Se ganó la ira de Dios por vivir solo para ir tras su propia ambición y no por la palabra de Dios. Dios pospuso Su juicio sobre Salomón durante otra generación por consideración a David.
Roboam hijo de Salomón no volvió su corazón y cometió peores obras malvadas que su padre en vez de seguir a Dios. Dios no retuvo Su ira más tiempo y lo maldijo. Cuando Roboam, hijo de Salomón, llegó a ser rey, Dios dio 10 de las 12 tribus de Israel a Jeroboam, quien no era de la familia real, para castigar a Roboam y a Salomón.
Jeroboam no temía a Dios, sin embargo, a pesar de su origen humilde. Aunque recibió el reino debido al castigo de Dios sobre la familia real, perdió de vista este hecho y trató de defender su gloria como rey. Aunque debió haber creído, servido y seguido a Jehová Dios por haberlo hecho rey, Jeroboam no lo hizo.
Una vez que llegó a ser rey, a Jeroboam no le gustó el hecho que el Templo estuviera en Jerusalén, que aún estaba gobernada por Roboam. Pensó que el hecho que el pueblo estuviera adorando en el Templo en una región gobernada por Roboam minaría y amenazaría su autoridad. En el decimo día del séptimo mes de cada año, el pueblo iba a la tierra gobernada por Roboam para adorar y para participar en el ofrecimiento del Día de Expiación. Jeroboam pensó que podría ser una gran amenaza para su reinado y planeo regímenes para defender sus poderes.
Siempre estuvo consiente en lo más profundo de su cabeza que él no venía de una familia real. Había dos reyes en una nación en ese momento, y su si uno de ellos no tenia totalmente el trono, Jeroboam sabía muy bien que sería él. “Legítimamente no se suponía que yo sería rey y aún así me las arregle para serlo.” Así, mi gente podría de manera natural formar una facción y destronarme. Si alguna vez se hace realidad, perderé todo lo que tengo incluyendo mi propia vida.” Una vez que Jeroboam se sintió así, hizo planes para permanecer en el poder por temor que el reino que Dios le concedió pudiera estar en peligro.
Así, Jeroboam construyó santuarios en el sur y en el norte del Reino de Israel. Construyó santuarios en Dan y en betel y coloco becerros en cada uno de ellos. En lugar del Templo de Jerusalén, construyó santuarios en Dan y en betel. En lugar del arca del pacto del SEÑOR, colocó becerros de oro en ellos y su gente las adoró. Señalando al becerro de oro, dijo, “este es el dios que los saco de Egipto.” Él hizo que el pueblo sirviera a un ídolo visible. Esto fue un atroz acto de traición contra Dios, tan grande que fue imperdonable.
 
 

Debido a que Él solo Siguió los Deseos de la Carne

    
El Señor nos enseña a orar, “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.” La gente cae en la tentación y cae en el mal ya que solo van tras lo carnal. La fuente de todas las tentaciones, tribulaciones y la maldad es el seguir los deseos de la carne. Jeroboam cayó en la maldad de oponerse a Dios ya que quería satisfacer los deseos de su propia carne. Cometió perversas obras ante Dios para no perder su reino, fama y honor en la carne.
Jeroboam no habría cometido tales maldades horrendas, si él hubiese creído en Dios correctamente. Dios dio a Jeroboam todas las doce tribus excepto las tribus de Judá y Benjamín, así Jeroboam debió haber recibido esto con su fe. Es Dios quien puede dar y quitar, así como sostener esa gloria y honor. En vez de esto, Jeroboam no creyó en Dios. Él debió haber vivido su vida alabando a Dios quien le dio su reinado así como toda su riqueza, gloria, poder y honor. En lugar de eso, cegado por la ambición de su carne, cometió la enorme maldad de oponerse a Dios. Jeroboam, a quién se le dio 120 tribus de todos los israelitas, tuvo miedo de perder reinado con Roboam e intento mantener su posición por medio de esfuerzos humanos. Él no creyó que todas estas obras ocurrieron para realizar la voluntad de Dios.
No importa cuán débil nuestra fe pueda ser, nunca debemos cometer la maldad de ir tras la gloria humana en vez de darle la gloria a Dios. Si su fe le hubiera faltado, debió haber ido al templo de Dios y encontrarse con Dios y pedirle a Él que sostuviese su distinguida posición. Pero, Jeroboam terminó oponiéndose a Dios por su ambición carnal de defender todas sus glorias. Por temor a perder su reinado y a sus siervos, él cometió el imperdonable pecado de adorar ídolos delante de Dios.
Los Israelitas llegaron a cometer el pecado de adorar toda clase de ídolos así como a los becerros de oro ante Dios debido a Jeroboam. El pecado que Jeroboam cometió fue perverso y atroz ya que llegó a ser el origen de una herejía colectiva de los Israelitas que hizo que se pusieran en contra de Dios todo el tiempo. Así, una historia de subordinados destronando a sus reyes para llegar a ser reyes ellos mismos continuó. La gente continuó adorando en los santuarios. La gente creía en estatuas grabadas de madera con formas humanas. Y la gente se inclinaba delante del ídolo de Asera, una diosa gentil, en lugar de su verdadero Dios. Cometieron todo tipo de maldades mientras que invocaban el nombre del Señor Dios dentro de sus santuarios. Ellos se inclinaban delante de dioses gentiles e ídolos de fertilidad y oraban por el nacimiento de sus hijos así como por prosperidad. Además, existían prostitutas mujeres y hombres alrededor de sus santuarios que realizaban toda clase de actos obscenos. Los pecados de Jeroboam hicieron que los israelitas se olvidaran que Jehová Dios era el Dios verdadero. Él hizo que dejaran a Dios y que cometieran toda clase de maldades. Sus pecados fueron una maldad atroz que merecía toda clase de maldiciones.
El Señor nos enseñó a orar, “Y no nos metas en tentación,” en la Oración del Señor. Ya que podemos desviarnos si caemos en una tribulación muy grande, Él nos dijo que oráramos para ser liberados de la maldad para que no caigamos en grandes tribulaciones. Así, debemos vivir nuestra fe en el evangelio del agua y el Espíritu encarando todo mal.
 
 

Pensemos Acerca de Orar Así “Mas Líbranos del Mal”

    
Cometemos muchos pecados personales en este mundo. Cometemos tantísimos pecados que realmente ni nosotros mismos podemos recordar cada uno de ellos. Somos seres perversos que no podemos evitar cometer toda clase de pecados. Aunque no podemos evitar cometer tales pecados, todos nuestros pecados fueron completamente lavados por medio de nuestra fe en el evangelio del agua y el Espíritu. Ya que ahora vivimos delante de Dios en nuestra fe en el evangelio del agua y el Espíritu, no debemos orar por el perdón de todos nuestros pecados cada día, sino por la fortaleza para no traicionar nuestra fe en el evangelio.
“¡Mas líbranos del mal!” en otras palabras, debemos orar para que no caigamos en la maldad de oponernos directamente a Dios, lo cual deteriora el evangelio del agua y el Espíritu. Y nuestro Señor nos está diciendo que también debemos orar por la fortaleza para compartir el evangelio del agua y el Espíritu con aquellos que todavía no han recibido la remisión del pecado.
Mientras vemos el pasaje “mas líbranos del mal” de la Oración del Señor, examinaremos lo que Dios nos está diciendo y cómo esto se está llevando a cabo en el campo del mundo espiritual. La salvación por la remisión del pecado en la Biblia es revelada en ambos, por medio del sistema de sacrificios del Tabernáculo en el Antiguo Testamento y por medio del ministerio de Jesús en esta tierra, esto es, Su bautismo, sangre y muerte y en la resurrección escrita en el Nuevo Testamento.
Podemos darnos cuenta que la razón por la que se arruinaron los Israelitas originalmente se debió a los pecados de Jeroboam. Los Israelitas perdieron su tierra durante dos mil años y ahora continúan enredados en una serie de disputas debido a que Jeroboam corrompió el sistema de sacrificios puesto por Dios y debido a que él guió a los Israelitas hacia si mismo en vez de guiarlos a Dios. Israel se dividió en dos reinos. El Reino del norte de Israel era gobernado por Jeroboam mientras que Roboam gobernaba el Reino del Sur de Judá. Ellos creían en Dios separadamente como ellos creían y adoraban a Dios cada uno en sus propios términos. El Templo designado por Dios estaba en Jerusalén de Judea, el cual era gobernado por Roboam. Jeroboam estableció santuarios en lugar del templo de Dios en la región gobernada por él. Así, Jeroboam dirigió a los Israelitas en la dirección equivocada. Jeroboam cometió un pecado increíblemente mortal delante de Dios colocando un becerro de oro en cada uno de esos santuarios.
Nosotros también podemos cometer el pecado de adorar en un santuario en lugar de en el templo y el pecado de colocar ídolos en nuestros corazones en lugar de Dios. En otras palabras, podemos cometer el pecado de corromper la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu para llenar los deseos de nuestro corazón. Dios nos está diciendo que el pecado de deteriorar el sistema de sacrificios de Dios siguiendo nuestros propios pensamientos en lugar de la fe en evangelio del agua y el Espíritu es hacer que el Cristianismo se degrade a una religión mundana. Y que el resultado final de tal pecado trae una disputa eterna con Dios y ocasiona que nos apartemos de Él. Así, debemos orar “mas líbranos del mal,” y debemos vencer la maldad de no creer en lo falso creyendo en evangelio del agua y el Espíritu.
Aquellos que no han recibido la remisión del pecado están para servir a los ídolos al igual que Jeroboam ya que no creen en el evangelio del agua y el Espíritu. Además, algunos de los creen en el evangelio del agua y el Espíritu pueden traicionar la Verdad de la salvación y llevar a otros en la dirección equivocada. Debemos vencer esto. Aquellos que todavía no han nacido de nuevo deben recibir la remisión del pecado creyendo en evangelio del agua y el Espíritu. Aquellos que ya han recibido la remisión del pecado por medio del agua y el Espíritu deben liberar a aquellos que aún se están ahogando en la maldad sin haber recibido la remisión del pecado.
Me entristece que haya muchísimos Cristianos que tienen una fe parecida a la de Jeroboam. Ahora, comparemos la fe de aquellos que han caído en la maldad y que se oponen a Dios al igual que Jeroboam y la fe de aquellos que verdaderamente creen en el evangelio del agua y el Espíritu.
El hijo biológico de Salomón fue Roboam. Así, Roboam era verdadera realeza que heredó el reino como Dios lo determinó. Sin embargo, esto no puede ser dicho acerca de Jeroboam. Debido a que Jeroboam era meramente un subordinado, era natural que estuviese ansioso acerca del hecho que habría revueltas en contra de su reino ya que el no era de la familia real designada por Dios. Así, él sintió que no podía evitar el oponerse a Dios para conservar su reinado. Así, Jeroboam terminó cometiendo el gran pecado de oponerse a Dios para satisfacer sus propias ambiciones. Al final, él cometió el gran pecado de alterar completamente el sistema de sacrificios que Dios había establecido. Pero, él debió haber entrado en el Templo de Dios y debió adorarlo a Él de acuerdo al sistema de sacrificios que Dios había dado.
Dios nos ha estado dando instrucciones a cerca de Su salvación por medio del sistema de sacrificios del Tabernáculo desde la época del Éxodo. Los Israelitas realmente adoraban a Dios de acuerdo con la ley dada por Él con respecto al sistema de sacrificios del Tabernáculo. Así, ellos creían de acuerdo al sistema de sacrificios del Tabernáculo y recibieron la remisión de sus pecados. Los Israelitas escucharon la Palabra de Dios y siguieron Sus instrucciones.
Los Israelitas estaban gobernados bajo una teocracia. Dios era su Rey y todo el pueblo era siervo para Dios. Esa era la teocracia de Israel. Israel era un país así. Así, el desobedecer el sistema de sacrificios del Tabernáculo era romper la ley de la nación. Más aún, no terminaba como una violación de la ley de la nación sino que constituía un pecado de romper la Ley y de oponerse a Dios. Especialmente, un rey nunca debe ignorar la Ley de Dios y él tiene que ser el primero en incorporarse a cualquier costo a la Ley de Dios.
Así, Roboam realizaba ofrendas de acuerdo con el sistema de sacrificios del Tabernáculo como lo habló Dios y recibió la remisión de sus pecados. Roboam representa a los justos que han recibido la remisión del pecado creyendo en el bautismo que Jesús llevó y en la sangre de la Cruz. Por otro lado, en el mundo actual ¿Dónde estarían aquellos que rompieran la Ley hablada por Dios y cometieran actos ilegales e injustos como lo hizo Jeroboam? Serían aquellos que solamente creen en la sangre de la Cruz, mientras que ignoran el bautismo que Jesús recibió de parte de Juan el Bautista.
 
 

Veamos la Fe Incorrecta ante Dios

    
Los dioses de Jeroboam eran dos becerros de oro. Él hizo dos becerros de oro, colocó una en un santuario y otro en otro, y enseñó a su gente que estos becerros eran sus dioses. Jeroboam colocó los becerros de oro dentro de los santuarios e hizo que los Israelitas los adoraran diciendo, “Este es el dios que te sacó de Egipto.”
¿Qué significan estos dos becerros para nosotros? Son ni más ni menos que el ‘poder’ y la ‘riqueza’ humana. Nuestro deporte tradicional de ‘Lucha Coreana’ que el jactarse de la fuerza personal. Nos jactamos de la fuerza humana de la carne y acerca de nuestras habilidades individuales. A los humanos les gusta jactarse acerca del poder que poseen. Se hacían ídolos de quien tenía más poder o más dinero. En otras palabras, un becerro de oro es un dios para aquellos que aún no han recibido la remisión del pecado.
Jeroboam adoraba al becerro de oro como su Dios. E hizo que 10 tribus que estaban bajo su gobierno adoraran al becerro de oro como su dios. Él hizo que creyeran que el becerro de oro era su dios e hizo que le sirvieran y le siguieran. Si el rey de una nación sigue y cree en la voluntad de Dios, su gente también seguirá a Dios. Por otro lado, si el rey no cree, su gente servirá y seguirá el poder de este mundo. Aquellos que siguen a un rey carnal no pueden evitar oponerse a Dios en sus vidas.
Podemos ver este fenómeno aún dentro de la iglesia de Dios. Si el líder de una de las Iglesias de Dios sigue a Dios, los santos de la Iglesia harán lo mismo. Por el contrario, si el líder no tiene un fe sincera delante de Dios y va tras las riquezas del mundo, los santos de la Iglesia terminaran sirviendo ídolos sin importar cuando duro lo intenten para guardar su fe y para vivir vidas sinceras hacia Dios.
El Salmo dice, “Es como el buen óleo sobre la cabeza,
El cual desciende sobre la barba,
La barba de Aarón,
Y baja hasta el borde de sus vestiduras” (Salmo 133:2).
Dios permite que Sus bendiciones fluyan por medio de un líder que tema a Dios y que haga Su voluntad. Si el líder vive con una fe digna y sincera ante Dios, fluirá hacia los santos y ellos estarán naturalmente empapados con aceite y buena fe, esto es, con el Espíritu Santo. Sin embargo, si el corazón de un líder que guía a los santos está lleno de ambiciones malvadas que se oponen a Dios, los estarán empapados con un aceite sucio y corrupto y no habrá forma de evitar que lo reciban. Así, el líder de una Iglesia debe vivir una vida apropiada delante de Dios y guiar a los santos en un fe que agrada a Dios. Por esta razón, los santos deben orar por sus líderes para que Dios los ilumine y los sostenga. Eso a su vez beneficia a los mismos santos.
El rey Roboam era distinto al Rey Jeroboam. Roboam creía y servía a Jehová Dios, el Rey de reyes: él creía en Dios como el Dios de Abraham, Isaac y Jacobo y él creía que Dios los había liberado de la tierra de Egipto. Así, el Rey Dios en el que Roboam creía era muy diferente del Dios en que creía Jeroboam.
 
 

Diferencias entre la Vida en el Tabernáculo y la Vida en los Santuarios

    
Ellos tenían diferentes lugares para adorar a Dios. ¿Qué diferencia hay entre ellos? Rey Roboam hacía ofrendas dentro del Templo. Sin embargo, el Rey Jeroboam realizaba sus ofrendas dentro de los santuarios. El Templo fue construido de acuerdo al modelo del Tabernáculo que Dios les había dado. Dios les dio el sistema de sacrificios y les ordenó a ellos construir el Tabernáculo para servirle a Él de acuerdo al sistema de sacrificios. Dios colocó sacerdotes dentro del Tabernáculo e hizo que el pueblo adorara de acuerdo a la Ley, la cual Él había designado.
Sin embargo, los santuarios eran un engaño. Ofrecían los sacrificios deteriorados en los santuarios, y los sacerdotes no se designaban de acuerdo a las especificaciones que Dios había ordenado. Todo en los santuarios era hecho sin considerar a Dios, aunque supuestamente eran un lugar para adorar a Dios.
El santuario era un lugar similar al santuario que teníamos en la villa de nuestra ciudad, el cual se llamaba “Sunghwangdang.” Sunghwangdang está construida a la mitad de una colina o en un camino por el que se pasa frecuentemente se hace amontonando rocas naturales. Algunas veces, un chaman viene y realiza sus rituales. “¡Hui, Hui! Te falta sinceridad así que todos los pies de calabaza estan medios cocidos.” Escuchas el sonido del latir del tambor. “Una vez que el día comienza, toda la comida en la mesa es mía.” El tambor continua latiendo “Tan pronto como el sol se mete más pronto el día llega a ser mío… te falta sinceridad. Pon más dinero sobre la mesa.” Y el tambor continúa sonando debido a que los fantasmas vienen a Sunghwangdang, la gente se reúne ahí con corazones expectantes como si estuviesen encantados por algo.
El hecho de que Jeroboam y su pueblo adoraban en los santuarios indica que ellos no basaban su fe en el sistema de sacrificios de Dios. Este es un punto crucial para nosotros los que creemos en el evangelio del agua y Espíritu que lo sepamos correctamente. L gente no reconoce la diferencia entre la adoración en el Templo y en los santuarios, y consideran los dos como análogos. Sin embargo, usted debe tener una fe basada en un conocimiento preciso. El hueco entre la adoración en el Templo y los santuarios es tan lejano como los cielos que son más altos que la tierra. La diferencia es un asunto relacionado con que si la persona cree en la Verdad o no. En asuntos de conocer y creer en Dios, ya sea que creamos en Él o no de acuerdo al sistema de sacrificios, esto es, la ley de la remisión del pecado determina el hecho de que Dios acepte nuestra fe o no. Dios hizo que Su pueblo le adorara a Él en el Tabernáculo de acuerdo al sistema de sacrificios que Él estableció. Dios aceptó este método de adoración. Sin embargo, Dios nunca aceptará adoración ofrecida en los santuarios en rituales de sacrificio establecidos por los humanos. Más bien, Dios dijo que Él enviaría fuego sobre esos lugares.
Las obras perversas de Jeroboam no terminaron con la construcción de los santuarios y con el colocar becerros de oro dentro de ellos. Los actos pecaminosos que el cometió delante de Dios no tuvieron fin y fueron más atroces conforme pasó el tiempo. Jeroboam hizo sacerdotes de aquellos que no eran Levitas y los puso en los santuarios. Por otro lado, el Rey Roboam solo hizo sacerdotes a aquellos de la línea de sangre de Aron de entre los Levitas de acuerdo al sistema de sacrificios como Dios lo estableció por medio de Moisés. Roboam colocó a estos sacerdotes en el Templo para que ellos pudieran realizar ofrendas a Dios y le sirvieran a Él. Sólo los hombres de la tribu de los Levitas, especialmente los miembros de la familia de Aron fueron capaces de realizar los servicios santos que ofrecían la remisión del pecado. Ellos ordenaron a los Israelitas el poner sus manos sobre los animales del sacrificio para transferir sus pecados y recibir la remisión de sus pecados. En el Día de Expiación, el Sumo Sacerdote de la familia de Aron imponía sus manos sobre el chivo expiatorio de acuerdo al sistema de sacrificios para transferir los pecados anuales de todos los Israelitas de una vez por todas. El extraía su sangre y la rociaba sobre el arca del testimonio siete veces como paga de esos pecados. Esta es la esencia del sistema de sacrificios que Dios estableció.
Sin embargo, Jeroboam designó gente ordinaria que no podían ser calificados como sacerdotes para Dios. El los asignó a su propia discreción. Era natural que tales sacerdotes no conocieran correctamente el sistema de sacrificios que Dios había establecido. Ellos hicieron una ofrenda bajo sus propios términos en los santuarios que construyeron, los cuales no estaban aprobados por Dios. Fue suficiente para hacer enojar a Dios.
Debido a que el propósito para adorar a Dios y la fe de estos dos pueblos difería, tales diferencias dieron como resultado ofrendas diferentes. El Rey Jeroboam adoró a los becerros de oro hechos por él mismo como su Dios para la gloria de su carne tal como la fama, la riqueza y el poder. Por otro lado el Rey Roboam ofreció sacrificios con corazón agradecido de acuerdo al sistema de sacrificios establecido por Dios ya que él creía en el Dios que lo había salvado y que había guiado a sus antecesores.
 
 

Tenemos que Comparar los Dos Evangelios y Creer Correctamente

    
¿Cómo podemos discernir entre una fe correcta y una fe falsa? Somos capaces definitivamente de definir esto cuando comparamos a aquellos que creen en el evangelio del agua y el Espíritu con aquellos que no creen. Esto es, podemos saber quién va tras los pecados y quien heredó la fe de Roboam. Aquellos que ahora creen en el evangelio del agua y el Espíritu son seguidores de Roboam, y aquellos que no creen en el evangelio del agua y el Espíritu han caído en los pecados de Jeroboam.
Así, nosotros que creemos en el bautismo de Jesús y en Su sangre deben orar para que no caigamos en los pecados de Jeroboam. Y si por casualidad ya estamos dentro de esos pecados, debemos hacernos cargo de esos pecados por medio del agua y el Espíritu. El único evangelio que puede liberarnos de todo pecado es el evangelio verdadero dado por Dios de la remisión del pecado, el cual es el evangelio del agua y el Espíritu.
Creamos en el evangelio del agua y el Espíritu y derrotemos la maldad. Ya sea que hayamos recibido la remisión del pecado o no, ninguno de nosotros debería caer en la maldad en la que cayó Jeroboam. Aquellos que han recibido la remisión de todos sus pecados al creer en el evangelio del agua y el Espíritu deben orar como Dios nos enseñó ya que aún somos vulnerables a caer en tal maldad. Por medio de nuestra fe en el verdadero evangelio todos nosotros debemos superar esa maldad en la que Jeroboam cayó.
Las deficiencias de nuestras acciones no son un problema delante de Dios. Es la ausencia de nuestra fe la que es un gran problema. Un pecado enorme ante Dios fue que Jeroboam hiciese que los israelitas ofrecieran adoración ilegal para Dios. Tal maldad de perder la fe personal es el problema. De vez en vez, el mismo Jeroboam como rey entraba a los santuarios y realizaba ofrendas por su pueblo. Esto era verdadera necedad ya que en era un espejismo ser igual a Dios. Jeroboam hizo todas las cosas como él quiso.
Han existido muchas perversiones en la fe Cristiana, la cual cree en Dios. Debemos darnos cuenta que tales deterioraciones comenzaron cuando Jeroboam alteró el sistema de sacrificios para conservar su reinado y su poder: Aunque la adoración tenía que ser ofrecida en el templo (o en el tabernáculo), él adoraba en los santuarios. En lugar del arca del testimonio, él lo substituyó con dos becerros de oro. Aunque solo los Levitas establecidos por Dios podían ser sacerdotes de acuerdo a la Ley establecida por Dios, él hizo sacerdotes de gente común. Esto fue una gran maldad delante de Dios. Sin embargo, desafortunadamente, estos existen dentro del Cristianismo de hoy quienes cometen tal maldad.
Esos Cristianos que cometen tales maldades solo van tras la prosperidad en su propia insaciable carne. Ellos oran, “Por favor, haz que mi nieto prospere. Haz que mi descendencia prospere. Déjame prosperar en mis negocios.” Los éxitos que ellos piden están todos relacionados con asuntos de la carne, y la mayoría de ellos están relacionados con el dinero. Así, aunque puede ser que griten el nombre de Dios y le busquen, lo que ellos sirven realmente no es al Dios verdadero sino a los becerros de oro de Jeroboam. ¡El símbolo del poder es el becerro de oro! La gente trata de obtener poder aprovechándose del nombre de Dios. Así, ellos oran a Dios para que les de poder. Ellos oran por el poder de la carne.
Ellos no adoran en acuerdo con el sistema de sacrificios determinado por Dios. Ellos no pelean las batallas de la fe como soldados Cristianos nacidos de nuevo por medio del evangelio del agua y el Espíritu. Aunque usan el nombre de Dios como un ritual y realizan ofrendas para Él, aún así solo buscan a Dios para su propio beneficio en la carne, mientras que pretenden que creen en Dios. Hablando con precisión, pretenden creer en Dios, dependen de Dios, oran a Dios y adoran a Dios para satisfacer sus propias metas. Este es el más grande mal delante de Dios. Por lo tanto, tenemos que orar para no caer en tal maldad. “Señor, apártanos de tal maldad.” Nuestro Señor nos dijo que orásemos de ese modo.
Existen aquellos que primeramente han sido liberados de tal maldad y ahora adoran delante de Dios, dependen totalmente en Dios, y siguen a Dios. Ellos son los justos que han recibido la remisión del pecado por medio de su fe en el evangelio del agua y el espíritu. Ellos desprecian la maldad y a aquellos que han caído en la maldad mientras trabajan por su fe. Aún así, como parte de los que han recibido la remisión del pecado por delante de otros, ellos comparten el evangelio del agua y el Espíritu, el cual libera a esas personas de la maldad, y los convierte para Dios. Desde luego, ellos hacen eso oponiéndose a la maldad y persiguiendo la bondad de Dios.
Si nosotros decimos con nuestra boca, “Líbranos del mal,” pero vamos tras el mal con nuestras acciones, no habría un mal más grande que este. No debemos caer en las obras del mal que no nos beneficia a nosotros ni debemos abrir nuestras bocas sin seguir un curso de acción. Más bien, debemos vivir por nuestra fe en el evangelio del agua y el Espíritu mientras que al mismo tiempo oramos para que Dios nos libre del mal y realmente continuemos realizando la obra de Dios.
Existen muchos Cristianos del tipo de Jeroboam que han caído en pecados creyendo que pueden nacer de Nuevo por medio de su fe en la sangre de la Cruz. Sin embargo, el verdadero evangelio es el evangelio del agua y el Espíritu. Nosotros que tenemos la verdadera fe en el evangelio del agua y el Espíritu debemos reprender y oponernos a aquellos que claman a la sangre de la Cruz como su única Verdad de salvación.
“Líbranos del malvado.” Hemos sido liberados del pecado de Jeroboam creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu. Aún así, existen aquellos que han caído en el mal como Jeroboam pero todavía no se dan cuenta de sus pecados. Debemos reprender y oponernos a ellos en el nombre de Jesucristo. Esto se debe a que nunca debemos caer en el mismo mal nunca más. Podemos vencer y escapar de tal mal caminando con Jesucristo. No hay otra forma de hacer eso. Podemos hacer eso creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu.
 
 

El Evangelio del Agua y el Espíritu es la Verdad que Borra Todos los Pecados de la Gente

    
Nuestro Señor vino a este mundo en carne humana por medio de la Virgen María. Cuando Él cumplió 30 años de edad, Él tomó todos nuestros pecados sobre Sí Mismo al recibir Su bautismo de parte de Juan el Bautista. Nuestro Señor recibió el bautismo de Juan el Bautista por el cual Él tomó todos nuestros pecados y luego fue sumergido en el agua. Entonces, Él salió de entre las aguas. Mientras Jesús salía de las aguas, los cielos se abrieron y Dios Padre dio testimonio a Su Hijo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17).
Jesucristo nació en este mundo por medio del cuerpo de la Virgen María para liberarnos de todos los pecados de este mundo. Nuestro Señor vino a este mundo como nuestro Salvador para liberar a toda la humanidad de todos sus pecados y del Demonio. La razón por la cual Jesucristo recibió el bautismo cuando Él cumplió la edad de treinta años fue para cumplir las profecías del Antiguo Testamento. Nuestro Señor recibió voluntariamente el bautismo de Juan el Bautismo para quitar todos los pecados de toda la humanidad incluyéndote a ti y a mí. Completamente Él borró todos nuestros pecados al cumplir el propósito de Su venida por medio de recibir Su bautismo. Él recibió el bautismo para quitar todos nuestros pecados como era Su intención cuando Él vino a este mundo.
Muchos Cristianos creen equivocadamente que Jesús tomó los pecados del mundo sobre la Cruz. Ellos no conocen la Verdad del bautismo que Jesús recibió antes que Él fuese crucificado sobre la Cruz. Jesucristo fue a la Cruz preparado para ser crucificado ya que Él ya había tomado todos nuestros pecados por medio de Su bautismo. Debido a que Él recibió el bautismo, Él derramó Su sangre sobre la Cruz preparado para recibir los juicios por todos nuestros pecados en lugar de nosotros. En lugar de nuestros viejos yo quienes estábamos empapados en pecados y merecíamos el juicio por todos nuestros pecados, Jesús tomó todos los pecados del mundo por medio de Su bautismo. Así, Él dio el pago por nuestros pecados con Su preciosa sangre. Jesús murió sobre la Cruz dando el pago por todos nuestros pecados, los cuales Él quitó por medio del bautismo que Él recibió sobre Su inocente e inmaculado cuerpo. Nuestro Señor recibió el bautismo y murió tomando el juicio por nuestros pecados para dar el pago de estos pecados.
Jesús resucitó de entre los muertos y ascendió al Cielo. Ahora Él se sienta a la diestra del Padre. Él está esperando a que Su tiempo llegue, mientras que nos cuida desde arriba. Nuestro Señor está esperando por el tiempo de juicio para dividir a aquellos que han recibido la remisión del pecado al creer en el evangelio del agua y el Espíritu, el cual fue completado por Jesús Mismo, y aquellos que solamente creen en la sangre de la Cruz o que para nada creen totalmente en Él. Él espera que todos reciban la remisión del pecado por medio del evangelio del agua y el Espíritu y que todos entren en el Reino de Dios con un gran aplauso. Sin embargo, aquellos que han caído en la maldad de Jeroboam al agarrase de sus ambiciones y pensamientos recibirán el juicio de parte de Dios por sus pecados. Así, tal gente debe volverse rápidamente de su maldad.
Jesucristo murió crucificado sobre la Cruz habiendo tomado todos nuestros pecados sobre Sí Mismo por medio de Su bautismo. Dicho de otra manera, Jesucristo tomó todos nuestros pecados sobre Sí Mismo por medio de Su bautismo antes de que Él fuese crucificado sobre la Cruz recibiendo el juicio por todos nuestros pecados. Debemos saber que esta es la razón por la que Él murió sobre la Cruz. También, debemos saber y creer en la razón por la cual Jesús recibió Su bautismo.
Mientras recibimos la remisión del pecado y vivimos nuestra fe, debemos aplicar la muerte de Jesús sobre la Cruz a nuestras vidas de fe. Cuando nos aborrecemos a nosotros mismos, cuando estamos demasiado cansados para vencernos a nosotros mismos, y cuando somos incapaces de vencer las ambiciones de nuestra carne, tenemos que aplicar la Palabra “nuestra vieja naturaleza ha muerto sobre la Cruz” a nosotros mismos.
El Apóstol Pablo dijo que había sido crucificado con Cristo; “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20). Junto con su fe en el bautismo de Jesús, el Apóstol Pablo creía que la Crucifixión de Cristo era crucificarse a sí mismo hasta la muerte. Él podía creer que había sido crucificado con Cristo cuando Jesús murió en la Cruz habiendo estado unido con Él por su fe en el bautismo de Jesús.
Debemos aplicar esta Palabra a nuestras vidas. “Mi vieja naturaleza antes de que yo naciera por el agua y el Espíritu – murió juntamente con Cristo. Por lo tanto, yo he llegado a ser una nueva persona al creer en la Palabra del agua y el Espíritu. Yo nací de nuevo después de que yo creí en el evangelio del agua y el Espíritu. Todos mis pecados fueron transferidos por medio de Su bautismo, y todos mis viejos paradigmas y valores y relaciones han terminado sobre la Cruz.” Debemos creer aplicando esto a nuestras vidas.
Nuestra fe en la Cruz permanecen firme verdaderamente mientras tenemos fe en el bautismo de Jesús que hizo que todos nuestros pecados se transfirieran al cuerpo de Jesucristo. Nuestro Señor recibió el bautismo y entonces recibió el juicio por todos nuestros pecados al derramar Su sangre sobre la Cruz. Si Él no hubiese tomado todos nuestros pecados por medio de Su bautismo, no hubiera habido necesidad de que Él muriera. Además, en tal caso Su muerte no hubiera tenido significado. Sin embargo, nuestro Señor y Salvador dio el pago por nuestros pecados al derramar Su sangre sobre la Cruz por lo que Él tomó todos nuestros pecados al recibir el bautismo de Juan el Bautista.
Jesús resucitó de entre los muertos. La resurrección de Jesús fue la evidencia final de que Él es nuestro Señor y perfecto Salvador. Por medio de la resurrección de nuestro Señor, llegamos a creer que hemos llegado a ser nuevas creaciones, que nuestros cuerpos serán resucitados en el día de la segunda venida de nuestro Señor, y que nuestro Señor es nuestro perfecto Salvador.
1 Juan 5:6 afirma, “Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad.” Y continua, “Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan” (1 Juan 5:8). El agua (el bautismo de Jesús), la sangre de la Cruz, y el Espíritu Santo (la Divinidad de Jesús) nos han convertido en hijos de Dios quienes hemos sido liberados perfectamente de todos nuestros pecados. Esto constituye la obra más justa de liberar completamente a los creyentes de nuestro Señor de toda maldad. Nuestras oraciones “Líbranos del malvado” han sido respondidas por medio del evangelio del agua y el Espíritu. Aquellos de ustedes que aun no han recibido la remisión del pecado deben vencer todo mal creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu.
La gente aún puede caer en los pecados de Jeroboam aún después de haber recibido la remisión del pecado. Pero, de ellos deben vencer esto por medio de su fe en la conversión. Deben escapar de esta trampa. Deben patearla. Si alguien ignora el bautismo que Jesús recibió, debemos darnos cuenta que esto es el pecado de permanecer en contra de Dios y de alejarse de Él.
De hecho, el Cristianismo de la actualidad está estupendamente deteriorado. Los cristianos piensan que tienen una fe perfecta por sólo creer en la sangre de la cruz. Ellos dicen que su fe está bien porque creen en Jesús como su Salvador, Jesús como el Hijo de Dios, y Su muerte sobre la Cruz. Sin embargo, eso no es una fe completa. Además, si observamos profundamente en sus corazones, ¿Cuál es el motivo de su fe? No es ni más ni menos que ir tras el becerro de oro. Ellos van a sus respectivas iglesias con la esperanza de tener bienestar en su carne. Aún, no pueden reconocer la enorme maldad en la cual han caído. Así, cometen atrocidades inimaginables continuamente. Lo que es peor es que son muy obvios sin ningún remordimiento.
Pero, ¿Que dice la Biblia acerca de la verdadera salvación? La Biblia dice que no sólo incluye la sangre de la cruz sino también la venida de nuestro Señor a este mundo y el haber recibido Su bautismo para liberar a la humanidad entera de todos sus pecados de una vez y para siempre. Jesús tomó todos nuestros pecados sobre Su propio cuerpo al recibir Su bautismo y se sometió a Sí Mismo al juicio de todos nuestros pecados sobre la Cruz. Por nosotros, nuestro Señor se ofreció a Sí Mismo silenciosamente igual que una oveja mansa ante el matadero (Isaías 53:7). Él tomó todos nuestros pecados sobre Si Mismo por medio de Su bautismo. Él derramó Su sangre sobre la Cruz y Él murió silenciosamente, y resucitó de entre los muertos para llegar a ser nuestro verdadero Señor y Salvador.
 
 

Aún el Antiguo Testamento da Testimonio del Evangelio del Agua y el Espíritu como la Verdad

    
Esta Verdad también está claramente revelada en el Antiguo Testamento. En los tiempos del Antiguo Testamento, antes de que las ofrendas de los sacrificios pudieran realizarse dentro del Tabernáculo, los pecadores tenían que colocar sus manos sobre el cordero o el chivo del sacrificio y transferir sus pecados sobre estos sacrificios. En el Antiguo Testamento, la sangre de un sacrificio era derramada sólo después de colocar las manos dentro de Tabernáculo. La sangre del sacrificio era entonces rociada sobre los cuernos del altar y su carne tenía que ser quemada sobre el altar.
Un animal para sacrificio debía estar sin defecto. Tenía que ser examinado de cerca antes de ser ofrecido. No podia tener ningún defecto. Los animales que tenían muchas cicatrices, que cojeaban que tenían partes sin pelo, eran ciegos les faltaba una pierna, tenían huesos fracturados, o que tuvieran los intestinos torcidos no podían ser usados para el propósito del sacrificio.
El perverso Jeroboam realizaba ofrendas imitando el sistema de sacrificios determinado por Dios para la remisión del pecado. Él adoraba en los santuarios. La gente traía animales a los sacerdotes para que ellos realizaran los sacrificios de parte de la gente. Sin embargo, los animales eran ciegos, cojeaban, estaban desfigurados, y daban demasiado asco aún para aquellos que los traían para comer en sus propias casas. Y en lo que respecta a los sacerdotes, él elegía a gente ordinaria en lugar de Levitas.
Así, en Malaquías, la ira de Dios eructo. “He aquí, yo os dañaré la sementera, y os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de vuestros animales sacrificados, y seréis arrojados juntamente con él. Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Malaquías 2:3-4). “Ustedes deben de olvidarse de hacer cualquier ofrenda. No deshonren Mí nombre. Ustedes son tan miserables porque ya han recibido las maldiciones. Aquellos que no Me temen no deberían de molestarse en deshonrar Mi nombre sino deben alejarse totalmente de Mi ¡Ustedes que cometen los pecados de Jeroboam! Si ustedes no se convierten y limpian sus corazones, serán maldecidos y arrojados en el fuego eterno.” Esto es lo que Dios nos ha dado como advertencia una y otra vez.
Sin embargo, este pecado no termino con la maldad de Jeroboam. Después que él murió, sus descendientes cometieron la misma maldad. Su hijo actuó como su padre, como lo hizo el hijo de su hijo y así sucesivamente. Además, toda la maldad se esparció a la gente del reino del sur gobernado por el Rey Roboam. En los siguientes días, la verdadera y la falsa adoración se mezclaban en confusión, y ambos, Judá e Israel colapsaron. Todos ellos fueron destruidos delante de Dios. Dios usó al General Tito de Roma para eliminarlos. Su ejército capturó a los Israelitas y los vendió a naciones lejanas y los esparció. Todo esto ocurrió debido a que Dios se enojó con ellos. El Templo también fue totalmente destruido y no quedó piedra sobre piedra (Lucas 21:6).
Así, el Templo ya no existe en este mundo. Tampoco está el Tabernáculo en este mundo. Nadie sabe dónde está el arca del testimonio. Tuvieron que ofrecer el sacrificio de acuerdo a la Ley determinada por Dios. Ellos tuvieron que reconocer, respetar, temer y amar a Dios. Entonces, ¿Cómo podía Dios recibir la gloria de ellos ayudarlos y ser su Dios, si solamente usaron, abusaron y menospreciaron a Dios para su gloria y honor propio de la carne? En vez de eso, Dios los esparció e hizo de ellos una nación sin tierra propia durante un largo período de tiempo. Este es el juicio y la maldición de Dios para aquellos que han caído en la maldad.
Podemos caer en la maldad debido a la debilidad de nuestros cuerpos. Sin embargo, debemos vencerla por nuestra fe. Los soldados Cristianos deben vencer cualquier mal que enfrenten por su fe en el evangelio del agua y el Espíritu. Algunas personas que han caído en los pecados de Jeroboam podrán decir, “Yo he recibido la remisión del pecado, y yo no cometo ningún pecado porque yo he muerto en Cristo. Yo no doy ningún fruto de pecado en la carne ya que estoy lleno del Espíritu Santo.”Sin embargo, tal fe está muy lejos de la fe en el evangelio del agua y el Espíritu. Los justos que viven por la fe verdadera no pueden unirse con esta gente.
Queridos compañeros creyentes, cometemos pecados en este mundo debido a nuestra débil carne, aunque hemos recibido la remisión del pecado por medio del evangelio del agua y el Espíritu. Sin embargo, en algunas ocasiones, somos capaces de vencer la maldad por nuestra fe, aún transferir esos pecados, limpiarnos a nosotros mismos completamente al rumiar sobre el evangelio del agua y el Espíritu ya que tenemos al Espíritu Santo en nuestros corazones.
 
 

Aún los Creyentes del Evangelio del Agua y del Espíritu Continúan Pecando Hasta el Día en que Mueren

 
Al creer en el evangelio del agua y el Espíritu nuestros corazones han llegado a quedar limpios. Y como soldados Cristianos, hemos llegado a ser herramientas de justicia para las obras de Dios. Podemos llegar a estar nuevos cada día al rumiar en el evangelio del agua y el Espíritu aunque no podemos evitar cometer pecados cada día debido a nuestras debilidades. Por lo tanto, no debemos olvidar ni por un momento el evangelio del agua y el Espíritu. Aún si nos olvidamos por un solo segundo, eso será suficiente para que nuestros corazones se manchen con los pecados de este mundo. Aunque eso no nos convertirá nuevamente en pecadores, aún tendremos problemas con nuestras conciencias.
Ni aún los justos que recibieron la remisión del pecado están inmunes de cometer pecados. Es un hecho que aún ellos cometen pecados personales. Aún Dios Mismo dijo que no hay una sola persona justa que nunca cometa ningún pecado (Eclesiastés 7:20). Es por medio del poder del evangelio del agua y el Espíritu por lo que no tenemos pecado a pesar del hecho que aún cometemos pecado. También es la bendición de Dios al igual que un secreto escondido de la Verdad. Queridos compañeros creyentes, ¿Tenemos o no tenemos pecados a pesar del hecho de que continuamente cometemos pecados personales? Estamos limpios de pecado. Así, este es el secreto de la salvación la cual nos la ha dado Dios.
Aún así, algunas personas se atreven a decir, “Ya que yo he sido crucificado con Cristo sobre la cruz hasta la muerte y he sido resucitado juntamente con Él, ya no cometo ningún pecado.” El hablar de esta manera sería un acto contra Dios de un gran error de pensamiento personal.
 
 

La Verdad del Lavamanos Preparada para los Pecados de los Sacerdotes

 
Dentro de los atrios del Tabernáculo, el lavamanos de bronce estaba colocado entre el altar y el Lugar Santo. ¿Por qué Dios habrá colocado el lavamanos en ese lugar específico? Dios no lo colocó debido a que Él no tenía nada más que poner en ese lugar.
Cuando los sacerdotes realizaban ofrendas quemadas, primeramente cortaba el sacrifico en pedazos, removía sus intestinos, tomaba toda la grasa que se encontraba en las entrañas, y colocaba esta grasa y esta carne sobre el fuego. Hacían como les había sido indicado por Dios colocando la ofrenda del sacrificio sobre el altar y encendiéndolo como una ofrenda quemada. Mientras ellos cortaban el sacrificio en piezas, fácilmente llegaban a cubrirse con partes de suciedad del sacrificio. Si entraban así de sucios en el lugar en donde Dios habitaba caían muertos. Aún si él es un sacerdote y ha ofrecido muchos sacrificios delante de Dios, Dios mataría a tal persona sucia sin dudarlo. Si una persona entraba sin temor con su suciedad a la presencia de Dios, Dios mataba a esa persona en un instante. Así, el lavamanos estaba colocado en frente del Lugar Santo para que los sacerdotes pudieran lavarse la suciedad que los manchaba en el altar de la ofrenda quemada antes de entrar en la presencia de Dios dentro del Tabernáculo.
El lavamanos del bronce era un tazón grande de bronce lleno de agua hasta su borde. ¿Por qué necesitaban tal lavamanos dentro de los atrios del Tabernáculo? ¿Estaba el lavamanos colocado dentro de los atrios del tabernáculo para que pudieran reproducir toda clase de peces en él? No, no era así. El lavamanos estaba colocado dentro de los atrios del tabernáculo y lleno con agua para que los sacerdotes pudieran lavar la suciedad en caso de que excremento, orina o cualquier otra cosa sucia accidentalmente los manchara. Estaba ahí para que ellos pudieran entrar limpiamente ante la alta presencia de Dios.
Mientras servimos al evangelio del agua y el Espíritu en este mundo, llegamos a enfrentar un numeroso grupo de eventos. Algunas veces nos enfermamos cuando nos preocupamos con las obras del evangelio. Ante la conducta de algunas personas, nos faltan palabras. Otros actúan de una forma que no seríamos capaces de entender ni en un millón de años. Cuando vemos aquellos que no son útiles para el servicio del evangelio y más bien son un estorbo para esta causa, nos enfurecemos y casi se nos escapan de nuestros labios palabras de maldición.
Por ejemplo, puedo contarles un episodio en nuestra casa de impresión. En una ocasión firmé un contrato con una casa de impresión de nuestra ciudad para imprimir nuestros libros. Antes del día acordado para la publicación llegó, así que les pregunte si los libros estaban listos. Ellos dijeron que los libros estaban listos. Así, confié en sus palabras y fui ahí para recogerlos. Para mi sorpresa, los libros todavía no estaban listos. El mismo problema ocurrió tres veces.
Esto me enfureció. Ya no pude soportar más esto. “¿Por qué nos dijo que viniéramos, si todavía los libros no están listos? Más bien usted debería de haberme dicho que el trabajo iba a tomarse un poco más de tiempo en vez de hacerme ir y venir en varias ocasiones para nada. ¿Va usted a continuar mintiéndome de esta manera? Si usted todavía no ha terminado, entonces usted debió habernos llamado para hacérnoslo saber. ¿Por qué usted nos hace ir y venir de esta manera? Y, ¿Por qué está usted creando excusas para no cumplir con el tiempo de entrega? Si usted continúa de esta manera, ¿Cómo le podremos confiar cualquier trabajo?” entonces, el me preguntó porque yo estaba tan enojado y dijo que él podía de algún modo hacer esas cosas. Me enfurecí aún más cuando escuche eso.
Queridos compañeros creyentes, morí por medio de Cristo sobre la Cruz dándole a Él mi confianza. El Apóstol Pablo dijo, “Yo he sido crucificado con Cristo.” Necesitamos esta frase cuando somos incapaces de controlar nuestros impulsos de la carne. Cuando estamos tan enojados que somos incapaces de controlar nuestro temperamento, pensamos internamente, “Yo he muerto con Cristo. No debí haber actuado de esta manera si yo he muerto y he conocido a Dios.” Yo detuve mi ira en la fe de que yo ya he muerto.
¿Cometes o no cometes pecados personales? Desde luego, usted comete pecados personales. Las obras necesitan ser hechas, y tampoco es que sean las obras del mal. Pero no podemos evitar cometer pecados cuando alguien nos estorba al realizar la obra de Dios. Una persona llena del Espíritu Santo puede que parezca que no comete pecado mientras que está lleno del Espíritu Santo, pero en el mismo instante en que se incline ligeramente hacia su carne cae en la lujuria de la misma. Al igual que Jesús era simultáneamente Dios y humano, también nosotros posemos ambos, el Espíritu Santo al igual que nuestra naturaleza humana. De hecho, nuestra naturaleza humana pesa más sobre nosotros. Jesús sólo tomó prestada la carne del hombre y en esencia permaneció totalmente como Dios. Por otro lado, meramente estamos libres de pecado en nuestro corazón por haber nacido de nuevo del agua y el Espíritu, pero somos pecadores desde nuestro nacimiento.
El Espíritu Santo da testimonio de que no tenemos pecados en nuestro corazón ya que hemos recibido la remisión del pecado al creer en el evangelio del agua y el Espíritu. “Yo he borrado todos tus pecados por medio del agua y de la sangre. Tu eres un hijo de Dios.” El Espíritu Santo dentro de nuestro corazón nos enseña discernimiento del bien y del mal mientras leemos la Biblia. Aún así, tenemos nuestra carne. Algunas veces, jugamos tan duro que nos olvidamos de la hora y nos perdemos un servicio de adoración. En otras ocasiones nos cansamos tanto por salir de fiesta toda la noche que fallamos en despertarnos temprano para las oraciones de la mañana. Así, los humanos están restringidos por su débil carne así como por el tiempo. Debido a tales debilidades que tenemos, nuestro Señor vino a este mundo y recibió Su bautismo de Juan el Bautista para liberar a tales personas de sus pecados.
No tenemos ningún pecado aún si no hemos orado en voz alta y dando gritos como lo hacen los fanáticos. No tenemos ningún pecado si solamente creemos de acuerdo a la ley de salvación de Dios sin importar quienes somos; no tenemos pecado si creemos la Verdad como es, Jesús vino a este mundo y borró todos nuestros pecados de una vez y para siempre de acuerdo a la voluntad del Padre. Pero, existen muchos ángeles de luz que ciertamente no son de Dios. Existen aquellos que tratan de llegar a ser aún más santos ya que para ellos no es suficiente que nuestro Señor haya borrado todos sus pecados. Nosotros los llamamos ángeles. La Biblia los menciona como “ángeles de luz” (2 Corintios 11:14). No los llamamos como a cualquier ángel sino como ángeles demoniacos poseídos.
Debemos estar agradecidos en nuestra fe ya que nuestro Señor ha borrado todos nuestros pecados por el evangelio del agua y el Espíritu, remitió todos nuestros pecados, y envió al Espíritu Santo a nuestros corazones. Sin embargo, la carne misma no puede llegar a ser santa hasta el día de nuestra muerte.
Si nunca cometemos ningún pecado, ¿Veríamos a las demás personas como humanos? Probablemente los veríamos como si fueran bestias. En los días de antaño, los sirvientes tenían que gritar, “Quédate atrás. Quédate atrás,” cuando sus nobles amos salían a caminar. Entonces, los transeúntes ordinarios se inclinaban ante los nobles cuando pasaban frente a ellos. Si nuestra carne fuera perfecta actuaríamos y seriamos tratados como la nobleza. Gritaríamos, “Aléjate de mí. Quédate atrás,” a los pecadores y los miraríamos como inferiores como si fueran alguna clase de insecto.
Sin embargo, debido a que todavía tenemos nuestra propia carne, somos capaces de entender, conocer, y compartir el evangelio con los pecadores de este mundo. Nuestro Señor vino a este mundo en carne de humano para que Él pudiera estar con nosotros. Él vino a este mundo en carne de humano. El tomó nuestros pecados y los cargó sobre Sí Mismo al recibir Su bautismo de Juan el Bautista. Al morir sobre la Cruz, Él nos liberó de todos nuestros pecados.
Queridos compañeros creyentes, nunca debemos actuar en lo extremo. Tenemos que creer dentro de los límites determinados por Dios. Ir más allá o quedarse corto sería fatal para nuestra salvación. Volverse a esos caminos es cometer el pecado de Jeroboam. ¿Te gustaría llegar a ser alguien como Jeroboam?
Tenemos que orar, “Líbranos del mal” porque estamos en peligro de caer en el mal. No podemos guiar nuestros propios caminos ya que tenemos nuestros débiles cuerpos en la carne. Así, hay una orden determinada por Dios, y tenemos aquellos que están delante de nosotros así como también a nuestros líderes espirituales. ¿Qué uso tendría la Iglesia si fuésemos tan perfectos para no necesitar a un líder confiable ya que podríamos ser nuestro propio líder? ¿Qué uso tendría la Iglesia de Dios, y el Reino de Dios para esta tierra? ¿Qué uso tendríamos nosotros para nuestros compañeros santos así como también para aquellos que van delante de nosotros?
La Biblia dice, “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras” (Salmos 133:1-2).
Verdaderamente es delicioso estar con nuestro Señor y tener fe en nuestro Señor. Debido a que cada persona justificada que ha recibido la remisión del pecado permanece junta, podemos estar mojados hasta la piel con Su gracia y con el precioso aceite, el Espíritu Santo. Dios verdaderamente se goza cuando los santos que han recibido la remisión del pecado unen sus corazones en la ley de fe determinada por Dios. Él disfruta vernos recibir la remisión del pecado dentro del evangelio del agua y el Espíritu, y al esparcir esta fe.
Una persona no para de cometer pecados por ningún medio aunque el haya recibido la remisión del pecado. Es un gran mal que merece la maldición de Dios el decir que yo ya no cometo más pecados. Aunque pareciera muy noble decir, “Yo nunca más cometí pecado después de que nací de nuevo,” ¿Cuán falso sería esto delante de Dios? ¿Quién sobre esta tierra no posee un corazón perverso y comete cualquier pecado? Aún así, es un acto de engaño ante Dios el pretender ser noble y el no cometer ningún pecado nunca más. Debemos darnos cuenta que gran pecado es actuar de tal manera delante de Dios. El pretender ser muy noble y muy santo es un reto directo contra Dios.
¿Sabes porque cierto ángel se convirtió en el Demonio? Ocurrió porque el ángel retó a Dios e intento ser más santo que Dios. De su propio orgullo ese ángel, que era siervo de Dios, se degeneró convirtiéndose en el Demonio, el cual se opone a Dios y merece la condenación eterna de Dios. Nosotros no debemos caer en tal pecado guardando nuestra fe de todo corazón. Y si por casualidad hemos caído en tal pecado momentáneamente, rápidamente debemos salir de tal maldad por nuestra fe.
Tenemos que reconocer nuestra naturaleza básica así como la Verdad de la Palabra de Dios. Por lo tanto, la Oración del Señor nos enseña a orar, “Líbranos del mal.” Esto es así debido a que podemos caer en cualquier momento en la maldad de Jeroboam. Debemos ser honestos delante de Dios y reconocernos nosotros mismos como somos. Debemos tratar de dar gloria a Dios al tomar sobre Sí Mismo todas nuestras debilidades. También, siempre debemos meditar y practicar en nuestras vidas el evangelio del agua y la sangre de Jesús quien murió por nosotros.
Usted y yo debemos creer y compartir el evangelio del agua y el Espíritu no pasivamente, sino activa y progresivamente. Tenemos que dejar aquellos, que no creen en el evangelio del agua y el Espíritu sino que sólo creen que la sangre de la Cruz es suficiente para la remisión de sus pecados, saber que sus acciones son un grave pecado contra Dios. Para hacer eso, primero debemos rumiar diariamente en el evangelio del agua y el Espíritu. Cuando estemos fortalecidos en nuestra fe al realizar el trabajo de Dios y al tomar nuestro pan diario, podemos ser compasivos con la gente que está sufriendo por sus muchos pecados y guiarlos a recibir la remisión del pecado al compartirles el evangelio. Si una persona insiste en permanecer en el camino que siguió Jeroboam a pesar de nuestros numerosos intentos por compartirles el evangelio del agua y el Espíritu, debemos dejarlos ser y permanecer tan lejos de él como sea posible. Si mantenemos la compañía con tal persona podemos ensuciarnos con la maldad de adorar como lo hizo Jeroboam.
Aquellos que no saben cuán serio es tal pecado recibirán el juicio debido. Como dice el viejo adagio, un cachorro no teme a ningún tigre. De igual manera existen aquellos que se burlan de Dios con su conocimiento infantil de Dios. No tienen idea de cuán temible es Dios.
Esta es la última frase de la Oración del Señor. “Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal.” La Oración del Señor nos enseña a orar como arriba porque todos somos capaces de hacerlo.
¿Cuán santa podría llegar a ser una persona? No importa cuán santos pretendamos ser, nuestra naturaleza fundamental nunca cambia. Es chistoso ver algunas personas afirmar ser santos. En lugar de tener una fe correcta en su corazón, la gente insensata dice que ellos son santos y que ya no cometen ningún pecado debido a que ellos han muerto en Cristo.
¿Quién en este mundo no comete ningún pecado? ¿Quién en este mundo es perfecto en su carne? Aun los más grandes personajes de la historia todos cometieron numerosos pecados y eventualmente murieron. Si la gente no cometiera ya ningún pecado, ¿Qué uso tendría el lavamanos? También, sin ese fuese el caso ¿Por qué habría tenido Jesús que venir a este mundo y recibir Su Bautismo? Jesús pudo haber saltado el bautismo y haber ido directo a la Cruz, diciendo, “Yo estoy muriendo por ti, así que cree en Mí. Y ya no cometas ningún pecado.” Sin embargo, Jesús recibió Su bautismo antes de que Él muriera sobre la Cruz.
¿Por qué Jesús recibió el bautismo? ¿A caso Él no recibió el bautismo para quitar todos nuestros pecados? Él recibió el bautismo para quitar los pecados que cometemos durante todas nuestras vidas al igual que los pecados que toda la humanidad ha cometido a través de toda su historia. Él remitió todos los pecados del mundo de una vez por todas al tomar todos esos pecados sobre Sí Mismo por medio de Su bautismo. Nuestro Señor tomó todos esos pecados sobre Sí Mismo de una vez por todas ya que Él era capaz de ello. Pero nosotros somos débiles y, así, continuamos cometiendo pecados diariamente. Por lo tanto, nosotros que cometemos pecados cada día estamos necesitados del efecto del evangelio que declara que Nuestro Señor ha tomado todos nuestros pecados de una vez y para siempre. El evangelio del agua y el Espíritu por medio del cual nos liberó Jesús de una vez por todas es efectivo cada día para nosotros que cometemos pecados diariamente. Desde luego, no te estoy diciendo que cometas ningún pecado intencionalmente.
 
 

Como Soldados de Cristo, Tenemos que Liberar a Aquellos que Han Caído en la Maldad

 
Debemos reprender un par de veces a aquellos que han caído en la maldad. Si insisten en aferrarse a una fe diferente a la nuestra, debemos alejarnos de ellos. ¿Cómo podríamos coexistir con ellos si tienen una fe diferente a la nuestra? No tenemos otra opción más que mantenernos alejados de ellos.
No te dejes engañar por la gente que dice que ya no peca más desde que murieron en Cristo. Te están engañando para crear herramientas que llenen la ambición de su carne contigo. “Como tal yo soy santo. Sígueme.” ¿Seguirás a tal persona? ¿Cómo puede una persona afirmar ser perfecto y que ya no comete ningún pecado cuando Dios lo está observando? Carece totalmente de sentido. ¿Acaso no recibimos la salvación porque éramos muy débiles y con muchos defectos? Entonces, ¿Cómo pueden afirmar ser santos y perfectos? Hemos llegado a ser santos solamente porque el santo Dios nos ha hecho santos en espíritu. Tenemos que recordar que no somos santos por nuestros propios méritos.
No es solo un problema de las Iglesias evangélicas sino que muchos individuos por todo lugar también afirman que creer en la sangre de la Cruz por sí misma borrará todos sus pecados y ellos ya no cometerán ningún pecado. También existen muchos de ellos que dicen que Juan el Bautista fracasó sin mencionar nada a cerca del bautismo de Jesús. Otros dicen que el camino para la salvación puede ser encontrado en muchas religiones diferentes. Aún otros se contentan diciendo que tal o cual doctrina de las diferentes denominaciones Cristianas están todas correctas. Esto es decir que la adoración ofrecida por ambos, Jeroboam y Roboam, ambas estaban correctas. ¿Cómo puede alguien decir que la adoración de Jeroboam era correcta? Si ciertas ambas de ellas estaban correctas, ¿Por qué Dios repetidamente dijo que alguien había caído en los pecados de Jeroboam?
Después de que Jeroboam murió, su hijo llegó a ser rey. Su hijo al igual que su padre cometió los pecados de Jeroboam ante Dios. No solamente el rey practicaba la iniquidad y cayó en los pecados de Jeroboam sino que además hizo que su pueblo adorara de la misma forma. Por lo tanto, toda la población cayó en los pecados de Jeroboam, matando a todos los Israelitas.
Por lo tanto, toda la nación Israelita estaba en la ruina. No solamente estaban arruinados espiritualmente sino también en su carne. Por lo tanto, la mayoría de ellos vago por aquí y por allá sin tener su propio país durante miles de años. Aunque ahora ellos han recuperado su tierra, aún están en términos hostiles con sus vecinos ya que constantemente están peleando con los Palestinos. Sin embargo, los más conservadores de los Judíos insisten en la restauración del Tabernáculo de los tiempos antiguos en todos sus detalles exactos. Ellos aún no aceptan o reconocen a Jesucristo como su Señor y Salvador.
No debemos caer en tal maldad. Y tenemos que vencer por la fe en el evangelio del agua y el Espíritu, para no caer en tal maldad. Tenemos que patear tal maldad por nuestra fe. Tenemos que vencer atrevidamente todos los pecados de Jeroboam, los cuales enfurecen a Dios y nos separan a nosotros de Él. “Un humano no comete ningún pecado si en una ocasión recibe la remisión del pecado.” Si alguien dice algo que un humano no es posible que diga, tenemos que eliminarlo de nuestros corazones. Esto es, tenemos que ignorarlo diciendo, “Sí, tu eres inteligente. Se santo y perfecto por ti mismo.”
Los Soldados de Cristo deben buscar lo que sea benéfico para el evangelio. La gente dice cosas y actúa de tal manera debido a que buscan sus propios intereses por encima de los interese del evangelio. Ellos no caminan en el camino equivocado por sí mismos sino que engañan a otras personas de Dios. Los Soldados de Cristo deben examinar su fe diariamente por medio de la Iglesia. “Esto es lo que yo he descubierto. ¿Es esta la fe correcta?” Una vez que lo hemos examinado y descubrimos que hemos creído incorrectamente, tenemos que echarlo fuera. Y entonces, tenemos que saber y creer correctamente para que podamos compartir la fe correcta con otros. Si no ponemos atención a la Biblia y creemos en la fe verdadera que viene a nuestras mentes, estaremos parados al borde de nuestra eventual muerte.
“Yo no cometeré ningún otro pecado.” Esto no es lo que los nacidos de nuevo pueden decir. “Yo no te dejaré, mi Señor, aunque eso signifique que yo pague con mi propia vida.”El Apóstol Pedro quien hizo tan atrevidas determinaciones muy pronto maldijo y traicionó a Jesús. Si fuera correcto que nosotros no pequemos después de haber recibido la remisión del pecado, la fe de Pedro hubiera estado equivocada. No sólo eso sino que todos los discípulos de Jesús quienes cometieron pecados por sus debilidades hubieran tenido una fe equivocada. Sin embargo, ellos compartieron el evangelio por todo el mundo como soldados de Cristo, vivieron de acuerdo con la voluntad de Dios como siervos fieles, y ofrecieron sus vidas hasta el final ya que algunos fueron martirizados. Realmente, ¿La fe de quién está mal aquí?
En el Catolicismo hay una persona llamada Santo Tomas Francis. Él dio todo lo que tenía a los pobres y a los necesitados, aún hasta la última prenda interior, y entró a un monasterio completamente desnudo. La gente dice que fue un santo. Sin embargo, Dios llama a tales personas hijas del Demonio. ¿Cómo puede tal persona ser alabada como santo? ¿Cómo puede un acto que eleva el propio status en lugar de nuestro Señor puede ser considerado piadoso? El pecado de exaltarse uno mismo es el pecado de Jeroboam, el cual Dios juzgará apropiadamente.
Aquel que no exalta a Dios aunque cree en Él ha caído en la maldad. Ya sea que la persona haya actuado bien o mal hasta ahora, Dios se agrada de él solo si valora la justicia de nuestro Señor, medita en el evangelio del agua y el Espíritu, y alaba a Jesús cada día.
Existen ocasiones en nuestras vidas en que cometemos pecados y realizamos obras malvadas. En esos momentos, lo correcto que debemos hacer nosotros es confesar inmediatamente nuestras malas acciones, los pecados que hemos cometido, y rumiar sobre la Palabra del evangelio del agua y el Espíritu. “Verdaderamente estoy libre del pecado debido a que nuestro Señor ya ha quietado estos pecados por medio de Su bautismo y sangre. Una vez más, te doy gracias a Ti y te doy toda la gloria a Ti” Diariamente, tenemos que checar nuestra fe, confesar nuestra fe, y ser valiente delante de nuestro Señor como soldados de Cristo. Nuestro Señor nos ha dado fe para santificarnos.
Nuestro Señor nos ha dado la Oración del Señor para que todos podamos vivir de esta manera. Nuestro Señor quien se deleita en tales vidas nos ha enseñado la Oración del Señor. Nuestro Señor nos ha enseñado la Oración del Señor para que podamos vivir por la fe en el evangelio del agua y el Espíritu. Desde luego, esto no significa que repetir numerosamente constituya la Oración del Señor. Ya que nuestro Señor claramente nos ha mostrado como debemos vivir nuestras vidas por medio de la Oración del Señor, la verdadera fe requiere que creamos lo que nuestro Señor nos ha dicho y que realmente vivamos con propiedad. Queridos compañeros creyentes, ¿creen?
Damos gracias a Dios. Esta noche, los recién nacidos de Nuevo de nuestra clase de evangelio quienes recientemente recibieron su remisión del pecado darán sus testimonios. También, nuestros hijos mostraran sus talentos. Esta noche, vamos a tener una celebración. ¡Una celebración del Campamente de Discipulado de Entrenamiento del Verano 2002¡ Siento deseos de lanzar unos cohetes. Doy gracias a Dios por hacer que tengamos tales experiencias diariamente.