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ስብከቶች፤

Tema 9: Romanos

[Capítulo 1-2] La justicia de Dios la cuál Es revelada en el evangelio (Romanos 1:16-17)

(Romanos 1:16-17)
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como esta escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”
 


Debemos recibir la justicia de Dios

 
El apóstol Pablo no se avergonzaba del evangelio de Cristo. El testificaba del evangelio orgullosamente. Sin embargo, una de las razones por las que mucha gente llora, aunque cree en Jesús es por sus pecados. También se debe a su ignorancia en reconocer la justicia de Dios. Podemos ser salvados creyendo en la justicia de Dios y entregar nuestra propia justicia.
¿Porque el apóstol Pablo no estaba avergonzado? Primero que nada, era porque la justicia de Dios estaba revelada en el evangelio. 
El evangelio, ‘euaggelion’ en griego, significa ‘buenas noticias’. Cuando Jesucristo nació en Belén, aparecieron los ángeles de Dios y le dijeron a los pastores que estaban cuidando los rebaños en la noche, “¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:14). Eran buenas noticias- ‘paz, buena voluntad para con los hombres.’ El evangelio del Señor nos salvó de todos los pecados y lavo todos los pecados del mundo. Jesús lavo todos nuestros pecados. El, él mismo, lavó todos los pecados de aquellos que se revolvían como gusanos en estiércol y que pecaban en el lodo.
Primeramente, el apóstol Pablo dijo que la justicia de Dios estaba revelada en el evangelio que borró todos nuestros pecados. La justicia de Dios nos permitió llegar a ser santos y justos. También nos permitió obtener vidas eternas y quedar limpios de pecado.
¿Cuál es la justicia de los seres humanos? A nosotros, la gente, nos gusta exhibirnos ante Dios cuando tenemos algo de que hacer alarde. Acumulando nuestro propio orgullo, haciendo buenas obras representamos la justicia humana. Sin embargo, el acto de justicia de Jesús que nos salvo de todos nuestros pecados, permitió que la justicia de Dios se revelara en el evangelio. Esta es la justicia de Dios.
En la actualidad, la mayoría de los cristianos predican el evangelio sin conocer el evangelio de la justicia de Dios. Ellos dicen, “Crean en Jesús y serán salvos y se harán ricos.” Sin embargo, estas no son las enseñanzas de la justicia de Dios. El evangelio parece ser más popular que cualquier otra cosa, pero la mayoría de la gente es ignorante y no entiende el evangelio. Esto es parecido al hecho de que la Biblia es el libro de mayor venta, pero la gente en realidad aún no conoce su contenido. La cosa mas preciosa y benéfica en este mundo es el evangelio, el cuál nos ha sido dado por Dios.
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe.” El evangelio de Dios es un oasis en el desierto. Jesús vino a aquellos pecadores que habían cometido muchos pecados y lavo todo su pecado. Sin embargo, la gente ha rechazado el regalo de su justicia, el cuál ha lavado los pecados del mundo, mientras que tratan de establecer su propia justicia. La gente que pone sus propios esfuerzos (servicio, dedicación, celo, oraciones de arrepentimiento, oración, ayuno, guardar el día del Señor, traducir la palabra de Dios en la práctica y así sucesivamente), y rechazan el regalo de Dios, son aquellos que rechazan su justicia. Uno puede recibir la justicia de Dios sólo cuando la justicia propia de uno se rinde.
 


Cosieron hojas de higo juntas, y se hicieron para Ellos vestidos

 
En Génesis 3:21, “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.”
El primer hombre, Adán, pecó contra Dios, cayendo en el engaño de satanás. Lo que Adán y Eva hicieron inmediatamente después que pecaron fue coser hojas de higos juntas para hacerse vestidos. La ropa hecha de hojas de higo cosidas forma un contraste sorprendente a las túnicas hechas de pieles. Esa fue la diferencia entre la ‘justicia del hombre’ y la ‘justicia de Dios.’ Génesis 3:7 dice, “entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.” ¿Alguna vez ustedes han plegado hojas de rábano? Nosotros los coreanos cortamos hojas de rábano y los plegamos juntos con popotes de arroz para secarlos. Cocinamos un estofado de frijol con ellos en el invierno.¡Es delicioso!
Adán y Eva plegaron hojas de higo juntas y se hicieron vestidos después de que pecaron. Esta clase de actos-buenas obras, auto-juicio y auto-sacrificio-constituyen la justicia humana. Es auto-justicia, no la justicia de Dios. El hecho de que ellos se hicieron sus propios vestidos con hojas de higo muestra el pecado del orgullo, tratando de esconder sus pecados con obras buenas ante Dios. El plegar la propia justicia de uno-las devociones propias, auto-ofrendas, auto-juicio, servicios, oraciones de arrepentimiento en un vestido, y el cubrir los pecados en su propia mente con su ‘idolatría’, lo cuál acrecenta el orgullo de uno ante Dios.
¿Podemos esconder nuestros pecados ante Dios, cosiendo hojas de higo juntas para hacer vestidos? ¿Podemos ocultar nuestros pecados con nuestras buenas obras? Nunca. Las hojas comenzarían a caer en un día, y después de tres días, todas las hojas caerían finalmente. Las vestiduras echas de vegetales no duran mucho. La gente que cose hojas de higo juntas y hace vestimentas, nombrando, a aquellos que tratan de servir a Dios bien con sus buenas obras, no pueden entrar en el reino de los cielos. No podemos recibir el perdón de los pecados por la justicia de nuestras propias obras.
Cuando Adán y Eva trataron de ocultar su pecado, haciéndose vestimentas con hojas de higuera, Dios llamó a Adan, “¿Adän, en donde estas?” mientras se escondía entre los árboles del jardín, el dijo, “Oi tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo y me escondi.” Una persona que tiene pecado trata de esconderse entre los árboles. Los hombres frecuentemente implican arboles en la Biblia. El/ella quien trae pecado en su corazón trata de esconderse entre la gente. El/ella tratan de ocupar un lugar en el centro, ni tan atrás ni tan adelante, de la iglesia en donde hay mucha gente. ¿Por qué? Porque el/ella quieren esconderse entre la gente.
Sin embargo, el/ella no pueden esconder sus pecados ante Dios. El/ella deben ser perdonados de sus pecados, entregando su propia justicia y creyendo en la justicia del Señor. Aquellos que tengan una fe vaga y que no crean en la verdad y también quieren entrar en el reino de los cielos, escondiéndose a si mismos entre la misma clase de gente, pero ellos terminaran en el infierno con aquellos que tratan de ocultar su pecado con sus buenas obras. Los pecadores ante Dios tienen que ser revelados como pecadores y darse a si mismos a Dios.
Dios le dijo a Adán, quien se hizo vestimentas con las hojas de la higuera, “¿Has comido del arbol del que yo te mande no comieses? ¿Quién hizo que lo comieras?” “la mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.” “¿Que es lo que has hecho?” “La serpiente me engaño y comí.” Así que el Señor Dios dijo a la serpiente, “Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.” Esta es la razón por la que las serpientes se arrastran sobre sus pechos. De nuevo Dios le dijo a Adán y a Eva, tu también cometiste pecado. Tu que fuiste engañada a pecar y los lideres que te hicieron pecar, son los mismos pecadores.” En la actualidad, los falsos profetas también predican su seudo-evangelio, diciendo, “¡Reciban el fuego!” La gente que es engañada por ellos, será tratada en la misma forma que los falsos profetas e irán al infierno.
 


El Señor hizo túnicas de piel para Adán y su esposa

 
El Señor pensó, “No dejare a Adán y a Eva, quienes pecaron habiendo sido engañados por satanás, como están. Originalmente yo me decidí a crear al hombre a mi imagen y hacerlos mis hijos, así que los salvare para llevar a cabo mi plan.” Este plan estaba en Dios. Por lo tanto, Dios pasó sus pecados a un animal, mato al animal, le quitó la piel e hizo túnicas con esta piel y vistió a Adán y a Eva con estas túnicas. El hizo de esto un símbolo de nuestra salvación. De hecho, las vestiduras hechas de la planta de las hojas de la higuera no podían durar ni un día, y tenían que ser reparados una y otra vez. Dios vistió con vida eterna, diciendo “Ustedes, Adán y Eva, vengan, recientemente he hecho túnicas de la piel de un animal, vístanse con ellas. Es la piel de un animal que murió por ustedes.” El Señor vistió a Adán y a Eva con túnicas de piel bendecidas con la justicia de Dios para poder dar a Adán y a Eva vidas nuevas. Dios el Señor hizo túnicas de piel para Adán y su esposa y los vistió, así como Dios viste a los creyentes con la salvación de su justicia.
Sin embargo, la salvación de la raza humana que es aparte de la salvación de Dios, era la vestimenta hecha de la planta de las hojas de la higuera. Dios nos vistió con túnicas de piel, la cuál es la justicia de Dios. El Señor revistió la remisión de pecados con la justicia de Dios, dándonos su carne y sangre. El tomo todos nuestros pecados con su bautismo y crucifixión para poder recibir todo el juicio en lugar de nosotros. Dios nos permite tener el perdón de los pecados cuando nosotros creemos en la justicia de Dios a través del evangelio del bautismo y la sangre de Jesús. Es el evangelio que salva a los pecadores de sus pecados.
Hay mucha gente que trata de establecer su propia justicia, rechazando la justicia de Dios en el mundo. Ellos deben descartar su propia justicia. En Romanos 10:1-4 escrito esta, “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.”
Los Israelitas insistían en su legalismo para establecer su propia justicia, mientras que ignoraban la justicia de Dios. Dios dio a los hombres la ley para que se dieran cuenta del pecado. La gente tiene conocimiento del pecado a través de los diez mandamientos y tienen el perdón del pecado, creyendo en la justicia de su salvación, la cual los salva de sus pecados a través del sistema sacrificial del tabernáculo. Por lo tanto, la ofrenda por el pecado del tabernáculo implica que Jesús es una representación precisa de Dios en el Nuevo Testamento. Sin embargo, los Israelitas no conocían la justicia de Dios.
 

¿Porque fue bautizado Jesús?
 
¿Porque fue bautizado Jesús? Juan el Bautista bautizó a Jesús para poder lavar todos los pecados de este mundo. Jesús le dijo a Juan el Bautista justo antes de que fuera bautizado, “Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.” (Mateo 3:15) Esta es la razón por la que Jesús fue bautizado. El fue bautizado para que él pudiera lavar todos los pecados de la humanidad. El tomó todos los pecados de la humanidad por ser bautizado. “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). El tomó todos los pecados y fue crucificado para expiar los pecados. Sin embargo, los Israelitas no creyeron que Jesús llego a ser el perfecto Salvador de los pecadores.
Los Israelitas no se han sometido a la justicia de Dios, pero Jesús es el fin de la ley para justicia de cualquiera que cree. El fin de la ley significa que Jesús lavo todos los pecados del mundo. Cristo fue juzgado como maldición de la ley para que todos los creyentes sean santificados. El finalizó la maldición de la ley. Jesús redimió a todas la gente de sus pecados. Jesús fue bautizado para lavar los pecados de toda la humanidad. El tomó todos los pecados del mundo, entregando su carne a Juan para ser bautizado, pasando todos los pecados del mundo a su carne. El, por lo tanto, salvó a toda la gente de sus pecados. El finalizó el juicio de la maldición de la ley, tomando todos los pecados del mundo a través de su bautismo y crucifixión. El nos salvó perfectamente del juicio y la maldición de la ley. 
Fue el fin de la ley y el principio de la justicia de la salvación de Dios. Jesús, adecuadamente, tomo los pecados del mundo, al ser bautizado por Juan el bautista e ir a la cruz. ¿Cómo es posible que uno tenga pecado en su corazón, aún si uno verdaderamente cree en la justicia de la salvación de Jesús? “La justicia de Dios se revela por fe y para fe.” El bautismo y la sangre de Jesús han sido la justicia de Dios. Creer en la justicia de Dios es creer en el bautismo y la sangre de Jesús.
La justicia de Dios fue cumplida legítimamente por el bautismo de Jesús. Yo quiero que creas en ello. Entonces serás salvado de todos tus pecados. La justicia fue dada para que los pecadores llegaran a ser libres de pecado a través del bautismo de Jesús. Más aún, la justicia del juicio de Dios fue la crucifixión de Jesús. “Cristo es el fin de la ley. El juicio de Dios vendrá sobre aquellos que todavía no han sido juzgados mientras que exista la ley. La ley de Dios revela el pecado y prueba que el pago del pecado es la muerte, una maldición y el infierno mismo. Por lo tanto, el bautismo de Jesús y la sangre sobre la cruz finalizaron la maldición de la ley. Jesús tomó todos nuestros pecados y ha terminado con la ley para cumplir toda justicia.
 
 
Las insensatas tomaron sus lámparas, pero no Llevaron consigo aceite
 
Veamos Mateo 25:1-13. Aquí esta la parábola de las 10 vírgenes que esperaban por el novio, El Advenimiento de nuestro Señor. Veamos lo que la justicia de Dios es a través de la escritura.
“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que, tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardandose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: “¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!” Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan”. Mas las prudentes respondieron diciendo: “Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden y comprad para vosotras mismas”. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas, y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: “¡Señor, señor, ábrenos!”. Mas él, respondiendo, dijo: “De cierto os digo que no os conozco”. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir” (Mateo 25:1-13).
Escrito esta que el reino de los cielos es parecido a las diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio. ¿Quién entra al reino de los cielos? ¿Quiénes entraron en el reino de los cielos de entre las diez vírgenes? ¿Por qué había algunas vírgenes que no pudieron entrar al reino de los cielos, aunque creían en Jesús? El Señor nos dice acerca de esto a través de los pasajes citados arriba. Cinco de las diez vírgenes fueron insensatas y las otras 5 fueron sabias. Las insensatas tomaron sus lámparas, pero no llevaron aceite consigo. ‘Lámparas’ simboliza ‘iglesias’. El hecho de que ellas tomaron sus lámparas, pero no llevaron aceite consigo representa a aquellos que van a la iglesia sin el Espíritu Santo (el aceite quiere decir el Espíritu Santo en la Biblia).
¿Que hicieron las insensatas? Llevaban sus lámparas, pero sin aceite. Un hombre que no ha nacido de nuevo, aunque cree en Jesús, puede ir a la iglesia devotamente. Todo el mundo dice, “Mi iglesia es verdaderamente ortodoxa.” Cada cristiano en este mundo dice esto. Se sienten muy orgullosos de sus padres fundadores y de algunos personajes en sus denominaciones. Aquellos que fueron insensatos tomaron sus lámparas y no llevaban aceite consigo, pero los sabios tomaron aceite en sus vasijas con sus lámparas.
¿Que es un ser humano? Un ser humano es un ser humano ante Dios. El/ella son polvo. El hombre esta hecho de polvo. Así que la humanidad es una vasija, la cuál puede contener a Dios. Los sabios tomaron sus lámparas con aceite en sus vasijas.
 

Las vírgenes insensatas que solo tenían lámparas Sin aceite, quemaban sus emociones
 
La Biblia nos dice que existen vírgenes insensatas entre la gente que cree en Jesús. Ellas toman sus lámparas, pero aceite no. Esto quiere decir que no han nacido de nuevo. ¿Acaso un pabilo dura mucho sin aceite? Lo que debemos saber aquí es que una lámpara sin aceite se quema rápidamente, sin importar que tan bueno sea el pabilo. Los creyentes que no han nacido de nuevo, tienen pasiones de amor encendidas hacia el Señor al principio. Esto dura durante unos 4 o 5 años. Después, el amor apasionado por el Señor se apaga. Deben darse cuenta que no tienen la remisión del pecado.
Aquellos que no han nacido de nuevo, ó que están sin aceite (el Espíritu Santo), dicen cosas tales como: “Solía tener una buena fe hace mucho tiempo. Era bueno al principio, pero ahora ya no. Pronto serás como yo.” Ellos son falsos profetas y falsos santos que viven vidas religiosas sin haber nacido de nuevo. Ellos deben tener la fe de la salvación porque su fe no esta sobre la base del aceite (el Espíritu Santo). Su fe esta basada en sus emociones únicamente. Ellos deben obtener la salvación, creyendo en el agua y la sangre de Jesucristo y recibir el aceite de Dios como un regalo. El pabilo simboliza el corazón humano.
Las vírgenes esperan por el novio en los pasajes anteriores. Aquí, debemos entender bien los antecedentes culturales de los Israelitas. Ellos realizan ceremonias matrimoniales en la noche cuando el novio viene. Así, la novia debe esperar por el novio. Así es como era la ceremonia matrimonial de los Israelitas.
“Y tardandose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.” Se oyo un clamor: “¡Aquí viene el esposo!” Entonces, las novias se levantaron e hicieron mucho bullicio para arreglar sus semblantes. Cuando las diez vírgenes estaban esperando por el novio, este llego con un clamor, “Aquí viene el esposo.” “Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes, ‘Dadnos de vuestro aceite porque nuestras lámparas se apagan.’” Las insensatas siempre fueron tontas. Debieron haber preparado el aceite antes de que llegara el novio. No importa que tan débil sea el pabilo de la lámpara, la Lámpara con aceite no se hubiera apagado.
Las vírgenes insensatas que tenían lámparas sin aceite solo quemaron los pabilos. Esto quiere decir que solo sus corazones se quemaron. “Yo tengo que nacer de nuevo, llevar una vida de una persona que ha nacido de nuevo, y tengo que ser lleno del Espíritu Santo.” De esta forma ellos queman sus corazones encarecidamente. Durante el tiempo de nuestra niñez, las lámparas de kerosene solían alumbrar los cuartos por la noche. Si dejábamos que la lámpara quemara una tira de papel, se quemaba en el pestañar de un ojo. El fuego sería de un pie de alto y muy luminoso, pero se extinguiría inmediatamente.
Las vírgenes insensatas que van al infierno son aquellas que queman sus propios corazones (emociones) sin aceite y cuyo fuego de su fe se extingue cuando de verdad tengan que encontrase con el Señor. No tienen el Espíritu Santo en ellas. Piensan que creen correctamente, aunque no tienen al Espíritu Santo. “♫Ven, Tú Espíritu, Ven♫” Están en gran ajetreo. Entonces, las mujeres ceden a la danza (ellas le llaman la danza del Espíritu Santo), sacudiendo su pecho, diciendo, “Ven, por favor ven.” Son insensatas y locas. Debemos ser insensatos si todavía tenemos pecado delante del Salvador. Seríamos como vírgenes insensatas si tuviéramos pecado en nuestros corazones, aún si creemos en Jesús. Nunca seas una virgen insensata.
 

¿Como podría el Señor casarse con una novia que Tiene pecado?
 
El Señor es Dios Santo. El novio es Dios y el Hijo de Dios quien no tiene pecado. ¿Sin embargo, como podrías tratar de verte con Dios teniendo pecado? ¿Quieres encontrarte con Dios con pecado en el corazón? Sería hacer algo muy tonto e insensato.
Jesús, nuestro novio, vino a este mundo e hizo novias santificadas. El convirtió a las novias en gente justa, lavando todo su pecado a través de su bautismo. El las escogió cómo sus novias en él. Cuando el tiempo se completo, cinco de ellas dijeron, “Por favor, ven.” Sin embargo, cinco de ellas aún permanecían en la oscuridad. ¿Cómo pueden tener ceremonias matrimoniales cuando sus caras están oscuras? El novio vino y dijo, “¿Cómo han estado?” Las caras de las últimas estaban oscuras debido a sus pecados. Estaban en un profundo dolor porque sus pecados están adheridos aquí y allá dentro de sus corazones.
¿Como se puede casar el Señor con una novia que llora por sus pecados? “Gracias Señor, por santificarme de esta manera.” Esta clase de persona sería feliz con su novio espiritual, aunque el/ella sean débiles, porque el novio los ama y lavó todos sus pecados y debilidades. El novio normalmente guía a la novia a que se aplique maquillaje, enviando ropa y los mejores perfumes y cosméticos. Entonces, la novia se viste con todas esas cosas para estar lista al encuentro con su novio.
Nuestro Señor fue enviado a este mundo para guiarnos para poder encontranos con él como sus prometidas. Él nos dio su carne para la remisión del pecado en el río Jordán. “Y aquel verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigenito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1:14). El Señor mismo tomó todos nuestros pecados para que tuviéramos la totalidad de la gracia, verdad y el perdón de pecados, creyendo en el Señor. El novio quitó todos los pecados de su novia en el río Jordán. El Señor salvó a sus novias de sus pecados, siendo juzgado en su lugar y tomando su lugar en la cruz.
¿Podemos comprar al Espíritu Santo con dinero y Tribulaciones?
Sin embargo, las vírgenes insensatas le pidieron a las sabias que compartieran el aceite, porque sus lámparas se habían quemado, cuando el novio se acercaba. ¿Podemos compartir al Espíritu Santo? ¿Podemos comprar al Espíritu Santo con dinero? ¿Podemos comprar el perdón del pecado con buenas obras, tribulaciones ó dinero? Las sabias les dijeron que compraran al Espíritu Santo de los predicadores del servicio del avivamiento. Los insensatos pensaban que ya lo habían comprado de ellos. Pensaron que podían comprar el aceite con dinero. Ellos llevan vidas celosamente religiosas, pensando que grandes ofrendas y servicios, el ir a iglesias ortodoxas y el orar repetidamente les daría algo.
Pero sin importar nada, nadie puede comprar la remisión del pecado, la cuál el Señor ha dado, sin nada de la tierra. Los insensatos tratan de quemar sus emociones hasta que llegan a estar ante Dios. Una de las vírgenes insensatas comenzó a vivir una vida religiosa diciendo, “Yo te seguiré a ti, también subiré a la montaña para orar y ofrecer oraciones de arrepentimiento. Vamos a servirle y vamos a otras naciones a predicar el evangelio.”
El novio llegó finalmente con una gran fanfarria. Las insensatas fueron a comprar aceite cuando el novio había llegado, pero las vírgenes que tenían el perdón de los pecados y tenían aceite preparado (el Espíritu Santo) fueron al banquete matrimonial. El novio conoció a las novias después de que él había preparado todo. Entonces cerro la puerta. Jesús no escogió a las cinco vírgenes al azar. El número ‘cinco’ significa ‘gracia’ en la Biblia. Las cinco vírgenes simbolizan a aquellos que tienen la remisión del pecado por gracia y creen en su gracia y en sus obras justas. Ellos reconocen las cosas que el novio ha hecho por ellos y creen en la justicia del Señor, la cuál los hace justos. Sin embargo, las otras vírgenes vinieron eventualmente y dijeron, “Señor, Señor, ábrenos.” Pero él respondió, “De cierto os digo que no os conozco.”
 

Nosotros podemos recibir el regalo del Espíritu Santo solo cuando nuestros pecados son borrados
 
Aquellos que no preparen aceite no pueden encontrase con el Señor. El Señor solo tomara a aquellos que crean en la justicia de Dios y que esperan por el reino del cielo y aquellos que en verdad tengan la remisión del pecado en sus corazones, para el reino de los cielos. El señor dijo las palabras de la promesa. “Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados.” ¿Entonces, que pasa después de la remisión de nuestros pecados? La Biblia dice, “Y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38). Si usted recibe el evangelio de la justicia de Dios, los pecados de su corazón serán verdaderamente borrados y el Espíritu Santo vendrá a ti. No podemos sentir al Espíritu Santo de Dios físicamente. A pesar de todo, el Espíritu Santo existe. Podemos decir que no tenemos pecado porque tenemos el Espíritu Santo y la palabra de Dios en nuestros corazones. Verdaderamente existe. El que recibe la justicia del Señor se convierte en un hombre justo, aunque es débil. Sin embargo, cualquiera que no tenga la justicia del Señor sigue siendo un pecador.
 
 
En esto es revelada la justicia de Dios
 
El Señor vino por el agua y por la sangre. El nos salvó de nuestros pecados con su bautismo. El tomó todos nuestros pecados cuando fue bautizado y recibió el castigo vicario de todos nuestros pecados, derramando su sangre. ¿Qué dijeron los apóstoles Juan, Pedro y Pablo acerca de esto? Todos juntos hablaron de la carne y sangre de Jesús. Ellos hablaron acerca del bautismo de Jesús y su sangre sobre la cruz. Mateo 3:13-17 describe exactamente el bautismo de Jesús. Jesús fue bautizado para hacer a los pecadores sin pecado y lavar todos los pecados del mundo en el río Jordán.
Vamos a ver 1 de Pedro 3:21. Pedro testificó que lo que corresponde a la salvación fue su bautismo. “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia a Dios) por la resurrección de Jesucristo, quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades” (1 de Pedro 3:21-22).
Escrito está, “El bautizo que corresponde a eso ahora nos salva, por la resurrección de Jesucristo.” El bautismo de Jesús, el cuál quitó todos nuestros pecados con su carne, ha sido la prueba de nuestra salvación. El hecho de que él derramo su sangre sobre la cruz es prueba del hecho que nosotros hemos sido juzgados por nuestros pecados. ¿Te das cuenta de lo que estoy diciendo? Por lo tanto, la Biblia afirma que Jesús es el que vino por agua, sangre y el Espíritu Santo (1 Juan 5:6-9). Jesús vino al mundo en carne humana y tomó todos los pecados en la misma forma en que Aarón el sumo sacerdote imponía sus manos sobre las ofrendas para pasar los pecados de su gente.
El agua es lo que corresponde a la salvación; bautismo. Escrito está que no es la remoción de las inmundicias del cuerpo. Esto no significa que nosotros no pecamos después de haber obtenido la remisión del pecado. Recibimos el perdón de los pecados, creyendo en el bautismo de Jesús. Entonces, ¿no pecamos en la carne? Si, lo hacemos. Mucha gente malinterpreta la remisión del pecado y dice cosas tales como “Si no tienes pecado en tu corazón, no pecarás de nuevo.” Esto es un malentendido. La Biblia dice, “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y que nunca peque” (Eclesiastés 7:20). La carne aún es débil. Es débil hasta que muere. Comete pecados hasta que muere. “No quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios.” Nuestras conciencias cambian en buenas conciencias hacia Dios a través de nuestra fe en el bautismo y la sangre de Jesús. Nuestras conciencias pueden llamar a Dios nuestro Señor y Salvador por nuestra fe en el hecho de que el Señor tomó todos nuestros pecados por su bautismo.
 

El alimento espiritual para nuestro corazón es el Bautismo y la sangre de Jesús
 
El alimento espiritual para nuestro corazón es el bautismo y la sangre de Jesús. Alimento para nuestro corazón y lo que corresponde al lavamiento de nuestros pecados es el bautismo de Jesús. Así, el apóstol Pedro dijo que esto corresponde al bautismo, lo cuál nos salva. 
Veamos 1 Pedro 1:22-23. “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espiritu, para el amor fraternal no fingido, Amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de invorruptible por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” Amen.
Hemos nacido de nuevo y recibido la remisión de todos los pecados, creyendo en el bautismo de Jesús y su sangre. Nacemos de nuevo creyendo la palabra escrita de nuestro Señor. Hemos nacido de nuevo ‘a través de la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.’ ¡Aleluya! El ser nacido de nuevo sucede a través de la palabra que vive y permanece para siempre. La palabra de Dios es el canon, que se refiere a una vara de medida. Es la marca en la banca de nuestra salvación. La vara medidora de la salvación de Dios nunca cambia.
Juan el bautista lo dijo en Juan 1:29, “Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!” El Cordero de Dios quien fue bautizado en el río Jordán es el pan de vida real, quien nos salva por su carne y sangre.
Somos santificados y salvados, creyendo en la palabra de Dios. La Biblia dice, “Así que la fe es por el oír y el oír por la palabra de Dios,” y “Porque en el evangelio la justicia de Dios es revela por fe y para fe; como esta escrito, ‘Mas el justo por la fe vivirá’” (Romanos 10:17, 1:17). Somos justificados creyendo en el evangelio. 
¿Has sido santificado? —Amen— ¿No tienes pecado? Es el evangelio, las buenas nuevas, ‘euaggelion’ en griego. ¿Cuál es la justicia de Dios? Es el hecho de que el Señor borró todos nuestros pecados, dando su carne y sangre por nosotros. La justicia de Dios nos permitió ser santificados. La justicia de Dios es que Jesús, quien era sin pecado, tomó sobre si los pecados del mundo y fue crucificado por los pecadores. Es el agua, el bautismo de Jesús que nos limpió de todos los pecados del mundo. La justicia de Dios ha sido dada a través del hecho de que Jesús llevó los pecados del mundo por su bautismo y la crucifixión. La justicia de Dios consiste en su bautismo y muerte, y la cruz es lo que corresponde a nuestro juicio. Esta es la justicia de Dios que es revelada en el evangelio.
 
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La justicia de Dios es revelada en Romanos - Nuestro Señor Quien Llego a Ser la Justicia de Dios (I)