(Hebreos 1:1-14)
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos. Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, y él me será a mí hijo? Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios. Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego. Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros. Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permaneces; y todos ellos se envejecerán como una vestidura, Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán. Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”
El Libro de Hebreos es la Epístola escrita específicamente para los judíos dispersos que creyeron en Jesús como su Salvador. Esta es la razón del título de la Epístola, el Libro de Hebreos. ¿Por qué hizo Dios que Su siervo enviase esta epístola y dijera estas cosas? La razón era que quería enseñarles la grandeza de Jesucristo y guiarles a Él porque los judíos adoraban a los ángeles. Dios dijo estas cosas porque los hebreos eran personas que buscaban milagros y señales. Aunque creían de alguna manera en el Dios Jehová, creían en Dios como un Dios que dividió el Mar Rojo, que hizo caer maná del cielo cuando cruzaron el desierto y que hizo que saliera agua de una roca cuando Moisés le dio a una piedra con su cayado.
Cada grupo de personas del mundo tiene características especiales para creer. Por ejemplo, la gente de una sociedad occidental busca el conocimiento científico para corroborar un hecho. Si esto es cierto de los occidentales, ¿cuáles son las características de las creencias de la gente oriental? La gente de Oriente busca la moralidad humana y la superstición mística. Y por eso los judíos deseaban ver muchos milagros. Por tanto, cuando el Apóstol Pablo les escribió a los judíos en la diáspora, este siervo de Dios trató la cuestión de si los ángeles tenían más autoridad o prominencia que Jesús. Tuvo que escribir la Epístola de manera que mostrase la superioridad de Jesucristo para llevarles a Cristo, porque su interés estaba en los ángeles. De la misma manera, deben entender que las cosas que busca cada nación son muy diferentes.
Dios habló en varios tiempos y en varias formas
Por esta razón, en la introducción al Libro de Hebreos, este siervo de Dios habla acerca de este Dios que habló en el pasado a los padres a través de los profetas en diferentes tiempos y de varias maneras. Dice que en los últimos tiempos Dios habló a Su Hijo, a quien ha nombrado heredero de todas las cosas, y a través de quien creó los mundos. Este siervo de Dios escribió a los judíos que creían en Jesucristo y dijo que Dios había hablado a nuestros antecesores en varios tiempos y de varias maneras a través de los profetas en el Antiguo Testamento. Dijo que en el Nuevo Testamento y en estos últimos días Dios nos ha hablado a través del Hijo.
Dios les habló a los judíos a través de Sus profetas en el Antiguo Testamento. Dios hizo muchos milagros a través de Su Palabra, que fue entregada a través de los profetas. Estas palabras fueron entregadas así porque eran el tipo de personas que no podía creer sin ver milagros o señales. Cuando leemos las Escrituras, empezando con el Libro de Génesis, leemos acerca de los ángeles que informaron a Lot de que Sodoma y Gomorra serían destruidas. Después leemos acerca de un ángel, Miguel, que se le apareció a Daniel. Por tanto, podemos entender cómo los profetas de Dios y los ángeles crearon una gran impresión en sus corazones, junto con los milagros increíbles de Dios.
Dios habló al pueblo de Israel en varias maneras y en varios tiempos, a través de varios profetas y ángeles durante el Antiguo Testamento; y en estos últimos días, Dios nos ha hablado a través de Su Hijo Jesucristo, quien fue nombrado heredero de todas las cosas. Esta Palabra está diciendo que el que destruirá el mundo y creará un nuevo mundo es Jesucristo. Las Escrituras dicen que el universo fue creado una vez por Jesucristo, el Hijo único de Dios, y que Su Reino continuará hasta la eternidad. Por eso dice que este Hijo es el resplandor de Su gloria y la imagen expresa de Su persona.
¿Quién es Jesucristo para nosotros? Podemos entender fácilmente que es Dios cuando miramos la obra que Jesucristo hizo cuando vino a este mundo. Por eso dice que este Hijo es el resplandor de Su gloria y la imagen expresa de Su persona. Además, La Biblia sigue diciendo que Jesús “sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”. Esto significa que sustenta todas las cosas por la Palabra de Su poder y se sienta a la derecha de la Majestad en lo alto. Jesucristo sustenta todas las cosas por la Palabra de Su poder.
Génesis 1, 1 dice: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” y el versículo 6 y 7 dicen: “Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así”. Dios dijo: “Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno” (Génesis 1:11-12).
Las Escrituras dicen que Dios creó todas las cosas el primer día, el segundo, el tercero, el cuarto, el quinto y el sexto día a través de la Palabra de Su poder. Esto significa que Jesucristo creó todas las cosas del universo personalmente a través de la Palabra de Su poder. y Jesucristo sustenta todas las cosas por la Palabra de Su poder. Como nuestro Dios tiene poder en Su Palabra, podemos ver este poder de la Palabra sustentado incluso ahora, y propagamos la semilla del Evangelio que hace que la gente nazca de nuevo y esté sustentada continuamente.
Jesucristo hizo la purificación de los pecados mediante Su Palabra
Debemos saber que Jesús no eliminó nuestros pecados mediante milagros. Dios dijo que eliminó nuestros pecados para siempre mediante Su Palabra escrita que contiene la justicia de Dios. Y dice que Jesús está sentado a la derecha del trono majestuoso de Dios Padre en el cielo y espera el Día del Juicio como el Juez.
El Libro de Hebreos nos habla de quién es Jesucristo realmente. Hebreos 1:1-4 nos dice: “Jesucristo es esta persona. Dios nos dará la remisión de los pecados a nosotros, los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu a través de Jesucristo en este período. Nos salvará de todos los pecados del mundo para siempre. Y el mundo nuevo llegará a través de Jesucristo en el futuro. Por tanto, no solo este mundo, sino el mundo nuevo que vendrá en el futuro vendrá por Jesucristo”. Lo que debemos pensar es el hecho de que Jesucristo no solo sostendrá todas las cosas por la Palabra, sino que también dejará que venga el mundo para que recibamos la limpieza de nuestros pecados por Su Palabra. Está diciendo que Jesucristo, quien vino a eliminar nuestros pecados, está sentado en el trono de la Majestad en lo alto y que vendrá de nuevo como el Señor del Advenimiento para llevarnos con Él en el Reino.
Debemos estudiar un poco más para entender la nobleza de Jesucristo. Hay un pasaje de las Escrituras que compara a los ángeles y a Jesucristo. Aquí, en Hebreos 1:5 se dice: “Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo?”. Leamos Salmos 2 para entender esta Palabra correctamente. La razón por la que debemos entender esta Verdad genuina, sin tener ningún malentendido, es que los seguidores de los Testigos de Jehová y otros herejes similares que hay en la tierra, no entienden esta Palabra y dicen: “¿Acaso no se dice aquí que Jesús es uno de los ángeles?”. Si entendemos la Palabra de Dios correctamente podemos saber por qué estos herejes confunden las Escrituras y dicen: “¿No se dice que Dios os ha hecho nacer de nuevo entre los ángeles en cierto momento?”. ¿Es esto lo que el Señor dice cuando leemos detenidamente la Palabra que acabamos de leer? Cuando leemos esto de nuevo dice completamente lo contrario. Juntemos lo que hemos leído en Salmos 2:7: Dice claramente: “Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy”. Aquí Mi Hijo se refiere al Señor, ¿no es así? El Capítulo 2 del Libro de Génesis está diciendo que Jesucristo es Dios, el Salvador y el Juez.
Por eso dice: “¿Por qué se amotinan las gentes,
Y los pueblos piensan cosas vanas?
Se levantarán los reyes de la tierra,
Y príncipes consultarán unidos
Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
Rompamos sus ligaduras,
Y echemos de nosotros sus cuerdas.
El que mora en los cielos se reirá;
El Señor se burlará de ellos.
Luego hablará a ellos en su furor,
Y los turbará con su ira.
Pero yo he puesto mi rey
Sobre Sion, mi santo monte.
Yo publicaré el decreto;
Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;
Yo te engendré hoy.
Pídeme, y te daré por herencia las naciones,
Y como posesión tuya los confines de la tierra.
Los quebrantarás con vara de hierro;
Como vasija de alfarero los desmenuzarás.
Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;
Admitid amonestación, jueces de la tierra.
Servid a Jehová con temor,
Y alegraos con temblor.
Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;
Pues se inflama de pronto su ira.
Bienaventurados todos los que en él confían”.
Todas estas Palabras hablan acerca de Jesucristo y Su ministerio. Aquí, en Salmos 2:7 leemos: “Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho” Dios está hablando a Jesús. “Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy” es Dios Padre hablando a Jesucristo y no a ninguno de los ángeles. Ahora debemos entender este pasaje de las Escrituras que dice: “Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy”, esto no se lo dijo a un ángel cualquiera. Dios Padre le dijo esto a Su Hijo Jesucristo. Dice que por muy alto que sea el cargo de un ángel, Dios Padre no ha hecho a ninguno de ellos hijo Suyo. Está diciendo claramente que no hay ningún ángel que se haya convertido en el Hijo de Dios. En realidad, Hebreos 1:6 dice: “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios”. Por tanto, Jesucristo es el Primogénito entre los hijos de Dios y los hermanos menores son la gente que ha recibido la salvación de sus pecados al creer en la justicia de Dios.
Si esto es así, ¿quiénes son los otros hijos que no son el primogénito? Está hablándonos a los que creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu. Somos las personas que han recibido la salvación de todos sus pecados al creer en Jesucristo y Su Evangelio del agua y el Espíritu. Ahora nos hemos convertido en hijos segundos, terceros, cuartos, etc., para Dios Padre. Los que hemos recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu nos hemos convertido en hijos de Dios.
Por tanto, la Biblia dice que todos los ángeles de Dios se arrodillarán ante nosotros cuando Jesucristo vuelva al mundo de nuevo. Así que ahora podemos ver y entender que los ángeles son siervos que sirven a los hijos de Dios y no son los hijos de Dios en la línea de Jesucristo como nosotros. No son seres que puedan ser dueños del Reino de Dios. Son ángeles que trabajan como siervos en el Reino de los Cielos. El autor escribió esto porque los hebreos o el pueblo de Israel les daban mucha importancia a los ángeles. El siervo de Dios en esta Epístola está diciendo que los ángeles no son hijos de Dios porque los hebreos tenían la tendencia a pensar que los ángeles eran muy importantes; consideraban que los ángeles eran superiores a los siervos de Dios e incluso superiores a Jesucristo.
Incluso en nuestro país, hay personas que creen en una deidad supersticiosa llamada “los tres dioses del alumbramiento”. Algunas personas dicen: “Los tres dioses del alumbramiento me han ayudado” cuando corrían algún peligro. De la misma manera, el pueblo de Israel también pensaba que los ángeles eran superiores a Jesucristo. Por esta razón estas palabras estaban escritas en el Libro de Hebreos como introducción. También me gustaría hablar de cómo esta Palabra está relacionada con nosotros. Les hablaré de estas cosas después de haber tratado este tema con más profundidad.
Los ángeles existen para los hijos de Dios
Hebreos 1:7 dice: “Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego”. Aquí está escrito que Dios no creó a los ángeles y a Sus siervos como hijos Suyos, sino que hizo que fueran siervos de toda la gente. En los versículos 8-9 está escrito: “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros”. Aquí Dios está hablando de Jesucristo y de la gente que ha recibido la remisión de los pecados al creer en él, y de que Dios les ha hecho participar en Su placer y ha encendido la llama de la felicidad en estas personas y les ha hecho recibir las bendiciones enormes porque han amado la justicia y odiado la injusticia.
Jesús es así verdaderamente. Jesús amó las obras justas y odió la injusticia y el pecado. Jesús vino a este mundo y ofreció Su cuerpo para ser bautizado por Juan el bautista y después entregó Su cuerpo en la Cruz para salvarnos de los pecados y la destrucción. No le habría importado que fuésemos o no al infierno si no hubiese pensado en las obras justas y la salvación y solo hubiese buscado Su beneficio propio en vez de amarnos. Si no le importásemos, habríamos ido al infierno. Si a Jesús solo le importase Él mismo, no habría tomado todos los pecados sobre Sí mismo y probablemente no habría muerto en la Cruz.
Sin embargo, el Señor lo sacrificó todo porque amó la justicia y odió la injusticia. La injusticia se refiere al pecado y significa que el Señor odió el mal, el pecado y la iniquidad. Jesús lo sacrificó todo porque amó la obra de salvarnos y, por tanto, Dios le dio gozo al Señor y sometió a los ángeles y a todas las cosas a Su Hijo. Dios nos ha dado este gozo en Su Hijo.
Leamos Hebreos 1:10-12 juntos. Dice: “Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permaneces; Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, y como un vestido los envolverás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, y tus años no acabarán”. Aquí, en Hebreos 1:13-14 se dice: “Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”.
La Palabra escrita en Hebreos 1:10-14 dice eso. Hemos leído estos versículos juntos y sabemos que nuestro Señor, que nos ha salvado de nuestros pecados, también ha creado los cimientos de los cielos y la tierra con Sus manos. Esto significa que el Señor es el Dios que ha creado todas las cosas del universo. Estas cosas serán destruidas, pero el Señor existirá eternamente. El Señor existirá eternamente. Hemos leído: “Ellos perecerán, mas tú permaneces; y todos ellos se envejecerán como una vestidura, y como un vestido los envolverás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, y tus años no acabarán”. La palabra años significa vida. Es decir, Dios está diciendo que su vida no tendrá fin.
¿Quién es el Señor? El Señor es el Dios Alto y Noble que vive eternamente. Dios hace hincapié en esto de nuevo a través de Su siervo que escribió el Libro de Hebreos para dirigirse a los hebreos. Hebreos 1:13 dice: “Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?”. ¿Hizo Dios Padre que un ángel se sentase a Su lado y dijese: “Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies”? En otras palabras, ¿dijo Dios a un ángel: “Ángel, siéntate a Mi derecha hasta que tus enemigos estén completamente sometidos”? No. Estas palabras se las dijo a Jesucristo, el Hijo de Dios, quien vino a este mundo, tomó nuestros pecados sobre Sí mismo al ser bautizado y al entregar Su cuerpo de sacrificio, fue juzgado mediante Su derramamiento de sangre, fue herido con clavos en la Cruz y nos salvó al ser resucitado de entre los muertos. Dios nunca ha dicho estas cosas a ningún ángel.
Un ángel es solo un siervo que sirve. Un ángel no es un ser majestuoso como Dios ni un ser noble como Jesucristo, el Hijo de Dios. ¿Entienden lo que estoy diciendo aquí? Sería más fácil que entendiesen si ilustrase esto a través de la historia de un leñador y un hada que conocemos bien. En la historia aparece el Gran Emperador de Jade. En el confucianismo y otras religiones orientales el Gran Emperador de Jade es dios. Tenía muchas hijas y una de ellas quería ir al mundo. El Gran Emperador de Jade le prohibió hacerlo, pero ella no escuchó y fue al mundo.
Esta es la historia de cómo se convirtió en un ser humano encarnado y volvió al cielo después de haber sido engañada por un leñador y vivir con él durante un tiempo. No me acuerdo exactamente de la historia. Me confundo cuando la cuento. No puedo contarla correctamente. Puedo hablar de la Palabra de Dios, pero siempre me confundo cuando cuento una historia estúpida. Estas historias se pasan mediante la tradición oral, ¿no es así? Quizás esta sea la razón por la que es tan confusa, porque la historia ha cambiado con el tiempo; pero lo que sí sé es que hay muchas hadas en la historia que escuché.
El hada en la historia es como un ángel del que hablamos. Los ángeles en nuestro país son femeninos y no masculinos. Los ángeles que aparecen en las Escrituras parecen hombres, aunque la distinción de género no se especifique. Los ángeles de la guerra y otros ángeles parecen hombres si tenemos que hacer una distinción de género. Por tanto, el término Hijo de Dios aparece muchas veces en nuestros sermones cuando hablamos de estas cosas y algunas mujeres se ofenden y dicen cosas como: “¿Qué? ¿Es el Hijo de verdad? ¿Es un Hombre entonces?”. No sé si el género es correcto. Lo digo porque está escrito así, no estoy hablando de la superioridad de los hombres. Los hombres también tienen muchas debilidades.
En realidad, en nuestro país, hay una tradición de tener un hijo varón, pero un padre no estaría celoso de diez hijos si criase bien a una sola hija. La cuestión es que, en el confucianismo, una familia necesitaba a un hijo varón porque los varones tenían la autoridad como sacerdotes de la adoración a los antecesores cuando una persona moría. Enseñaban que una persona se convertía en un fantasma y comía incluso después de la muerte. Sin embargo, ¿cómo se convierte una persona en un fantasma y come después de morir? No es así, pero piensan que los fantasmas comen. Yo creo que están locos.
Si el alma de un antecesor comiese y hubiese muerto sin haber comido mucho antes de morir, tendríamos que prepararle un banquete al fantasma y hacerle un servicio de adoración allí. Entonces, el fantasma podría venir y comérselo todo, ¿verdad? ¿Quién puede decir nada si un fantasma viene y come? ¿Cuál sería el problema si los hijos madurasen más adelante en la vida y quisiesen servir mucha comida a los difuntos?
Sin embargo, habría muchas personas que no querrían prepararle ni una comida al fantasma. El sacerdote prepara la comida de adoración para los vivos. El confucianismo es así. Se preparan comida para sí mismos y se arrodillan para calmar sus conciencias.
Los ángeles son espíritus que sirven a los siervos de la justicia
Al leer la Verdad de Libro de Hebreos debemos entenderla y creer en ella. Quiero llegar a una conclusión al leer el Libro de Hebreos 1:14 y escuchamos la Palabra que el Señor quiere darnos. Cuando leemos Hebreos 1:14, dice: “¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”. Aquí vemos que Dios nos ha enviado a los ángeles para servirnos a los que recibiremos la salvación y para servir a la gente que ha recibido la salvación. Todos los ángeles son espíritus que sirven como lo ha ordenado Dios, es decir, son los obreros que hacen lo que Dios les ha pedido. Los ángeles son espíritus que fueron enviados para servir a los hijos de Dios y la gente que se convertirá en hijos de Dios.
El capítulo 1 de Hebreos resume esta verdad de esta manera. Lo que debemos entender a través de esta Palabra es que el Señor ha creado el universo mediante Su Palabra, ha perdonado nuestros pecados por Su Palabra y nos ha juzgado por Su Palabra. Nuestro Señor creó el universo por Su Palabra. Dios creó los cielos y la tierra y todos los mundos por la Palabra que nos dio. Así, el Señor Jesucristo es el Dios Todopoderoso. Dios es muy poderoso. Dios dijo que hubiese verduras y árboles frutales, árboles que dieran frutos con semillas, y así fue. Los árboles, la hierba, las verduras y las flores con semillas salieron de la tierra. Fue exactamente como Jesús dijo. Dios hizo todas estas obras.
Dios es Todopoderoso. Dios, quien nos salvó a nosotros, es el Todopoderoso que eliminó nuestros pecados por la Palabra. Por eso la Biblia es la Palabra de Dios. Cuando leemos la Palabra y la confirmamos dentro de nuestros corazones, nos aferramos a ella y creemos en ella, nuestros pecados desaparecerán y nos convertiremos en hijos de Dios. También podemos ir al Reino de los Cielos y recibir respuesta a nuestras muchas oraciones. Todo se cumple cuando nos aferramos a la Palabra y creemos y oramos. ¿Entienden lo que estoy diciendo aquí? Esto es porque la Palabra es la Palabra de Dios. Por eso la Palabra de Dios tiene poder. Todas las cosas en los cielos y la tierra existen porque la Palabra de Dios tiene poder.
Ahora podemos entender cómo los hebreos o el pueblo de Israel consideró a los ángeles como seres superiores. Quiero que recuerden que este siervo de Dios escribió estas cartas a los hebreos para enseñarnos acerca de estas prácticas malvadas y hacernos tener la fe justa porque muchos hebreos pensaban que los ángeles eran superiores a Jesús, incluso después de creer en Él. Los que vivimos en estos últimos tiempos debemos confirmar esta verdad en nuestros corazones y aprender esta lección a través de la Palabra.
Hay ciertos pastores en nuestro país, y sin duda por todo el mundo, que afirman: “Hablar en lenguas es la prueba de haber recibido el Espíritu Santo. Dicen que podemos saber que la gente ha recibido al Espíritu Santo cuando las vemos hablar en lenguas. Por tanto, la gente que habla en lenguas ha recibido el Espíritu Santo y la gente que no puede hablar en lenguas no ha recibido el Espíritu Santo”. El problema con esta noción es que la gente recibe esta enseñanza como si fuese la verdad, aunque estas cosas no estén escritas en las Escrituras. Esta enseñanza es completamente incorrecta. La gente ignorante e ingenua cree a estos pastores que enseñan estas cosas incorrectas porque dicen hablar en lenguas bien y expulsar demonios de la gente orando.
Hoy en día la gente no quiere dar testimonio en público, pero no merece la pena reconocer este error cuando comparamos sus palabras y la Palabra de Dios. Aunque no crean en todas las palabras de los pastores como la Palabra de Dios, reconocen sus palabras con una autoridad similar. Dicen: “El pastor lo ha dicho de esta manera”. Por tanto, creen en sus palabras. No es correcto creer así en esta era. Debemos poner toda la autoridad en la Palabra, es decir, en la Palabra de Dios, como creemos nosotros.
Los cristianos que no han nacido de nuevo en este período tienen la tendencia a considerar las palabras de los pastores iguales que la Palabra de Dios, de la misma manera en que los hebreos consideraban que los ángeles eran superiores a Jesucristo. Ambos tienen la fe incorrecta.
El Señor dijo en Hebreos 1:2: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”; y el versículo 3 dice: “El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”. Estas palabras significan que nuestro Señor ha perdonado nuestros pecados por Su Palabra. Significan que nuestro Señor eliminó todos nuestros pecados para siempre con el Evangelio del agua y el Espíritu. El Señor no solo creó todas las cosas por Su Palabra, sino que eliminó nuestros pecados, los pecados dentro de nuestros corazones, por Su Palabra. ¿Cuál es la Palabra mencionada aquí? Es la Palabra acerca del Evangelio del agua y el Espíritu. Debemos creer y recibir la remisión de los pecados a través del Evangelio del agua y el Espíritu, que es Su Palabra, ya que el Señor ha eliminado todos nuestros pecados por esta Palabra.
Pero ¿qué pasa con los que creen en las palabras de los ministros a ciegas, en vez de creer en la Palabra de Dios? Este es el problema. Por ejemplo, cuando un ministro dice que el Señor ha eliminado todos nuestros pecados solo al derramar la sangre de Cristo en la Cruz, entonces creen en esa falsedad más que en el Evangelio del agua y el Espíritu, que es la Palabra de Dios. Los pecados de la gente no pueden ser eliminados por mucho que se crea en las palabras de los pastores que dicen que los pecados pueden eliminarse por fe solamente en la sangre derramada en la Cruz, pero por desgracia, la gente escucha estas palabras de los pastores sin conocer el Evangelio del agua y el Espíritu y creen en ellas.
Cuando ciertos pastores y reformistas religiosos como Calvino, Martín Lutero o John Knox dicen que han recibido la remisión de los pecados solo mediante la sangre derramada en la Cruz, entonces creen en algo que no ha sido verificado y por eso son destruidos. Dicen que cualquier persona puede recibir la remisión de los pecados si entiende que Jesucristo es el Salvador y cree en Su sangre derramada en la Cruz. Hoy en día hay una fe falsa y la fuente de esta fe incorrecta es la gente que enseña la doctrina incorrecta del cristianismo porque no cree en el Evangelio del agua y el Espíritu.
Sin embargo, la gente de hoy en día nos mira a los que apuntamos su fe errónea y dice: “Si es así, ¿son ustedes mejor que ellos?”. Debemos saber lo que están haciendo. Lo que nos están diciendo es: “Estos clérigos dijeron esto. ¿Son ustedes mejores que ellos?”. Al ver este error, ¿cuál es la diferencia entre ellos y los judíos que adoraron a los ángeles? Es vergonzoso considerar a los ángeles superiores a Jesucristo o levantar las palabras de ciertos pastores a un nivel mayor que la Palabra de Dios. Estas enseñanzas llenas de errores salieron de estos líderes equivocados. Todos son pecadores. Debemos respetar a un pastor si cree en la Palabra exactamente como está escrita en la Palabra de Dios y conoce la Palabra exactamente y la predica exactamente. Pero, aunque una persona sea un pastor, no debe decir lo que quiera si es diferente a la Palabra de Dios y no enseña el Evangelio del agua y el Espíritu. Pero, desafortunadamente hay muchos pastores y cristianos así en estos tiempos.
Después de escuchar estas verdades la gente me dice: “¿Está diciendo que es mejor que el famoso ministro de la Iglesia Anglicana, John Scott, o el pastor americano famoso Billy Graham, Moody, o John Wesley?”. Comparan a estas personas conmigo para denigrarme y faltarme al respeto diciendo: “Predicas el Evangelio del agua y el Espíritu y nosotros no podemos creer en él. ¿Es mejor que el Pastor Billy Graham? ¿Es mejor que el Pastor Wesley? ¿Es mejor que John Knox? ¿Es mejor que Martín Lutero? ¿Es mejor que Calvino? No nos haga reír. No tiene sentido. Estos individuos son excepcionales. ¿Cómo puede alguien como usted decir que están equivocados? ¿Y por qué dice que podemos recibir la remisión de los pecados solo cuando creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu cuando esa gente tan excepcional dice que se recibe al creer solamente en la sangre derramada en la Cruz? Cuando los comparamos con usted no nos parece correcto”.
De esta manera, esta gente considera las palabras de estos clérigos superiores a la Palabra de Dios y son como la gente que comete el pecado de considerar a los ángeles superiores a Jesucristo. Son personas que hacen que otras personas pequen ante la presencia de Dios. Esto es incorrecto. Es un pecado terrible. Por tanto, debemos entender correctamente. ¿Quién es superior Jesucristo o los ángeles? Jesucristo es infinitamente superior. ¿Cuánto más? Cristo es el Creador y los ángeles son criaturas creadas por el Creador. Jesucristo es muy superior y más glorioso que los ángeles. Y los ángeles son simplemente siervos que deberían servirnos a los que hemos recibido la remisión de los pecados.
Sin embargo, está mal que la gente los eleve como a Jesucristo. ¿No saben que está mal considerar la posición de los ángeles mayor que la de los que hemos recibido la salvación al creer en Jesucristo, quien manifestó el Evangelio del agua y el Espíritu en el mundo? ¿Cómo de equivocados están cuando piensan y oran así a los ángeles? Este tipo de comportamiento es servir a demonios y adorar a ídolos.
Debemos volver a la fe que cree en la justicia de Dios
El Señor dejó constancia de la obra que había hecho para eliminar nuestros pecados para siempre. El Señor habló en el Antiguo Testamento acerca de la remisión de nuestros pecados y también en el Nuevo Testamento mediante el Evangelio del agua y el Espíritu. Y el Señor lo cumplió todo exactamente como lo dijo. El Señor dijo en el Evangelio de Mateo 1:23: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”. El Señor prometió salir del cuerpo de una virgen para estar con nosotros. Por tanto, Dios vino vestido de un ser humano para estar con nosotros. Vino por el cuerpo de la Virgen María como la Palabra de Dios que había prometido.
Y está escrito que el Señor cumplió toda la justicia al ser bautizado por Juan el bautista cuando cumplió los treinta años. Por eso Dios Padre dijo: “Este es Mi Hijo amado, en quien tengo Mi complacencia”, cuando Jesús salió del agua después de haber recibido el bautismo de Juan el Bautista. Dios Padre dio testimonio claramente de que Jesús recibió el bautismo de Juan el Bautista para cumplir la justicia de Dios y después murió en la Cruz y resucitó de entre los muertos para salvarnos para siempre. Dios dijo: “Este es Mi Hijo amado, en quien tengo Mi complacencia”. Dios estaba diciendo: “Mi Hijo es el que Me complace. Y tomó todos nuestros pecados sobre Sí mismo mediante el bautismo que recibió según Mi voluntad, y es el que fue clavado en la Cruz para morir por vuestros pecados y el que resucitó de entre los muertos y se convirtió en vuestro perfecto Salvador para daros la salvación a los que creen de esta manera”. El Señor tomó todos nuestros pecados mediante el bautismo que recibió y fue juzgado en la Cruz por estos pecados.
Pero la gente todavía no entiende esta perfecta salvación que Jesús ha conseguido y piensa: “Solo derramó la sangre en la Cruz. Por tanto, solo tengo que creer en la sangre de Jesús para recibir la remisión de los pecados”. Estas nociones son erróneas. Si Dios dijese que el Señor ha eliminado nuestros pecados mediante la Palabra entonces solo tenemos que creer en ella exactamente como aparece en la Palabra de Dios para recibir la salvación. Si hacemos esto, nuestros pecados son eliminados. Habría algo incorrecto con la obra que Dios ha hecho si los pecados no fuesen eliminados, aunque creyésemos en el Evangelio del agua y el Espíritu. Sin embargo, es la Palabra de Dios si los pecados fueron eliminados al creer según la Palabra del agua y el Espíritu. Nos convertimos en personas sin pecados eternamente porque la Palabra de Dios es la Verdad eterna de la salvación y creemos en la justicia de Dios por fe.
Todos los pecados de mi corazón fueron eliminados para siempre cuando encontré el Evangelio del agua y el Espíritu como está escrito en la Palabra de Dios mientras buscaba el Evangelio del agua y el Espíritu. Mis pecados no han sido limpiados al ofrecer oraciones de penitencia. No recibí el perdón de los pecados al ayunar y orar. No recibí el perdón de los pecados al orar toda la noche tampoco. Recibí la remisión de mis pecados cuando creí en el Evangelio del agua y el Espíritu. No podía hacer nada para recibir este don de salvación. Si los pecados de la gente fueron transferidos a sus ofrendas animales mediante la imposición de manos en el Antiguo Testamento, entonces nuestro Cordero del sacrificio, Jesús, tuvo que tomar los pecados del mundo sobre Sí mismo mediante la imposición de manos del último Sumo Sacerdote del Antiguo Testamento mediante el mismo método en el Nuevo Testamento.
De la misma manera los cristianos todavía tienen que transferir sus pecados a Jesús por fe, poniéndolos sobre Él mediante la imposición de manos al entender la justicia de Dios y creer en ella. Como no creen en esta verdad como está escrita en la Palabra me ponen muy furioso. Cuando buscaba esta verdad, el verdadero conocimiento entró en mi corazón un día mientras leía la Palabra del Evangelio de Mateo 3:13-17. Esta escena del Espíritu Santo descendiendo sobre Jesucristo en el Río Jordán para ser bautizado por Juan el Bautista me vino a la mente. Las Escrituras dicen: “Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”.
Cuando leí estas Palabras: “Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”, me di cuenta por el Espíritu Santo que Jesús había cumplido toda la justicia al ser bautizado por Juan. Por fin me di cuenta: “¡Exacto! Ya lo entiendo”.
¿Qué es el bautismo que Jesús recibió de Juan el Bautista? Este bautismo tiene el mismo significado que la transferencia de los pecados de la gente por el sumo sacerdote mediante la imposición de manos sobre el animal del sacrificio en el Antiguo Testamento. Así, el que Jesús recibiese el bautismo de Juan el Bautista significa que Jesús tomó los pecados del mundo espiritualmente y cubrió Su cuerpo de sacrificio por esos pecados. El bautismo que Jesús recibió de Juan el Bautista tiene este significado espiritual. El bautismo que recibió Jesús simboliza tomar los pecados. Tomar los pecados sobre Sí mismo. Llevar los pecados a la Cruz y morir allí por ellos.
He buscado el significado de la palabra bautismo en inglés, chino, hebreo y griego. Todas tienen ese mismo significado y es correcto. El Señor dijo: “Porque conviene así que cumplamos toda justicia”. ¿Cómo? A través de este método recibió el bautismo de la manera más adecuada, y ese método era absolutamente necesario.
Jesús fue bautizado por Juan el Bautista con este método y tomó los pecados de la humanidad para siempre y los llevó hasta la Cruz, donde murió para convertirse en el Salvador al resucitar de entre los muertos. Esto significa que todos nuestros pecados fueron eliminados en el momento en que entendí y creí en la Palabra acerca de la justicia de Dios. No me habría convertido en un evangelista que predica el Evangelio del agua y el Espíritu si no hubiese orado: “Señor, elimina mis pecados” cuando recibí la remisión de los pecados. Sin embargo, recibí la salvación de todos mis pecados cuando conocí a Jesucristo, quien manifestó el Evangelio del agua y el Espíritu. Ustedes también pueden recibir la salvación por fe cuando escuchan el Evangelio del agua y el Espíritu y creen en él de corazón.
Escuchen la Palabra del Evangelio de Mateo 3:13-17 y después lean la Palabra de Dios en el Evangelio de Juan 1:29, y después Juan 19, seguido de Hebreos 10. Entonces creerán en esta verdad cuando vean que nuestro Señor tomó nuestros pecados para siempre al recibir el bautismo de Juan el Bautista, cargar con los pecados del mundo y morir en la Cruz y resucitar de entre los muertos. Hebreos 10:18 dice: “Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado”. ¿Cómo nos sentimos al escuchar estas Palabras?
¿Han creído en la Palabra de Dios al leerla y escucharla con sus oídos? ¿Han sido sus pecados eliminados al creer? Sus pecados han sido eliminados. Qué más vamos a decir acerca de la salvación cuando las Escrituras dicen que nuestro Señor tomó todos nuestros pecados sobre Sí mismo al ser bautizado por Juan el Bautista y caminó hasta la Cruz para eliminar nuestros pecados al ser clavado a la Cruz y derramar Su sangre. Nuestro Señor eliminó nuestros pecados mediante el bautismo que tomó nuestros pecados para siempre y la sangre que derramó en la Cruz, y al hacer esto quiso separar a la gente que va al Cielo de la gente que va al infierno. Por eso la Palabra de Dios es tan importante y creer en el Evangelio del agua y el Espíritu es aún más importante. Sin embargo, las cosas como buscar visiones mientras oramos a Dios y tener sueños no tienen ningún valor. ¿Lo entienden?
Todos los cristianos que viven en este mundo deben volver a la fe que cree en el Evangelio del agua y el Espíritu, que es la Palabra de Dios. Solo les espera la destrucción si no vuelven al camino para nacer de nuevo en el Evangelio del agua y el Espíritu según la Palabra de Dios. El cristianismo de todo el mundo ha tomado el camino equivocado al rechazar a Jesucristo como el pueblo de Israel. Algunos de ellos piensan que los ángeles son superiores a Jesús y han caído en las falsas creencias. Los judíos cayeron en la fe incorrecta y traicionaron a Jesucristo y por eso fueron destruidos. De la misma manera, el cristianismo de este período también ha ido por el mal camino. Está mal que la gente piense en las palabras de sus pastores y dejen de lado la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu que contiene la justicia de Dios. Por eso muchas personas en la actualidad viven una vida de fe que cree en Jesús como el Salvador de la manera equivocada porque creen sin conocer la justicia de Dios. En vez de creer en el verdadero Dios de la manera correcta, interfieren con la gente que quiere conocer el Evangelio del agua y el Espíritu y hacen que vayan al infierno. El pueblo de Israel debe volver a Jesucristo, incluyendo a todo el mundo. Toda la humanidad debe volver a creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. Debemos creer en el Evangelio del agua y el Espíritu si queremos conocerle personalmente porque Dios no es visible para los ojos. Solo cuando hacemos esto por fe podemos conocer al Dios vivo. No podemos encontrar al Dios de la Verdad si solo ofrecemos oraciones de penitencia todos los días y rechazamos el Evangelio del agua y el Espíritu.
Jesús es el Dios de esta Palabra. Nuestro Señor creó el universo por Su Palabra y también se manifiesta la Verdad a través de Su palabra y cumple Su voluntad en nosotros por Su Palabra. Por tanto, debemos volver a la Palabra de Dios. Debemos volver a la Palabra de Dios. Debemos permanecer dentro de la Palabra de Dios, que está compuesta de 66 libros en el Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. Sin esta Palabra no podemos recibir la salvación de los pecados sin Jesucristo. Los 66 libros del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento son suficientes para recibir la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, suficientes para vivir una vida espiritual y suficientes para entender quién es Jesucristo.
Nuestro Señor nos habla a través de Su Palabra ahora y nos encuentra con Su Evangelio del agua y el Espíritu y nos proporciona los criterios verdaderos para juzgar el bien y el mal con la Palabra de Dios. Y Dios perdona nuestros pecados si creemos en la Palabra de Dios por fe y nos hace hijos Suyos y nos enseña cómo los justos deben vivir al creer en la Palabra. El Señor nos muestra el Cielo y el infierno por Su Palabra. Por tanto, Dios nos dice que recibamos la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. ¿Creen de verdad?
Todos los cristianos deben volver a la Palabra de Dios en los últimos días
Todos los cristianos del mundo deben volver a la Palabra de Dios. Quiero decirles esto. Quiero decirles esto porque las calamidades que profetiza la Palabra de Dios ocurrirán al final de los tiempos muy pronto. Los que vivimos en estos últimos días debemos vivir pensando en cómo debemos vivir nuestras vidas ante Dios los que hemos recibido la remisión de los pecados. Está escrito en la Palabra de Dios claramente. ¿Acaso no dicen las Escrituras “Buscad primero el Reino de Dios y Su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura”?
El Señor nos muestra el camino de la justicia con Su Palabra. El Señor ilumina el camino para los justos. No debemos decir: “Señor, no sé cómo me estás guiando” cuando su Palabra dice claramente: “Buscad primero el Reino de Dios y Su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura”. ¿Por qué no iban a saber cómo vivir cuando el Señor nos dice como debemos vivir? Todo se resolverá cuando volvamos a la Palabra de Dios y vivamos nuestras vidas por la fe que cree que Dios nos muestra el camino siempre como está escrito en Su Palabra.
Durante el período de la Reforma había puritanos que iniciaron movimientos que querían volver a la Palabra de Dios y seguir Su liderazgo y parar cuando Dios dice que paremos. Pero, por desgracia, hoy en día muchos cristianos se han separado de la Palabra de Dios. Y viven una vida de creyentes carnales y no de creyentes espirituales. Por tanto, están convirtiéndose en creyentes materialistas. Siguen diciendo: “Seréis bendecidos si pagáis el diezmo. Y hablar en lenguas es la prueba de que habéis recibido la plenitud del Espíritu Santo”.
¿Cuánto se han separado de la Palabra de Dios? La mayoría afirma: “Habéis nacido de nuevo si creéis solamente en la sangre derramada en la Cruz”. Tienen una fe supersticiosa que cree que una persona puede ser salvada si obedece a esa iglesia y cree en la sangre derramada en la Cruz, aunque no conozcan la Verdad de nacer de nuevo al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu.
¿Cuánto se han separado de la justicia de Dios? Viven muy lejos de la Palabra de Dios. Se han convertido en cristianos materialistas y mundanos porque se han separado de Dios. Se han separado de la Palabra de Dios tanto que no saben qué han hecho mal. Tenemos la responsabilidad de enseñarles el verdadero camino de la Verdad evangelizando con el Evangelio del agua y el Espíritu a estos creyentes cristianos que tienen esta fe incorrecta. Nosotros tenemos esta responsabilidad. Nosotros, los siervos de Dios que han recibido la remisión de los pecados, tenemos una gran responsabilidad. La responsabilidad es tan grande que no puedo dormir, no puedo dejar de trabajar y no tengo ni tiempo para hacer algo por mí mismo porque tengo mucho trabajo que hacer.
Tendríamos tiempo de sobra si hubiese más personas haciendo la obra de evangelizar el Evangelio del agua y el Espíritu con nosotros. Si tuviésemos ese tiempo, podríamos viajar a muchos lugares fantásticos cuyos nombres no conocemos. Sin embargo, no puedo hacerlo porque estoy muy ocupado.
Hoy hemos leído la Palabra de Dios. Aunque no tengamos muchas habilidades, quiero que escuchemos, por el Espíritu de Dios, lo que nos está diciendo y reconectar nuestros corazones de fe. Queridos hermanos, quiero que sigan a Dios para vivir una vida espiritual verdadera anclada por la fe firmemente y que dejen en paz a la gente que no puede y no quiere creer ni seguir la justicia del Señor bien. Si no siguen la justicia de Dios bien ni creen en ella, ellos se lo pierden. No hay nada más que hacer por estas personas que no siguen la justicia del Señor.
Cuando los hijos de Israel salieron de la esclavitud en Egipto, cruzaron el Mar Rojo y fueron a la tierra de Canaán, ¿qué ocurrió con los que iban detrás y se quejaban constantemente? Que los soldados de otras naciones de esas tierras los persiguieron y los mataron. Aquí vemos que esta gente que se quejaba y seguía holgazaneando al grupo principal murió. Todos ellos fueron atrapados por el enemigo y fueron esclavos de otras naciones. El resto debía seguir adelante, aunque los soldados de otras naciones hubiesen atrapado a las personas que iban detrás quejándose. Esto no hizo daño al resto.
Los que no siguen a la Iglesia de Dios y no creen en la Palabra del Señor, y los que no siguen a la gente de fe, que se quejan todo el rato y piensan que puede sobrevivir de otra forma, son los insensatos. Cuando la gente de fe tiene un problema lo resuelve rápidamente cuando lleva este problema a los siervos de Dios y habla y ora con ellos. Pero muchas personas no saben esto. Pueden pensar que esto es un gran problema, pero puede ser resuelto por Dios cuando hablan de su problema con un siervo de Dios abiertamente.
No puedo darles oro ni plata porque no tengo dinero, pero puedo darles sabiduría para resolver el problema y sugerir una manera de resolver el problema. Por supuesto, así pueden resolverlo rápidamente. Sin embargo, la gente no comparte sus problemas y abandona cuando algo no parece posible, o nos dice que no nos preocupemos. ¿Quién quiere tener que tratar todos esos problemas? Yo no. Yo quiero fingir que no sé que hay un problema. ¿Por qué? Porque puede ser muy pesado. ¿Es esto cierto o no? No debería ser así, pero preferiría hacer como si no supiese nada porque puede resultar muy pesado. Si hay gente que siente que quiere morir porque no encuentra otra solución, debería venir a hablar de ello con un siervo de Dios para que le aconseje una solución.
Los que han caído en una prueba recibirán la remisión de los pecados al final si creen en el Evangelio del agua y el Espíritu y se unen a la Iglesia de Dios y la siguen diligentemente, y los que no creen tendrán envidia. Debemos dejar a estas personas que no creen y extender nuestras manos por fe hacia los que no han recibido la remisión de los pecados todavía y darles testimonio de la salvación. Dejen a la gente inmadura y sigan desde atrás. Dejen que hagan lo que quieran y que pasen por muchas dificultades y quizás al final pedirán ayuda a la Iglesia y se darán cuenta de que las cosas no ocurren como ellos quieren. No hay nada que hacer con estas personas que no tienen el coraje de hacer estas cosas. Pensarán que es su destino y conocerán al Todopoderoso después de vivir así.
El Señor les juzgará adecuadamente. El Señor les dará la penalización adecuada. No quiero ni hablar de esto. No quiero hablar de esto porque ya he hablado de ellos un millón de veces y no es fácil hablar de una cosa tan triste cuando la gente se cansa de las cosas buenas si se las repito muchas veces. Debemos dejar esa situación en paz cuando hayamos hecho todo lo que podemos. La gente que está delante no debe quedarse rezagada por culpa de la gente malvada. No deben intentar agarrarse a los pies de los que van delante.
¿Somos la gente que se deja agarrar por los pies? Debemos levantarlos y dar una patada y seguir caminando. Debemos seguir hacia adelante con la evangelización del Evangelio del agua y el Espíritu. ¿Cuándo tenemos tiempo de dejarnos agarrar por los pies por la gente mientras hay tanta gente muriendo y pidiendo ayuda, y cuando tenemos que predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a estas personas y alimentar a los que han recibido la remisión de los pecados para que puedan vivir una vida espiritual?
Estas personas son inmaduras. Hay un refrán en nuestro país que dice que un buen árbol se ve cuando germina. Se puede ver que es un buen árbol con tan solo ver la pequeña hoja que sale cuando germina. Un brote se convierte en un árbol que crece correctamente cuando es joven y un brote que no se convierte en un árbol sano tiene hojas amarillas desde el principio. Este color amarillo aparece desde que es joven y sin duda el brote se convierte en un árbol malo. Por supuesto que hay algunos que crecen correctamente cuando les damos la nutrición adecuada y los cuidamos bien. Sin embargo, esto requiere mucho más esfuerzo de nuestra parte.
Toda la gente del mundo, más de 6,500 millones de personas, está extendiendo sus manos hacia los que hemos recibido la remisión de los pecados. Estas personas están pidiendo que las salvemos de sus pecados y que prediquemos la Palabra que les da la remisión de los pecados. Hoy mismo he recibido una llamada de alguien que está a cargo de las misiones en el extranjero, cierto pastor de Kenia (África). Me ha dicho que está haciendo su ministerio, pero que nunca ha predicado el Evangelio del agua y el Espíritu, aunque ha predicado muchos sermones. Me ha dicho que no había nadie que predicase el Evangelio del agua y el Espíritu en su país. Según él la gente piensa que ha recibido la remisión de los pecados mediante la sangre derramada en la Cruz solamente. Sin embargo, después de leer la Palabra de Verdad, se dio cuenta de que no la había entendido antes y ahora creía en la Verdad.
Dice que no sabía que existiese esta Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu en la Palabra de Dios y que, desde que la ha leído, quiere ayudar en esta obra también porque es maravillosa. Nos ha bendecido al compartir esta noticia. Me ha dicho que quería que Dios me bendijese y a toda la gente que hace esta obra. Sin embargo, yo no estoy haciendo esta obra de la predicación del Evangelio del agua y el Espíritu solo. Los ministros estamos haciendo esta obra. Sé que la oración de bendición que están ofreciendo a Dios se manifestará en todos nosotros. Y se manifiesta así. Y debemos creer así y caminar por fe y ser más maduros.
Nuestros pensamientos deben crecer mucho. Debemos hacer que esta fe crezca entre la generación siguiente, aunque pasemos por tantas dificultades para predicar el Evangelio ahora. Debemos trabajar ahora mientras son jóvenes. Deben entender los problemas por los que pasaron sus padres. Los jóvenes adultos que no saben si sus padres viven o mueren y solo les piden dinero, pero no se preocupan por su bienestar, son así porque no han pasado por dificultades. La gente que ha pasado por dificultades cuando era joven cuida de sus padres. Enviar a sus hijos a la universidad está bien, pero hacer que sus hijos se enfrenten a dificultades cuando son jóvenes es también dares una buena educación. Entonces serán hijos e hijas que cuidan de sus padres. 100%. Esto es completamente cierto.
Algunos de ustedes pueden pensar: “El Pastor Jong habla como si supiese algo de educación, aunque no tenga una licenciatura en educación. ¿Quién dice esas cosas en el campo de la educación?”. Aquí estoy. Estoy diciendo eso. Lo mismo digo de la gente mayor. La gente que ha tenido problemas en la vida puede darse cuenta cuando otras personas tienen dificultades y saben que viven por el Evangelio del agua y el Espíritu y se sacrifican y trabajan duro para servir al Evangelio.
Lo sabemos por propia experiencia, no porque queramos saberlo. Podemos entender todas estas cosas porque vivimos así ahora. La gente que ha vivido así sabe que Dios les da una manera de escapar y les ayuda y les da fuerzas cuando está a punto de pasar por una prueba, cuando está a punto de venirse abajo porque es muy difícil. No estamos solos. El Señor está con nosotros. Siempre está con nosotros. El Señor es nuestro ayudante y nuestro Dios que está siempre a nuestra derecha. Siempre está con nosotros.
Amados, miren a la gente del mundo. No miren solo a sus familias. La gente que no escucha, no escuchará digan lo que digan. Lucas 12:47-48 dice: “Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá”. Sabemos que hay más de 6,500 millones de personas en el mundo que no conocen el Evangelio del agua y el Espíritu. Me doy cuenta de esto. No podemos escapar de hacer esta obra.
Desde el momento en que entendí el Evangelio del agua y el Espíritu supe esto. Cuando leí la Palabra de Dios y vi cómo estaba el cristianismo por el mundo entero, me di cuenta de que 2,000 años de historia cristiana habían sido inválidos. Y dije: “Señor, ¿qué debo hacer? ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer yo cuando John Knox no sabía qué hacer, Martín Lutero no sabía qué hacer, Calvino tampoco y solo los Apóstoles y los que aprendieron de ellos conocían el Evangelio del agua y el Espíritu? ¿Qué puedo hacer cuando hubo una reforma religiosa y después de ella la gente no conoacía el Evangelio del agua y el Espíritu? ¿Qué puedo hacer cuando estas personas que lideraron la reforma religiosa y pidieron a los cristianos que volviesen a la Palabra de Dios y establecieron el cristianismo actual no conocían el Evangelio del agua y el Espíritu tampoco?”.
Por tanto, no tenemos otro remedio que predicar el Evangelio del agua y el Espíritu. Debemos hacer esta obra, aunque muramos en el intento. ¿Por qué? Porque somos los únicos que entienden la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu. Por eso estamos predicando el Evangelio por el mundo entero mediante nuestras misiones en medio impreso. Entre los 45 millones de personas de nuestro país, unos 12 millones creen en Jesús. Miren el mundo entero. Más de 6,500 millones de personas viven en el mundo. La mayoría no cree en la justicia de Dios. Hay demasiadas personas que no creen en el Evangelio del agua y el Espíritu, aunque digan creer en Dios. La gente de nuestro país no es la única que vive en el mundo. Nuestra familia no es la única familia. Todas las personas del mundo son ovejas perdidas. Debemos predicar el Evangelio del agua y el Espíritu.
La gente que ha recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu sigue apareciendo. Es el tiempo de la Gran Cosecha. Quiero que nos convirtamos en personas que confían todos sus problemas al Señor y que predican el Evangelio del agua y el Espíritu solamente.