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ስብከቶች፤

Tema 22: Evangelio de Lucas

[Capítulo 17] Estos tiempos son como los días de Noé (Lucas 17, 26-37)

Estos tiempos son como los días de Noé(Lucas 17, 26-37)
«Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot. Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará. Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada. Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado. Y respondiendo, le dijeron: ¿Dónde, Señor? El les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas».
 
 

¿En qué tiempos estamos viviendo?

 
¿Cómo será el mundo cuando venga a destrucción? Las Escrituras dicen: «Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos». Y las Escrituras dicen que será como en los días de Lot. En el fin de los tiempos la gente comerá, beberá, se casará y construirá casas, pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre y los destruyó a todos. El Señor dice que el día en que el Hijo del Hombre sea revelado será igual.
El Señor estaba diciendo que el día en que el Señor vuelva al mundo será igual. Cuando vuelva el Señor el mundo será como los días de Noé y Lot. Y la gente recibirá a Jesús como la gente de Sodoma y Gomorra. Comerán, beberán y vivirán con gozo hasta que vuelva el Señor, y entonces el juicio caerá sobre ellos de repente y todos serán destruidos.
Probablemente no hay nadie que no conozca esta Palabra. Incluso los niños de la escuela dominical conocen esta Palabra. Esta Palabra es la verdad. Como dice esta Palabra, cuando Jesús regrese a este mundo, el mundo será como en tiempo de Noé y Lot, y muchas personas serán destruidas por no estar preparadas para el juicio.
Jesús dijo: «En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás». Esto nos dice que no debemos estar muy unidos a las cosas del mundo porque esto ocurrirá. Nuestros corazones se despegarán gradualmente de las cosas del mundo. No debemos vivir una vida espiritual incorrecta en el momento en que regrese Jesús. Debemos recibir al Señor mientras hacemos la obra de Dios con un corazón ligero, sin estar pegados a las cosas del mundo y siempre preparados con fe. Debemos encontrarnos con el Señor después de haber hecho la obra de Dios con lealtad hasta que vuelva el Señor.
La gente suele vivir sumergida en el mundo hasta cinco minutos antes del regreso del Señor porque los seres humanos somos como animales que mueren. Sin embargo, los justos no debemos vivir así, sino que debemos vivir con más fidelidad haciendo la obra de Dios y despegando el corazón del mundo, viviendo con fe a medida que se acerca el día del Señor para encontrarnos con él después de haber vivido con la fe de una esposa que espera a su esposo. Quiero que tengan esta fe. Todos debemos encontrarnos con el Señor después de vivir con la fe correcta.
La Palabra que hemos leído hoy es la Palabra más adecuada para los que vivimos en estos tiempos. Podemos decir que no necesitamos prestar atención a la Palabra de Dios porque la hemos escuchado muchas veces. Como el Señor dijo, como el Señor será revelado cuando el mundo sea como en tiempos de Lot en Sodoma y Gomorra, debemos encontrarnos con el Señor mientras hacemos la obra de Dios y nos preparamos con fe sin estar pegados al mundo. No quiero que sean como la mujer de Lot porque su corazón está atado al mundo. El Señor dice que este mundo está ocurriendo como la Palabra de Dios nos ha dicho. Sin embargo, hay muchas personas cuyos corazones están atados al mundo. Estas personas deben cambiar. Hasta el día en que vuelva el Señor, debemos vivir haciendo la obra de Dios en nuestras posiciones. Yo soy un ministro que cree que debemos hacer las cosas que debemos hacer, comer lo que necesitamos comer, lavar los platos y hacer las cosas que tenemos que hacer.
Sin embargo, no debemos estar demasiado apegados a las cosas del mundo, invertir mucho para el futuro de los hijos o en la tierra. Si de verdad creemos en la justicia de Dios, si creemos en la Palabra, si creemos que el mundo tendrá el destino que Dios ha establecido con Su Palabra, no debemos estar atados a las cosas del mundo como la mujer de Lot. Estaba demasiado apegada a las cosas del mundo como si fuese a vivir miles de años con las cosas materiales, pero fue destruida por eso. Una persona así no puede escapar del juicio. Así no se vive bien.
Hasta el día en que regrese el Señor debemos tener nuestros corazones puestos en el Cielo, solo servir al Evangelio y unir nuestros corazones con la Iglesia para predicar el Evangelio por todo el mundo. Debemos entregar nuestros corazones para la evangelización sin estar demasiado apegados al mundo. Una persona que no es así perecerá con el mundo aunque haya recibido la salvación. Estas personas no pueden mantener su fe. El Señor dice: «Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águila». En el momento de la segunda venida del Señor, Satanás el Diablo estará suelto y la obligará a la gente a recibir la marca de la bestia, y matará a todo el que se niegue a recibirla. En ese momento todos los que amen al mundo recibirán la marca de la bestia.
Las Escrituras nos lo dicen. Los que reciban la marca de la bestia serán arrojados al fuego y sufrirán. La gente que no prepara la fe en sus corazones recibirá la marca ese día. Algunas personas han traicionado la Iglesia de Dios y la justicia del Señor incluso en cosas pequeñas. Han dejado a sus hermanos y hermanas sin dudarlo. Sin embargo, su vida depende de estas cosas.
Nuestros hermanos y hermanas que han nacido de nuevo han mantenido la fe que cree en la justicia de Dios. Y se encontrarán con el Señor como dicen las Escrituras. Algunas personas recibirán al Señor sin morir. Como creo en la Palabra de Dios, sé que Dios me protegerá incluso en la tribulación con Su providencia especial. Sin embargo, estoy dispuesto a ser un mártir si Dios lo quiere.
Algunos de los siervos de Dios y algunos hermanos y hermanas que no creen en la Palabra de Dios y que están atados al mundo traicionarán al Señor en los últimos días. Recibirán la marca de la bestia primero y ordenarán que arresten y maten a los siervos Dios nacidos de nuevo, levantándose contra Dios. Pero al final morirán y serán arrojados al abismo que contiene fuego y azufre junto con el Diablo. Sufrirán para siempre. Por tanto, debemos creer en esta Palabra que dice que una persona que está en el tejado no debe pensar en las propiedades que tiene en su casa, y la persona que está en el campo no debe mirar hacia atrás.
¿Qué ocurrirá cuando el Señor vuelva a este mundo? El Señor nos dijo que recordásemos lo que le ocurrió a la mujer de Lot. El Señor dice: «Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará» (Lucas 9, 24). La fe de los que no creen en la Palabra de la justicia de Dios morirá cuando miren hacia atrás al final de los tiempos. Debemos tener la fe correcta. No pasa nada por ser insuficientes, pero Dios no admite a los que no creen en Su Palabra porque son siervos de Satanás. Por tanto, nos encontraremos con el Señor equipados con la fe correcta cuando vuelva si creemos en la Palabra de Dios de todo corazón aunque seamos insuficientes. Debemos tener fe en la Palabra de Dios para poder estar ante el Señor cuando el venga.
 
 

El Señor dijo que resucitará a los que pierdan su vida física por la justicia del Señor

 
Les he hablado de lo maravilloso que es recibir la salvación. Dios resucitará a las personas que hayan creído en la justa Palabra de Dios y hayan sido fieles a la fe. Dará gracia y cosas maravillosas a las personas de fe. Sin embargo, Dios arrojará a las personas sin fe al infierno que arde con fuego y azufre eternamente. Una persona será arrojada al fuego del infierno aunque haya recibido la salvación de los pecados por haber traicionado al Señor, no haber creído en la Palabra de Dios, tener una fe teórica y estar de lado del Diablo.
Estas cosas ocurrirán en la segunda venida del Señor. El Señor dijo: «Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada» (Lucas 17, 34). Cuando la gente muere, va a un crematorio o a una tumba. Si una pareja de casados muere, y uno de ellos había nacido de nuevo y el otro no, Dios resucitará al que ha nacido de nuevo y no al cónyuge que no ha nacido de nuevo. El Señor resucitará a los nacidos de nuevo en aquel entonces al permitirle vivir en el Reino Milenario durante mil años.
No creemos, no servimos a la justicia del Señor para ser recompensados por Dios. Servimos al Señor por agradecimiento. Aunque Dios tratase a dos personas diferentes de la misma manera, hay personas que dicen que aún así escogerían la vida que sirve al Evangelio. Yo sé que todos ustedes son así.
«Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado». La Palabra nos está hablando de la gente de este mundo. La gente vive en este mundo como mucho durante 100 años y después duerme, y el Señor la resucitará cuando regrese. Resucitará a las personas que murieran con una fe nacida de nuevo, renovará todo el universo y dejará que reinen durante mil años. Estas cosas ocurrirán cuando regrese el Señor. Sin embargo, uno será dejado. Dios dejará a muchas personas. No las resucitará. El Señor dijo que esas personas resucitarían después de los mil años.
La primera resurrección es para los que hemos recibido la remisión de los pecados. Cuando nuestro Señor vuelva de nuevo, resucitaremos de entre los muertos. La segunda resurrección es la resurrección para el juicio. El Señor dijo: «Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio» (Hebreos 9, 27). Si Dios no juzgase a los pecadores de este mundo, si no hubiese juicio para la gente que comete todo tipo de pecados, entonces esto sería prueba de que Dios no existe.
¿Por qué resucitará Dios a la gente después del Reino Milenario? Dijo que la resucitaría para juzgarla. El Señor dijo: «No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación» (Juan 5, 28-29). ¿Quién es la gente que ha hecho lo bueno? Los justos que han servido al Evangelio del agua y el Espíritu con lealtad. No hay mejor obra en el mundo que la obra de predicar el Evangelio para salvar a las almas perdidas.
De todas formas, cuando una persona es resucitada en la resurrección para la condena, sufre una muerte terrible. La ira de Dios descenderá sobre los que se han levantado contra Él; por otro lado, recompensará a los que han sufrido persecución por Dios y por la justicia de Dios. Dios nos mostrará que está vivo. Estas cosas ocurrirán el día de la venida del Señor. «Uno será tomado y el otro dejado».
¿Y qué ocurrirá cuando regrese el Señor? Dijo: «Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada». Esto habla de la gente que vivirá en aquel entonces. El estar moliendo significa ganarse la vida. Los ricos y los pobres comen tres veces al día. ¿Qué significa estar moliendo? Se muele para poder masticar y tragar la comida. «Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada». Entre la gente que esté viva cuando regrese el Seño, la gente que haya nacido de nuevo será tomada y la gente que no haya nacido de nuevo será dejada. Incluso después de sufrir las tribulaciones y de morir, volverán a vivir para ser condenados después del Reino Milenario.
¿Y qué otras cosas ocurrirán cuando regrese el Señor? El Señor dijo: «Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas». Cuando un animal muere, las hienas aparecen enseguida. Pero los buitres llegan antes. Los buitres se comen los cadáveres. ¿Quién actuará en el juicio final del mundo? El Diablo actuará. El Diablo actúa en la gente condenada que tiene pecado y está desesperada por el pecado. El Diablo lleva a la gente al infierno y hace que le escuche y le obedezca, para luego matarla. Estas cosas ocurrirán cuando regrese el Señor.
Escuchamos esta Palabra muy a menudo. Sin embargo, ¿creen en la Palabra de Dios de todo corazón mientras viven en este mundo? En realidad la hora de que regrese el Señor se está acercando. No les estoy diciendo que hagan esto o lo otro. El pasaje de las Escrituras de hoy nos dice que no debemos mirar hacia atrás a las posesiones que tenemos, y que una persona que esté en el campo no tiene que mirar atrás. Sin embargo, ¿acaso no ponemos nuestros corazones en el mundo? ¿Ponen su esperanza en sus hijos o en sus negocios o empresas? ¿Tienen esperanza en sí mismos? Les pido que no tengan amor por el mundo. No les estoy diciendo que no deban hacerlo para nada. Estoy diciendo que los nacidos de nuevo tienen que vivir por el Evangelio. Sirvan primero al Evangelio. Hagan lo que hagan, ya beban o coman, háganlo para la gloria de Dios y vivan por el Evangelio. La Palabra de las Escrituras dice esto. Yo estoy sujeto a esta Palabra como ustedes. La gente que ha recibido la remisión de los pecados y que está sujeta a las Escrituras. Es justo.
En realidad no debemos poner nuestros corazones en este mundo. Los santos que vayan a ganar dinero, deben ganar dinero, y los que van a vivir por el Señor de todo corazón deben vivir por fe como siervos de Dios. Hagamos lo que hagamos debemos vivir por la obra de predicar el Evangelio por todo el mundo. Debemos dar testimonio del Evangelio a la gente de nuestro alrededor que no haya nacido de nuevo. La obra que debemos hacer los justos en este mundo es predicar el Evangelio. No hay nada más.
Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y no cambia por toda la eternidad. El objetivo de las personas que han nacido de nuevo es el mismo; la Palabra de Dios para los nacidos de nuevo es la misma; y nacer de nuevo es igual ahora que hace mil años. Y será igual en el futuro. La Palabra de Dios no cambia.
¿Cómo recibirían al Señor si volviese hoy? ¿Están preparados? ¿Qué estarán haciendo cuando el Señor les llame? Debemos ir al Señor después de haber vivido con la Palabra de Dios en nuestros corazones y haber hecho la obra que complace al Señor. No debemos pensar en cosas absurdas. No debemos estar apegados a las cosas del mundo. Es insensato unir nuestros corazones con el mundo. Las cosas del mundo son inútiles y superficiales. Son cosas que se corrompen. Las cosas del mundo son desechables. Son como vasos de papel que se tiran a la basura después de un uso. Ningún vaso de papel se usa durante mucho tiempo. Todo en este mundo es así. Son cosas que necesitamos para vivir en este mundo temporalmente. No son eternas. No pongan su corazón en el mundo. Vivan con fe. Soy insuficiente, pero vivo por fe.
Esta semana estamos planeando imprimir los libros que hemos traducido a los idiomas hindi y portugués. Por favor, oren por esto. Debemos concentrar toda nuestra atención en esta tarea; debemos hacer esta obra con el espíritu de un guerrero en la batalla. Debemos servir al Señor así.
Predicaremos el Evangelio del agua y el Espíritu en nuestro país la primera mitad del año y después empezaremos a publicar nuestros libros electrónicos. Habrá una gran expansión del Evangelio a través de estos ministerios. Daremos el Evangelio gratis porque lo hemos recibido gratis. Hemos estado traduciendo este Evangelio en todos los idiomas y publicándolo en nuestra página Web para que todo el mundo pueda verlo a través de Internet. Debemos hacer esta obra antes de irnos de este mundo. Cumpliremos todas estas misiones con las bendiciones materiales que el Señor nos da.
Por lo menos debemos poner nuestros corazones en el Evangelio aunque nos quede un largo camino. Yo creo en que Dios cumple Su voluntad a través de todas las cosas del universo entero. Debemos ser más diligentes porque se trata de la obra de Dios y debemos encontrarnos con el Señor después de haber hecho la obra de Dios sin tener nuestros corazones anclados en el mundo. Vamos a imprimir y distribuir por lo menos 10.000 libros para cada país. Nuestra misión de distribuir los libros no es fácil. Y no es fácil distribuir 10.000 al extranjero. Nos gastamos 100.000 dólares solamente en gastos de envío porque normalmente los mandamos por correo aéreo. Sin embargo, seguiremos enviándolos a la gente que los necesita. Hay un dicho coreano que dice que debemos trabajar duro como perros para gastarlo como reyes. Recolectamos el dinero que se ofrece en la oficina central de nuestras iglesias en Corea para utilizarlo en cosas útiles. Lo gastamos para las cosas que le complacen a Dios.
Debemos recibir al Señor con un corazón lleno de gozo, después de haber vivido con gozo y fe, sin estar atados al mundo. Vayamos a Dios después de haber vivido con fe en esta Palabra de Dios en nuestros corazones.