Como expliqué con mi respuesta para la pregunta 2, estos dos testigos son los dos siervos especiales de Dios que Él levantará del pueblo de Israel para salvar a los Israelitas. Existe un trabajo importante que Dios debe hacer antes de destruir este mundo, y este es el de salvar al pueblo de Israel del pecado y hacer que participen en la primera resurrección y rapto.
El Apóstol Pablo dijo en Romanos 3:29-30, “¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.” El camino para ser salvo del pecado ante Dios es el mismo para ambos, los Judíos y los Gentiles. Ya que para ambos, los Judíos y los Gentiles por igual, la justificación viene solo a través de su fe en el evangelio del agua y el Espíritu. Para ser salvos de todos sus pecados, el pueblo Judío también debe aceptar a Jesucristo como su Salvador y creer, igual que creyeron los Gentiles, que Jesucristo tomó todos sus pecados sobre Sí Mismo con Su bautismo, y que Él murió sobre la Cruz para ser juzgado de estos pecados para beneficio de ellos.
Dios trata a ambos, a los Judíos y a los Gentiles por igual, y les ha permitido a ambos la misma salvación a través de la fe. Es por eso que Dios permitió a Sus dos testigos para el pueblo Judío durante el tiempo de los primeros tres años y medio de la Gran Tribulación, y el porque Él les permitió a estos testigos predicar el evangelio del agua y el Espíritu a ellos.
En conexión con estos dos testigos, el capítulo 11 del Apocalipsis se refiere a los dos olivos y a los dos candeleros. Los dos olivos se refiere a los dos siervos de Dios a quiénes Él enviará para la salvación de los Israelitas, y los dos candelabros se refiere a las dos Iglesias de Dios, las cuales son los Israelitas y los Gentiles. En otras palabras, Dios permitirá a Sus dos Iglesias una al lado de la otra para predicar el evangelio del agua y el Espíritu a los Israelitas y a los Gentiles durante los primeros tres años y medio de la Gran Tribulación.
Ahora, la Iglesia de Dios no se encuentra entre los Israelitas. Pero cuando Dios escudriñe sus corazones y cuando Su tiempo llegue, Él preparará sus corazones para recibir Su Palabra, levantará a los dos siervos para ellos y hará que acepten a Jesucristo como su Salvador.
Por lo tanto, Dios salvará a ambos a los Israelitas y a los Gentiles durante el tiempo de la Gran Tribulación. También, Él permitirá la persecución y el martirio de los santos nacidos de nuevo a ambos, a los Israelitas y a los Judíos por igual. El hecho que los dos testigos son martirizados después de completar su testimonio y entonces son resucitados y arrebatados al cielo en tres días y medio –esto finalmente contiene el hecho que así como estos dos testigos, los siervos de Dios y Su pueblo entre los Gentiles también pelearán en contra del Anticristo, serán martirizados y por lo tanto, participarán en su resurrección y rapto.